Recuerdo desbloqueado: Cuentos Rusos Animados

Durante los 90s en Chile, tuvimos la fortuna de ver en televisión abierta esta maravillosa colección de cuentos rusos animados

Escrito por Nathy V. Contreras

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En Chile, durante la década de los 90 tuvimos la fortuna de ser espectadores de incontables dibujos animados emitidos en los canales abiertos.

En esta ocasión, hablaremos específicamente de animaciones que no son originarias ni de Japón ni de Estados Unidos. Puesto que siempre hay una excepción a la regla, hoy nos introduciremos en el interesante e imaginario mundo de los cuentos rusos animados.

Emitidos por Canal 13 los fines de semana durante la mañana, justo antes del Show del gato Garfield y sus amigos comenzaba la Colección de Cuentos Clásicos Animados, también conocida como Historias de mi niñez.

Mikhail Baryshnikov presenta Historias de mi niñez

Así  comenzaba la introducción de una impecable colección de cortometrajes animados realizados por los estudios Soyuzmultfilm.

El estudio de animación Soyuzmultfilm, fundado en 1937, fue una exacerbación de originalidad y mezcla de técnicas durante el periodo en que Rusia aún era reconocido en ese entonces como la URSS.

Se desenvolvía tanto entre animación clásica, como en stop-motion y uso de técnicas mixtas como recurso visual. Por esto daba muchas veces la sensación de estar viendo una obra de arte en movimiento, dada la alta calidad y compromiso frente al detalle en cada trazo de paisaje, personajes, elementos cotidianos, vestimentas y tocados.

Había una vez…

Los recursos expresivos en Soyuzmultfilm eran variados, así como la selección de sus cuentos. Una obra clásica perteneciente a Historias de mi niñez fue el cuento que arribó a Latinoamérica nombrado como: La Princesa Rana.

La historia comienza cuando la encantadora señora de los bosques es raptada por el malvado Koschéi, el inmortal. Este último lanza un hechizo sobre la doncella convirtiéndola en rana, luego de negarse rotundamente a casarse con él.

Pero su suerte cambiará cuando una flecha lanzada por el príncipe Iván, el menor de los hijos del rey, cruce sus caminos.

La elegancia de los movimientos y sutileza de los gestos calzan perfecto en un mundo de ensueño con tradicionales y coloridos decorados. Una muestra magnifica del arte animado soviético.

Especial mención a la escena en que Vasilisa, la señora de los bosques, borda una manta usando un rayo de luna como lienzo.

Adaptaciones, clásicos y diversidad

El estudio Soyuzmultfilm no se limitaba solo a historias locales, también ahondaba en cuentos tradicionales de otras culturas.

Muestra de ello es El antílope dorado (1958) una historia de la India que habla sobre el valor de las promesas, la importancia de la amabilidad con otros y las represalias ante el exceso de codicia.

Los clásicos de Hans Christian Andersen también fueron adaptados en estas delicadas muestras de destreza artística. Podemos contar entre ellos a: La Reina de las Nieves, Pulgarcita y El patito feo.

Vamos a detenernos particularmente en Rusalochka (1968) conocida comúnmente como La sirenita, una animación que, con técnicas mixtas, resalta particularmente la textura de las imágenes.

Rusalochka es desarrollada en forma inquietante, vanguardista y tremendamente hipnótica, manteniendo por supuesto el trágico final original de la historia.

Pero no todos son cuentos de hadas en el mundo animado, bien lo demuestra Chipolino, el niño cebolla (o Cipollino), en donde una amable y pobre comunidad de vegetales sufre el abuso de unos cuantos pocos al poder. Oficiales limones que arrestan sin miramientos y un licenciado tomate citado en el mismo cuento como: “un producto de la corrupción.”

Cualquier parecido con la realidad, no es coincidencia. Asunto lamentable dado que esta animación fue dibujada hace ya casi 60 años atrás, algo para reflexionar.

Prosiguiendo con las grandes obras de esta colección, una intensa y bella historia de amor es En la Yaranga arde el fuego. En este cuento nos situamos al norte de Rusia junto a una pequeña familia nómade. Los niños Yato y Teone, ambos algo flojos y desobedientes de su madre, dejan que el fuego en su Yaranga (la tienda donde habitan) se extinga.

La muerte del fuego da paso libre a la invasión de su hogar por la malvada reina ventisca. La madre, al intentar protegerlos es castigada, siendo llevada al frio reino de la temible bruja. Los niños emprenden entonces un arduo viaje en medio de la tundra. Travesía que les enseñará a crecer, madurar e incluso despojarse de algunas cosas importantes en nombre del amor a su madre.

Sonido Latinoamericano

Para muchos el idioma ruso puede sonar totalmente ajeno, pero las buenas historias siempre pasan de boca en boca y de narrador en narrador.

Esta proeza estuvo a cargo del estudio oficial de doblaje en Chile de series y películas extranjeras DINT (Doblajes internacionales), con un despliegue de profesionales de alto calibre en las primeras colecciones, que adaptaron estos cuentos en forma tal que cada historia parecía venir hablada al español – latino desde un principio. Lo mismo ocurre con la segunda colección a cargo de PrimeDubb, reconocido estudio de doblaje mexicano.

Recuerdos invaluables

Personalmente estas historias dejaron marcada mi infancia como una de las muestras de arte animado más encantadoras que recuerdo, las cuales motivaron mi interés a seguir el rastro de proyectos de igual fuerza hoy en día.

Uno de mis favoritos en particular es la adaptación del Fantasma de Canterville (1970) del siempre cautivador Oscar Wilde.

Demás está decir que quedaron muchísimas obras sin mencionar, como: La flor escarlata excelente interpretación rusa del cuento de La Bella y La Bestia, Los doce meses del año, La Olla mágica, La bruja del bosque, Plumita de oro, y un largo etcétera.

Si el recuerdo de estas bellas animaciones fue desbloqueado en sus mentes, quedan invitados a comentar su cuento animado ruso favorito.