Hubo un tiempo en donde Call of Duty era la franquicia más cotizada del mercado, donde cada entrega generaba grandes sumas de dinero a Activision, lo cual conllevo a que muchas distribuidoras quisieran tener sus propios shooters militares.
Lamentablemente, muchos de ellos terminaron siendo juegos grises, sin alma, cuyo propósito era obtener ganancias al pretender ser igual de rentables que Activación. Una de las desastrosas consecuencias de esto fue, por ejemplo, la bancarrota de la antigua THQ.
El juego del cual hablaremos en esta oportunidad fue desarrollado por Kaos Studio con Digital Extreme y por supuesto la extinta THQ: Homefront, disponible en PlayStation 3, Xbox 360 y PC.
Modo Campaña
El modo campaña nos narra un mundo ficticio, donde Corea del Norte logra unificarse con Corea del Sur formando La Gran República de Corea, la cual logra ser lo suficientemente poderosa para poder invadir los Estados Unidos, que se encontraba en una gran crisis económica. Esto genera una serie de enfrentamientos entre soldados norcoreanos contra lo que queda de las fuerzas norteamericanas en un país completamente dividido.
Tú tomas el papel de Robert Jacobs, un antiguo piloto de helicóptero de los Marines, quien se despierta en su hogar cuando es allanado por las fuerzas de ocupación, transportándolo a un campo de reeducación en Alaska. Sin embargo, durante el trayecto, el autobús que lo llevaba es detenido por combatientes de la resistencia estadounidense liderados por Connor Morgan. Por esto, Jacobs decide unirse a este grupo de liberación para poder derrocar a los norcoreanos ocupantes.
Tengo que decir, en primer lugar, que el universo del juego es bastante interesante y a la vez inquietante, ya que los primeros minutos del título dan un inicio que puede impactar al espectador y generar incomodidad. Lamentablemente es lo único bueno que tiene la campaña, el resto de la historia solo llega a puros tiroteos, los personajes son poco carismáticos o interesantes y no logré simpatizar con ellos durante las casi cuatro horas que dura la historia.
Jugabilidad
Si hablamos de la jugabilidad, es simplemente un shooter militar en primera persona en el cual puedes llevar dos armas y lanzar granadas, ósea, el mismo sistema de juego que tiene la saga de Activision. No tiene nada nuevo o alguna mecánica que haga diferencia a Call of Duty, es un copia y pega, pero mal hecho. El movimiento del personaje a la hora de correr se siente lento y no sientes que corra de verdad, lo cual está bastante horrible y hace que no se siente pulido. La sensación de disparo es bastante regular, no es terrible, pero tampoco una maravilla, sin embargo, puedes acostumbrarte de forma rápida.
El juego también incluye un modo multijugador. Lamentablemente, al intentar de unirme a una partida en sus servidores, no pude encontrar gente jugando, así que se puede concluir que el multijugador está totalmente muerto.
Gráficamente, el juego se ve bien y es bastante servicial a la hora de mostrar un país en crisis y en enfrentamiento. El sonido cumple al entregar un trabajo decente en los disparos y en la ambientación, pero la banda sonora es genérica y olvidable, es música de corte épica pero que al final no genera ninguna emoción. El desempeño del juego es estable, por lo menos en la versión de PC que corre a 60 frames* sin ninguna caída.
*Probado en un Intel Core i7-7700HQ CPU, 12 GB de RAM, Tarjeta GeForce GTX 1050.
Homefront es un juego que, a pesar de tener un concepto de un mundo en donde Corea del Norte es capaz de invadir los Estados Unidos, es un título que cayó en picada por querer capitalizar con la fama que tenía la serie de Call of Duty. Es poco memorable, genérico, gris, sin identidad y un claro ejemplo de que copiar las tendencias del momento pueden ser una mala decisión.
Este juego no es recomendable en su precio actual, ni en ofertas, hay mejores shooters en el mercado que pueden ofrecerte diversión, variedad y rejugabilidad, porque eso no es lo que no tiene Homefront, un juego que no vale la pena jugar.