Stardew Valley – Una rutina agradable

Con su vida en la granja y la comunidad, Stardew Valley se siente como un descanso entre tanto juego frenético.

Escrito por J Martínez

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¿Cuántas veces te has sentido abrumad@ por la vida cotidiana? Como si el trabajo de oficina te ocasionara un estrés ya insoportable, provocando que el cuerpo te rogara salir de esta monotonía. Esto es lo que ocurre con el protagonista de Stardew Valley, pero con la ventaja de que este tenía una sorpresa de su abuelo: la propiedad de una granja en un pueblo demasiado tranquilo para ser real: Pueblo Pelícano.

Desarrollado casi por completo por solo una persona; Eric Barone (alias ConcernedApe), Stardew Valley nos pone al cuidado de esta granja, en un pueblo lleno de personas a quienes conocer, peces que pescar, minerales que encontrar, y otras muchas actividades que realizar.

La simpleza necesaria

Técnicamente, el juego es increíblemente simple. Estéticamente tiene una pinta de estar hecho en RPG Maker que puede hasta llegar a alejar; un pixel art muy funcional que, aunque no deja de ser simple, se vuelve bastante agradable a medida que juegas. La música, aunque es simple, hasta se destaca por momentos; unas melodías muy tranquilas, que emanan esa paz que Pueblo Pelícano posee.

Ni siquiera las mecánicas llegan a ser complejas. Todo el juego está basado en la gestión, ya sea del inventario, del tiempo o del espacio; todas las complejidades que este pueda llegar a tener son las que el propio jugador se genera. No hay forma errónea de jugar a Stardew Valley, todo es válido. No hay límites de tiempo ni pantallas de game over.

Las demás acciones que se pueden hacer también son muy simples; plantar, regar, minar, talar árboles, pescar, recolectar, etc. Todas son acciones que realizan con poco más que un par de clicks.

Esta simpleza, fuera de llegar a ser molesta o llamativa, es necesaria y justificada. No olvidemos que toda esta base fue creada por apenas una persona, y el objetivo de esta es ser accesible y relajante; cualquier mecánica demasiado compleja arruinaría este objetivo.

Posibilidades abrumadoras

El inicio del juego es un poco caótico. Acorde con el resto del juego, las indicaciones que se dan al comienzo son bastante vagas; planta estas semillas y habla con todo el mundo. A medida que vamos avanzando los días, se van presentando las demás mecánicas, como la caña de pescar que se nos da, la apertura de las minas, entre otras.

Entrar a Stardew Valley puede ser abrumador. Esa obsesión por hacer las cosas bien que los jugadores (y la gente en general) tiene, puede jugar en contra, ya que nadie nos dirá si estamos haciéndolo bien. ¿Cómo hacemos más dinero? ¿En qué gastamos el tiempo del día? ¿Qué día vamos a las minas? ¿En cuál nos preocupamos de la granja y los vecinos?

Esto funciona como una especie de barrera entre el público objetivo del juego y otros tipos de jugadores. Quienes vienen a hacer todo bien chocarán de lleno con la imposibilidad de hacerlo: aquí se viene a tomar las cosas con calma. Si quieres pescar, pues pesca. Si quieres ir a las minas, pues ve a buscar minerales. ¿Te apetece pasar un día saludando a los vecinos y dándoles regalos? Pues no hay ningún problema.

Contenido inagotable

De entre todas las cosas que se pueden destacar de Stardew Valley, no hay ninguna duda que la más importante es la relación precio/contenido. Por 15 dólares conseguiremos una impresionante cantidad de horas para jugar, sin que siquiera intentemos ir por el 100% del juego.

Durante el año del juego, habrá decenas de eventos en los que participar. También están los eventos con cada vecino, los cuales irán ocurriendo a medida que mejoremos nuestra amistad con ellos. Todo esto sin mencionar la absurda cantidad de cultivos, minerales, crafteos, recetas y peces que conseguir.

¿Lo mejor de todo? Es que el creador del juego no ha dejado de dar contenido por medio de actualizaciones gratuitas. Zonas nuevas, minas nuevas (con minerales y enemigos nuevos), más personajes, puzzles, cultivos, etc.

Claro, todo esto se ve ayudado, en parte, con que el juego no tiene fin. Los años se van repitiendo, por lo que una partida puede durar hasta el infinito. Tú dejarás de jugar cuando lo creas conveniente… o no dejarás de jugar nunca, ¿quién sabe?

Conclusión

Stardew Valley es un juego increíble. Es un juego en el que entrar a relajarte, a hacer cosas cotidianas, a establecer una rutina que te lleve a regar cultivos, cuidar de los animales, hablar con los vecinos. Una rutina agradable que te saque, un poco, del ajetreo de los juegos modernos (¿y por qué no?, de la vida moderna también).

Lo abrumador que puede ser también es una de sus mayores ventajas. Hay tanto que hacer, que una vez que cumples con esa rutina, puedes hacer lo que te de la gana. ¡Y todo esto mientras gestionas tu granja y consigues dinero para poder hacer aún más cosas!

Y tomando en cuenta el precio que tiene, es imposible no decir que, sin lugar a dudas, Stardew Valley es una de las mejores inversiones que puedes hacer en un videojuego, prometiéndote horas y contenido por montones, además de una calidad indiscutible.