Hooky: una mezcla de ternura y oscuridad

Uno de los éxitos de Webtoon por fin en físico: Hooky, de Miriam Bonastre Tur, una historia llena de magia y aventura

Escrito por Ktlean

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Tal como se ha hablado recientemente del «Fenómeno Wattpad», sería apropiado hablar también del fenómeno Webtoon. Y es que en ciertas cosas, las dos plataformas son bastante parecidas: ambas permiten subir obras originales y leer esas mismas obras de forma más o menos gratuita (el «más o menos» viene del hecho de que en Wattpad existe un programa de Historias Pagadas y Webtoon permite leer por adelantado capítulos por un costo mínimo).

La gran diferencia es el formato que prolifera en cada una: la prosa en Wattpad y el cómic en Webtoon. Por lo demás, las dos ayudan a muchos usuarios en todo el mundo a disfrutar de historias novedosas, frescas y diversas. En el caso de Webtoon, los autores han sabido sacarle el máximo partido al scroll, narrando «hacia abajo», pero también innovando en cuando a temáticas y estéticas.

La forma en que la plataforma se ha estado esmerando en potenciar algunos de sus éxitos también se parece a lo que hace Wattpad hoy por hoy. Después de todo, ambas empresas se convirtieron en socias recientemente. Y con esta unión de fuerzas, se han abierto paso en el panorama editorial en cuanto a novela y cómics se refiere, especialmente aquellos destinados a los lectores juveniles. Es decir, han salido del ámbito digital para ganar terreno en la publicación en formato físico.

Un ejemplo de ello es el cómic que reseñaremos hoy. Escrito por la autora catalana Miriam Bonastre Tur, Hooky llama la atención por su aire tierno, de cuento infantil, y sus personajes carismáticos y queribles. A medio camino entre el estilo de Tim Burton y Ghibli, pasando por Harry Potter, está protagonizada por Dani y Dorian, unos mellizos que además son brujos.

Tal fue su éxito en Webtoon, que fue publicado primero en inglés y, recientemente, puesto a disposición del público de habla hispana por el sello Martínez de Roca, que pertenece a Planeta.

Ahora toca sumergirnos en sus 384 páginas a todo color y repletas de magia.

La historia

Dorian y Dani son dos mellizos que deben llegar a su escuela de magia. Pero, tras perder el autobús, deciden no volver a casa con sus padres por temor a una reprimenda. Determinan que lo mejor que pueden hacer es buscarse un maestro o maestra que les enseñe magia, ya que después de todo en la escuela no aprenden demasiado.

En busca de aquel brujo o bruja que les enseñe los rudimentos de la magia, recurrirán a su tía, Hilde, pero aquello solo les traerá más problemas. Pronto se transformarán en «enemigos» de gente poderosa y no les quedará más remedio que volver a emprender un viaje. Así, terminarán en un pequeño pueblo, donde un brujo con la capacidad de ver el futuro se ofrecerá a ser su maestro.

Es allí donde Dorian y Dani no solo se establecerán, sino que además podrán hacer amigos por primera vez, conocerse mejor a sí mismos y entre ellos. Saldrán a relucir las dificultades que Dani tiene para manejar sus poderes, y, en contraparte, el gran potencial que Dorian muestra casi sin esfuerzo.

Pero los problemas no dejarán de perseguirlos, por el contrario. Ambos hermanos enfrentarán a su forma el hecho de que muchos humanos odian a los brujos. Y que también muchos brujos ansían vengarse de los humanos que tiempo atrás quemaron a los suyos.

Una estética tierna para una historia no siempre tan tierna

Hooky es el tipo de obra llena de capas. Parece simple a primera vista, lo que si sumamos al estilo de dibujo puede llevarnos a esperar una historia divertida, ligera y tierna. Y lo es, claramente. Sobre todo al principio, donde ciertas cosas pasan porque sí, sin necesidad de motivos de peso para echar a andar la trama. Además, no pierde nunca un humor infantil y un aire general de «buen rollo».

Pero detrás de eso, hay una serie de tramas y subtramas que hacen que el tomo no se lea tan rápido como uno espera, cosa que no tiene que ver con la cantidad de páginas.

