En el difícil año de 2020, Sofía Bertelsen publicó la primera parte de la trilogía Ad Infinitum de la mano de Áurea Ediciones. La novela, de un total de 264 páginas, relata la historia de Jake Pyro y sus amigos en el extraño pueblo de Atacama, pero pronto toma un cariz aún más complejo.
Una historia de ciencia ficción, de multiversos y las dificultades que sufre un joven que de pronto tiene una misión que cumplir. Una serie infinita de preguntas y, al menos en esta primera entrega, algunas respuestas.
La historia
En el pueblo de Atacama viven solo adolescentes y jóvenes adultos. El habitante más «viejo» tiene unos 24 años y de ahí las edades descienden hasta los trece o doce. Salvo algunas excepciones, todos se dedican a lo mismo: cavar la tierra día tras día bajo las órdenes bruscas y perversas de La Voz. Fuera de eso, llevan una vida sin demasiadas reglas y, como cabe esperar de un grupo de gente joven, la tónica es el surgimiento de parejas y los encuentros sexuales.
Las únicas autoridades del desértico pueblo son la doctora María O’Connor y el Juez Justo del Valle, pero ellos dos no son suficientes para mantener del todo el orden en Atacama. Eso queda patente cuando Jake Pyro, el protagonista, se enfrente a uno de los jóvenes más peligrosos del lugar, quien, para su mala suerte, ha puesto los ojos sobre su hermana menor, Lili.
A partir de ese evento, toda su vida cambia. Primero se transforma en un sujeto peligroso para el pueblo y es juzgado, pero luego todo se pone aún peor. La aparición de un lobo parlante que se hace llamar Sócrates, significa para el joven Jake Pyro un descalabro total, que se concreta cuando se atreve a saltar al agujero dejado por Vulcano, su hermano mayor y quien lleva desaparecido tres años.
Es aquí donde la historia entra a su verdadero terreno: un relato sobre universos alternos por los cuales Jake debe empezar a viajar, a pesar de que su presencia en ellos supone un peligro, para sí mismo y para el universo de turno. Los objetivos de esta misión y su verdadera envergadura es algo que no se explica del todo en este tomo, pero este es solo el primer paso, uno que abre una puerta bastante interesante.
Buscarse a sí mismo
Jake Pyro es el tipo de personaje que no sabe por qué le tocó estar donde está. No entiende lo que está pasando, ni mucho menos por qué debe ser él quien «goce» de tamaña mala suerte. Todo parte para él con un acto impulsivo, pero que tenía la noble intención de proteger a su hermana, de quien quedó a cargo luego de la desaparición de su hermano. Luego, las cosas se retuercen de maneras para que las no se siente para nada preparado.
Sin embargo, una cosa esencial de este viaje es que de pronto, y a raíz de lo que está pasando a su alrededor, Jake por primera vez se atreve a cuestionar lo que le rodea. Arrastra desde hace tres años el dolor de la partida de Vulcano, y lo que más le carcome es no saber dónde está o si sigue vivo. Pero incluso después de este hecho, continuó con la rutina típica de un habitante de Atacama: cavar y cavar.
Las cosas cambian realmente debido a la presencia del Lobo, o Sócrates, quien lo empuja a hacerse preguntas. Como ¿cuál es su primer recuerdo? ¿Por qué no guarda ninguna memoria de sí mismo antes de los doce años? Estas preguntas y lo que viene después empuja a Jake, y al lector con él, en un viaje en busca de respuestas por distintos multiversos.
Dichas respuestas serán muchas veces difíciles de aceptar y habrán grandes sacrificios que hacer, pero por primera vez el joven se dará cuenta que tiene un propósito y que no es ese inútil que siempre se ha sentido o le han hecho sentir.
Opinión personal
Si bien hay algunos aspectos de esta novela que no me convencieron, fue una lectura interesante y ágil. Me dejó con muchas preguntas, lo que me empujó de inmediato al segundo tomo de la trilogía, de la cuál se hablará en otra nota. También me encariñé con algunos de los personajes y siento que Jake aún tiene mucho para dar como protagonista.
Una lectura que recomiendo, sobre todo a los amantes del género y a aquellos que disfruten de historias sobre multiversos.