«Un universo maravilloso» de Felipe Lecannelier

Revisamos la última entrega del psicólogo Felipe Lecannelier: Un universo maravilloso. Se aborda una nueva forma de ver el mundo de los niños.

Escrito por FanoPetrikov

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Cuando pensamos en el mundo de los niños, generalmente somos auto referentes, y es súper difícil asumir el significado de la infancia desde la perspectiva empírica, desconsiderando, por supuesto, la sociedad actual y todo lo que compete. Es acá donde el libro Un universo maravilloso de Felipe Lecannelier nos viene a hacer eso, a hacernos competentes de la realidad actual.

Publicado por Editorial Planeta, Un universo maravilloso viene a comentarnos una nueva forma de perspectiva respecto a la infancia que se nos presenta hoy en día. El libro es parte de una saga de material hecho por el psicólogo y que busca, en parte, entregar no solo información útil, sino también, instancias reflexivas relacionadas a la crianza.

Portada del libro.

No es otro libro de crianza respetuosa

Este es el eslogan que nos presenta el texto desde la contra tapa hasta su interior, pero no es tan así. Sí se aborda el tema de la crianza respetuosa, pero no satanizaremos esta discrepancia, porque el asunto de este concepto es de real importancia. Convengamos en que ser majadero con algo es por la necesidad de que implantar el cambio es necesario.

Lo que sí plantea y es cierto, es que no aborda tanto las teorías del apego que ya mucho hemos escuchado hablar, sino que aborda más la idea de tener una perspectiva de la crianza relacionada a cómo el niño ve y plantea el mundo.

Este libro se focaliza en las edades desde los 0 a los 6 años, y es bien holista en perspectiva de cómo se ve al ser humano en sus primeros años. De hecho, Lecannelier comenta que los niños son los psicólogos perfectos, punto con el que (en lo personal) no podría estar más de acuerdo, puesto que, para el entrenamiento y profesionalización de la psicología, es necesario comprender el comportamiento humano, el niño por instinto, logra identificar los cambios de su ambiente de manera casi natural.

Felipe Lecannelier

Validar al niño

Usaré este concepto para abordar la idea de lleno. Y es que si bien el libro nos hace una idea de cómo el mundo interno del niño funciona, cómo comprende y cómo aborda sus propias problemáticas típicas de la edad, también busca darnos a comprender la validación del ser.

Esta idea se centra aún más en la capacidad que tienen los niños de vivir sus emociones, probablemente como adultos es lo que más nos cuesta, ya no somos tan emocionales, somos más racionales, es lo que anteriormente se comentaba acá, no podemos dejar de ser autoreferentes.

Pero este recurso de memoria empírica está intervenida no solo por nuestra propia idea, lo difuminado del recuerdo o el ambiente de entonces, también se encuentra interferida por nuestro adulto centrismo, que es uno de los aspectos a reflexionar que invita el libro, estamos tan corrompidos del mundo “adulto”, que los niños prácticamente pierden su validación debido a la pureza de los procesos internos que viven.

La crítica social

Dejé este apartado para el final, porque siempre es necesario abordar las responsabilidades sociales que todos tenemos respecto a los cambios que el mundo sufre, esto por supuesto, incluye los cambios generacionales.

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿está nuestra sociedad adaptada o, al menos, adaptándose a las necesidades de la crianza sana y respetuosa? Adivinen la respuesta.

Y lo negativo de esta respuesta es un análisis sistemático respecto al funcionamiento social como tal, donde la psicología se ve involucrada casi en la totalidad de sus aristas: sistémica, infanto juvenil, educacional, clínica y jurídica.

El problema viene de la cultura, donde nos desarrollamos en pensamientos productivos, dejando los rangos de los extremos demográficos de la vida aislados, por un lado, la senectud y, por otro, la infancia. Este último nos convoca, y no, la crianza, la salud mental y la educación no están formados para las necesidades demográficas, son un estándar.

Esto se remonta muchos años atrás, a la revolución industrial, “es mucho” pensarán, pero repercute al día de hoy, donde la productividad y la competencia han convertido a la crianza en un proceso de meta y modelo, y no en lo que corresponde, una etapa donde el niño descubre el mundo, y donde todos tenemos que involucrarnos, porque en sus manos está el futuro.

Sin duda Felipe Lecannelier tiene una prosa y una manera de explicar las cosas de forma didáctica e igualitaria, por lo que este libro, para quienes no han leído nada respecto a la forma más sana de criar a los niños, será un buen bálsamo de entrada a un mundo que tal como lo dice el título, es maravilloso, y que entre todos, debemos cuidar.