Nuestra parte de noche: La macabra novela de terror Mariana Enríquez

Mariana Enríquez nos trae Nuestra parte de noche, una morbosa novela sobre un padre que lucha por salvar a su hijo del legado de su sangre.

Escrito por Muerto

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Siendo publicada por la editorial Anagrama el 27 de noviembre del año 2019, Nuestra parte de noche es una macabra novela de terror que, hasta la fecha, ya cuenta con 2 importantísimos premios que confirman su sobresaliente calidad literaria y dan cuenta de la presencia de una de las voces más oscuras de los últimos tiempos.

Los premios son: el premio Heralde de Novela y el premio de la Crítica, otorgado anualmente por la Asociación Española de Críticos Literarios (AECL).   

Sinopsis  

Nuestra parte de noche cuenta la historia de Juan, un médium que es obligado a ser parte de una secta ocultista conformada únicamente por miembros de la alta sociedad Argentina e Inglesa.

La Orden (nombre del culto) se encarga de realizar horrendos rituales y sacrificios humanos en honor a la Oscuridad, una extraña especie de deidad incorpórea.  

Estos rituales reciben el nombre de  “Ceremoniales” y solamente se pueden llevar a cabo con la presencia de un médium, el cual sirve como portal y recipiente para los distintos niveles de manifestación de la Oscuridad.

La novela comienza con Juan y su hijo Gaspar, quienes recorren el ancho y largo de Argentina en plena dictadura militar. Su objetivo es llegar a Misiones, donde se encuentra la mansión de los Reyes-Bramford, familia materna de Gaspar.

Aunque Juan quiere que él y su hijo estén lo más lejos posible de esa familia, tiene que ir para participar en el Ceremonial y averiguar la verdad tras la misteriosa muerte de Rosario, la madre de Gaspar.

Juan sabe perfectamente el tipo de personas con las que está involucrado; sabe qué son capaces de hacer con tal de lograr sus objetivos.  

Estructura

Nuestra parte de noche está divida en 5 partes desordenadas cronológicamente, que el lector deberá ordenar de manera correcta para poder entender a cabalidad los acontecimientos. y descubrir los secretos y detalles de esta magnifica obra.  

A través de estas 5 partes la autora nos mostrará las perspectivas de una gran variedad de personajes que van desde los fundadores de la Orden hasta una periodista que se ve involucrada por mera coincidencia.

En este sentido, el libro nunca llega a parecer monótono. Cada una de estas secciones se diferencia de las otras tanto en la forma de contar los hechos como el tipo sucesos que relatan.

Cabe señalar que nada está de manera aleatoria dentro de este complejo rompecabezas. Todo está cuidadosamente ordenado para que, a medida que uno avance, siempre vayan apareciendo datos que otorguen una visión más completa de lo hechos y las motivaciones ocultas de cada personaje. 

Desde conversaciones banales en medio de la noche hasta personajes encontrados por mero capricho del destino están estratégicamente situados para que, cientos de páginas después, cobren relevancia y aporten su granito de arena en este macabro puzle repleto de crueldad y muerte. 

Adela

Uno de los puntos más interesante de la novela es la aparición del personaje de Adela, protagonista del cuento “La casa de Adela” de la misma autora.  

Sin duda se trata del mismo personaje con la misma historia: una chica sin un brazo que está obsesionada con una supuesta casa encantada. Sin embargo, en la novela alcanzamos a saber mucho más de ella y su historia, su familia y el porqué de su comportamiento tan peculiar.  

Adela, ilustración de Alejandra Waliszewska

Este reciclaje no es un simple relleno o autorreferencia, sino que extiende y nutre la historia contada en el relato breve. Le saca provecho y la hace encajar a la perfección con las peripecias de Juan y su hijo, como si Adela hubiese sido creada desde un principio para ser parte de este relato de mayor extensión.  

Nuestra parte de noche es una obra oscura, siniestra y visceral, que en ningún momento se anda con rodeos. 

Aunque a ratos parezca que la historia se va tranquilizando, de un momento al otro el terror vuelve a infestar sus páginas para seguir su ruin y macabra línea. 

La multiplicad de voces, el uso del narrador indirecto libre, la enorme cantidad de información sobre ocultismo o la incorporación de mitologías propias de Latinoamérica son elementos que hacen que Nuestra parte de noche no solo sea una historia original, entretenida y atrapante, sino también una pieza literaria de gran calidad estética y maestría técnica.  

Terror Latinoamericano 

Caspar David Friedrich: Abadía en el robledal (1810)

El canon de literatura de terror está compuesto en su gran mayoría por textos de tradición anglosajona. Al pensar en el horror literario de inmediato se vienen a la cabeza nombres como Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft, Stephen King, Shirley Jackson, Henry James, Mary Shelley, entre muchos otros, pero… 

¿Dónde queda América Latina? ¿Dónde están sus pesadillas? 

Por supuesto que ha sido una corriente trabajada. Algunos ejemplos serían Horacio Quiroga, uno que otro texto de Borges, Cortázar o Silvina Ocampo. No obstante, a excepción de Quiroga, ninguno de estos autores se ha dedicado de lleno a crear pesadillas. Solo son atisbos de terror en medio de su producción literaria, pequeños espectros entre un mar de textos.  

Por esta razón es realmente difícil hallar dentro del continente una obra emblemática con este tipo de características. Y es aquí donde aparece Mariana. Ella irrumpe en las letras oscuras latinoamericanas con este novelón como ningún otro/a autor/a. Aporta un verdadero ladrillo de visiones dantescas y paisajes grotescos y repulsivos.  

Es este sentido, uno de los componentes más interesantes de la novela de la escritora argentina (y de su creación literaria en general) es el tratamiento del terror desde un punto de vista total y específicamente situado en la realidad de latinoamericana. 

Dentro de su obra se da el tiempo para hablar de la marginalidad, la desigualdad social, la pobreza, la violencia política o la religiosidad popular. 

Ciertamente Enríquez utiliza tópicos del terror como la monstruosidad o las casas embrujadas, pero los renueva codificándolos y dándoles forma a partir acerca a nuestra propia realidad, nuestra identidad.  

En este aspecto se podría decir que su forma de desplegar el terror es muy similar a la de Stephen King, quien constantemente intenta retratar la vida de la clase media norteamericana.  

Opinión personal:

Recomiendo la novela al 100%, ya que sin dudas es una historia muy interesante, oscura y enigmática. Los personajes son reales, nadie es totalmente bueno ni malo. Las visiones fantasmales abundan y tiene muchas partes bastante explicitas.

Sin embargo, si no acostumbran leer textos tan extensos, no dejo de invitarlos a revisar algunos de sus cuentos que están recopilados en dos grandes libros: Los peligros de fumar en la cama (2016) y Las cosas que perdimos en el fuego (2009). 

Para finalizar, me gustaría afirmar lo dicho anteriormente desde las mismas palabras de la autora. En el pasado Festival de Autores de Santiago ella respondió lo siguiente frente a la pregunta ¿Cómo integra el terror en su obra?

Empecé a entender que, para escribir terror, para mí por lo menos, desde América Latina tenía que incorporar los “terrores latinoamericanos”, que por supuesto son subjetivos y depende de cada uno de los países, de cada una de las culturas. Pero hay unos bastantes universales como la violencia institucional, la violencia política, los asesinatos políticos en Argentina, específicamente los desaparecidos. La incorporación del santoral pagano y la religiosidad popular…

Entonces me empecé a preguntar ¿Qué es una casa embrujada para nosotros? ¿Qué es una tierra maldita para nosotros?

Enríquez, 2020.