Una de esos pozos de profundidad donde nos sumergimos es todo lo que tiene relación a las brujos y los mundanos. Esta trama recuerda de inmediato a la quema de brujas medieval o la paranoia colectiva vivida en Nueva Inglaterra, Estados Unidos, en el siglo XVII. Y si bien no vemos escenas tan crudas, queda muy claro que hay mundanos dispuestos a quemar brujas si se presenta la oportunidad. Por ejemplo, hay un personaje a punto de ser asesinada en una hoguera y otro que muestra cicatrices de quemaduras en el rostro.

Este conflicto acarrea un desarrollo en el entorno, una división de bandos, pero también empuja a que sus protagonistas se vuelvan más «oscuros». La reacción de los hermanos será diferente, y habrá uno más dispuesto que el otro a tomar cartas en el asunto. Esto le da profundidad al cómic, una profundidad que es posible que muchos lectores no se esperen al ver la portada y dar un paseo rápido por las páginas.

Lo anterior no quiere decir que no se caiga en clichés propios de la historias sobre magia. Si bien no vemos una Escuela propiamente tal (el inicio de este cómic es como si Ron y Harry, luego de perder el tren en La Cámara Secreta hubieran tomado su equipaje y partido a buscar a algún mago capaz de enseñarles hechizos, en vez de perseguir el tren hasta Hogwarts, que es lo que pasó), sí está el concepto de maestro/alumno, de profecía, de magos oscuros, además de toda la estética asociada, como sombreros puntiagudos, gatos negros, escobas voladoras y varitas.

De todas formas, Hooky es el tipo de cómic que pueden leer adultos y lectores más jóvenes por igual. Y grita a los cuatro vientos el potencial para ser serie o película animada alguna vez.

El formato físico, ganancias y desventajas

Como ya se dijo antes, la aplicación de Webtoon (e incluso si el lector prefiere leer en la página web), implica un recorrido en scroll, hacia abajo. Esto puede parecer un detalle menor al llevar muchas obras a un formato físico, pero no lo es ni de lejos.

En la creación de cómics es fundamental tener claros ciertos aspectos como el tamaño de la hoja en la que se dibuja, el tamaño de la hoja o pantalla en la que se leerá, la disposición de las viñetas y el sentido en que estas harán que se muevan los ojos del lector. Los autores más hábiles logran que una página sea leída de manera fluida, casi sin pensar, mientras que los que no lo son tanto (o un lector con menos práctica, tampoco hay que olvidar ese detalle) harán que el lector se confunda.

Página de Hooky en su versión física

Otro aspecto fundamental es el page turner, la técnica que tienen los creadores para que la última viñeta de la página invite a seguir leyendo. Esto es algo de lo que uno no siempre es consciente cuando lee, pero que es fundamental al momento de estructurar una página.

Pues bien, en Webtoon muchas de estas cosas no aplican. Por lo general, solo hay una viñeta o dos en la página; el avance se da a medida que nos deslizamos hacia abajo, no a través de la hoja antes de pasar a la siguiente. Esto implica que tendremos menos información de golpe comparado con una página en físico, donde podemos tener más de diez viñetas. Tampoco es necesario decidir cuál de esas viñetas nos hará tener más ganas de seguir leyendo, porque no hay hojas que girar. La estrategia narrativa cambia y eso se vuelve más patente al momento de comparar la lectura en ambos formatos.

En el caso de Hooky, hay páginas que se vuelven algo fatigosas de leer. No a un nivel insoportable, pero sí se hace evidente que el cómic no estaba pensado en este formato de página desde el principio. Hay elementos que ayudan, como por ejemplo que cada personaje tenga un color asociado para sus globos de diálogo o pensamiento, o algunas viñetas que no están en la versión de Webtoon. Sí se agradecería alguna división de los capítulos y no un simple texto que muchas veces se vuelve casi invisible entre lo demás.

Claro que hay otros momentos donde el formato físico es una ventaja, en especial en las pocas páginas completas que se permite la autora. También cabe destacar el nivel de color y el cuidado de los fondos.

Lo cierto es que Hooky es un cómic muy bello a la vista.