A la hora de hablar de cine de terror actual, sin dudas James Wan es un nombre que sale colación. Él ha sido el responsable de dirigir icónicas películas de horror como lo son El conjuro (2013), SAW (2004), La noche del demonio (2010) y El títere (2007), entre muchas otras. No obstante, puede que con Maligno nos encontremos ante su mejor película.
Maligno es una retorcida pesadilla en la que el espectador va cayendo poco a poco a medida que se va dilucidando un misterio. En este, no parecer haber relación entre la protagonista y las víctimas de un extraño asesino en serie que, todo indica, no pertenece a este mundo. Es una pesadilla sacada del cine de clase B ochentero, relatada con una belleza y pulcritud visual propia del cine actual, junto a una amenaza digna de las ficciones más oscuras. Es una película que, en lo que respecta a narrativa y estructura del relato, podría ser la mejor pieza de James Wan.
Sinopsis
Madison (Annabelle Wallis) es una mujer embarazada que vive en compañía de su pareja (Jake Abel), un violento y alcohólico hombre que le echa la culpa de que sus bebés jamás alcancen a nacer. Su vida va relativamente bien hasta que, tras una enorme discusión en la que su novio azota su cabeza contra la pared, la protagonista comienza a sufrir unas extrañas alucinaciones en las que ve a una entidad de cabello largo asesinando a varias personas desconocidas en su misma ciudad. En un inicio, ella cree que no son más que pesadillas, pero pronto se entera de que sueña con asesinatos reales. Madison decide hacer algo respecto, pero, lejos de ayudar, termina convirtiéndose en la principal sospechosa.
Sobre la película
Tal como el director lo había adelantado, su más reciente película es un homenaje al giallo italiano de los años 70 y las películas slasher de finales de los 80, pues la sangre y las escenas explicitas son elementos que abundan a lo largo del film, pero sobre todo acercándose al fin. Los efectos especiales no buscan ser sutiles o realistas, sino muy exagerados, grotescos y estrambóticos con el fin de establecer un dialogo con el lenguaje de la hiper violencia y los parámetros del body horror. La violencia y la sangre son exagerados, al igual que la banda sonora, que busca sobrecargar las escenas e incomodar al espectador.
En cuanto a su ambientación, su paleta de colores es exquisita y sus escenarios tienen el sello personal del director. La forma en que se mezcla la visión de Madison con los escenarios de los crímenes es fenomenal, la forma en que se manifiesta el verdadero autor de los asesinatos es alucinante y, cuando revelan su origen, son escenas realmente fascinantes que incluso dan ansías de ver un film que solo se centre en ello.
Hablar sobre Maligno sin decir spoilers es sumamente difícil, ya que uno de sus mejores aspectos es cómo juega con el espectador para guiarlo por distintos caminos antes de llegar al tercer acto y revelar su verdadera amenaza. Al principio parece ser otra película sobrenatural sobre fantasmas y casas embrujadas, pero pronto la historia se convierte un policial cuando todos los personaje se preocupan de encontrar al verdadero asesino hasta que ocurre el giro de tuerca final y descubran quién (o más bien qué) era la verdadera mente maestra tras los crímenes.
Un film que sin duda merece ser visto.