Opinión: El precio de los videojuegos

Algunos videojuegos AAA pasaron de costar 60 dólares a 70 en Xbox Series X y Playstation 5 ¿Será justificado? Vamos a verlo.

Escrito por Diego Sandoval

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Ya está entre nosotros la nueva generación de consolas, trayendo consigo muchos avances que cambiarán la forma en cómo vemos al videojuego. Aunque más allá de los nuevos programas que vamos a degustar, se anda pensando en el precio que tendrán. Varias compañías han tomado la decisión de subir el valor de sus obras en las últimas fechas, generando mucha polémica.

Para ver las distintas perspectivas de esto, se verá el tema en Latinoamérica, los factores del alza, y se tratará de buscar soluciones. 

La situación de América

En la época de las consolas de NES, SNES, N64, o Sega Genesis, los juegos costaban en USA unos 40-50 dólares, dependiendo del producto. En Latinoamérica, debido a los costes de exportación, junto con otros impuestos, los precios llegaban a ser el doble o el triple de eso. Por ejemplo, en Chile se tiene registro de que en tiendas de Retail, Super Mario 64 costaba entre 80.000 y 120.000 pesos chilenos, unos 105 – 158 dólares.

Precisamente en ese tiempo, mucha gente compraba copias piratas que venían de Paraguay. El acceso a los videojuegos aumentó con la llegada de PS1 y PS2, que tenían una enorme pirateria al ser sistemas con CDs. Esto fue bueno para el acceso al software, pero retrasó el mercado formal en la región. 

Con la llegada de PS3, Xbox 360, Wii, y el auge de Steam, se implementaron más medidas antipiratería y mejor servicio en línea, lo cual disminuyó considerablemente el mercado negro, pero aún había diferencia de precios. Cabe resaltar, que en esa generación los precios pasaron de 50 dólares a 60, argumentando un aumento de gastos de desarrollo. 

El tema actual 

Al principio de la octava generación (PS4, y Xbox One) vimos que muchas superproducciones empezaban a implementar micropagos en forma de cajas botín, justificando que el precio de producción ha aumentado y por eso debía haber más monetización. Esto disgustó a muchos jugadores y autoridades, que veían esto como una forma de hacer prácticas de apuestas o juegos de azar.

Con el paso del tiempo, se empezó a crear un cuestionamiento si los videojuegos en verdad deberían costar 60 dólares. Estas protestas, hasta hoy en día, han hecho que varias desarrolladoras reemplazarán las cajas de botín con otros tipos de monetización, pero manteniendo el lema; los presupuestos aumentan. 

La polémica sobre los precios creció al principio de esta nueva generación, con el anuncio de que NBA 2K21 costará 70 dólares en PS5 y Xbox Series X/S. Más tarde, Sony anunció que algunas de sus exclusivas, como el remake de Demon’s Souls, tendrían ese mismo precio. En ambos casos, se argumentaba en favor de recuperar la inversión. Activision subió el precio con su nuevo Call Of Duty, en conjunción

Buscando respuestas

En los casos antes nombrados, se nota una falta de datos para justificar el alza. ¿Por qué? En la industria, en general, no se le es transparente al público con cuánto se gasta en el desarrollo de un juego. Esto es común en juegos AAA, aunque en Indies o AA, se dan a conocer más esos datos. Si supiéramos cuánto se invierte de verdad en una producción, quizás se podría entender.  

Hay franquicias que sí o sí van recuperar lo invertido, y aún así se suman al alza de los precios y agregan más monetización. Dichas franquicias son las que tienen lanzamientos anuales, como Call of Duty o cualquier juego deportivo. Estas sagas cuentan con un público fiel que compra año a año el más reciente juego.

La razón de por qué la polémica estalló más con NBA 2K21, fue debido a que la saga se ha envuelto en críticas, por su agresiva política de micropagos. El juego tiene un modo al estilo Ultimate Team de FIFA, En él, el jugador puede crear su equipo favorito, pero para tener nuevos integrantes, se debe ganar varios partidos o gastar en micropagos. Las microtransacciones en este juego, son literalmente jugar en un casino.

Quizás se puede entender en algunos casos como Demon’s Souls y sus valores de producción, que parece ser un juego caro en presupuesto. En el caso de Microsoft, ellos no subirán los precios y apostarán con su Gamepass. Con Nintendo, parece que seguirán cobrando 60 dólares. 

Honestamente, esto de la subida de precios es algo que afecta a solo un sector del AAA, y hay que esperar a ver como evoluciona. Hoy en día, existe una mayor oferta en precios de juegos que en generaciones anteriores. En Steam, como en otras tiendas digitales, no todos los juegos de lanzamiento cuestan 60-70 dólares, y los distribuidores adaptan los precios de acuerdo a la región.

La forma de acceder a los videojuegos se está haciendo más flexible, porque contamos con diversas tiendas en PC como Steam, GOG, Humble Bundle, Epic Store, que cuentan con diversas ofertas y cada cierto tiempo regalan juegos. 

En consolas el servicio está mejorando. Microsoft está haciendo un buen trabajo con Gamepass, creando un Netflix de los videojuegos, y ese modelo de a poco Sony lo seguirá con PS Plus Collection. Nintendo sigue algo similar con sus emuladores de NES y SNES, pero necesita mimar más a sus usuarios. 

Conclusiones 

En la época de SNES, juegos como Donkey Kong Country como Star Fox eran juegos con enormes valores de producción, que además tenían un chip en sus cartuchos, que potenciaba sus gráficas. Esto justificaba su elevado precio.

Dicho eso, si una superproducción como Demon’s Souls necesita ese precio de salida, que el producto demuestre lo invertido, pero juegos como NBA 2K21 no cuestan 70 dólares. Incluso es notorio que este toma elementos de años anteriores, y la monetización está para aprovecharse del cliente.       

Al fin y al cabo, como jugadores, nosotros votamos con nuestro dinero. No estamos obligados a pagar 70 dólares de salida, y siempre podemos mirar otras alternativas a menor precio. Lo ideal con el paso del tiempo, es ver la reacción del mercado, y que ojalá se logre transparentar más el costo de producción de los videojuegos.