Daenerys Targaryen: Ascenso y caída de un personaje

Análisis en detalle de uno de los personajes más queridos y memorables de la aclamada serie de HBO, Game Of Thrones.

Escrito por Zahorí Balmaceda

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Stark, Baratheon, Lannister y Targaryen son las principales casas que lideran la trama de una de las series que marcó la transición entre las primeras dos décadas del segundo milenio. Si bien todas están compuestas por familias poderosas y nobles, solo una de ellas se destaca por sobrevivir gracias a un único personaje.

Daenerys Targaryen es, de inicio a fin en la serie, el emblema de la evolución de personaje, pues a través de ocho temporadas la vemos evolucionar… e involucionar.

Los príncipes desterrados

La historia de los Targaryen se remonta varias generaciones antes de los hechos narrados en Game Of Thrones, donde solo conocemos los vestigios de la que alguna vez fue la familia más poderosa de los Siete Reinos.

El dragón de tres cabezas, emblema de la Casa Targaryen.

Durante el “presente” inicial de la serie conocemos a Daenerys Targaryen, una joven inocente, hija de los fallecidos reyes de King’s Landing —hogar de los regentes—. Luego de la muerte de sus padres, su hermano, Viserys Targaryen huye con ella —recién nacida— y vagan en una constante persecución que tiene sus vidas como objetivo del —en aquel entonces—, nuevo rey.

Durante el primer episodio se da a conocer la situación de los hermanos Targaryen, con Viserys ansioso de vender a su hermana al mejor postor: alguien que pueda darle un ejército para volver a reclamar el trono que “por derecho” le pertenece.

Viserys le habla a Daenerys sobre su futuro esposo.

Daenerys, cuya única ambición en la vida es volver a su hogar natal, es obligada a contraer matrimonio con Khal Drogo, líder de los dothraki, una raza de fieros y salvajes guerreros.

Durante su fiesta de matrimonio, le son obsequiados tres huevos de dragón que el tiempo ha convertido en piedras valiosas, objetos con los cuales Daenerys forma un intenso vínculo mientras se acostumbra a su nueva forma de vida en una tribu nómada.

Daenerys recibe los huevos de dragón como obsequio de bodas.

Si bien en un inicio su matrimonio significa una tortura para ella, los meses la ayudan a adaptarse y adoptar un carácter que la lleva a revelarse contra las ambiciones de su hermano, quien termina pereciendo por no saber controlar su orgullo.

Para entonces, Daenerys cargaba con el embarazo de su primer hijo, motivo principal por el que Khal Drogo aceptó perseguir la meta del fallecido Viserys con el fin de entregarle un trono a su primogénito.

Los planes de Daenerys se ven interrumpidos con la repentina muerte de su esposo y la pérdida de su hijo por una muy equivocada decisión que la condena a no poder engendrar hijos jamás. Al mismo tiempo, los seguidores de Khal Drogo la abandonan, dejándola rodeada únicamente por los dothrakis más débiles o enfermos y un par de fieles aliados.

Por suerte para Daenerys, el ritual funerario de su esposo la hace descubrir un don particular y divino que le permite prevalecer ante el fuego, descubrimiento acompañado por el nacimiento de los que se convierten en sus únicos hijos: tres dragones llamados Drogon —nombrado en honor a su esposo—, Viserion —nombrado en honor a su hermano recientemente fallecido— y Rhaegal —nombrado en honor a su hermano mayor, a quien Daenerys nunca conoció—.

En orden de izquierda a derecha: Drogon (negro), Viserion (verde) y Rhaegal (dorado).

Con un gran final de temporada, queda aclarado el motor que moverá las siguientes acciones de la denominada madre de dragones: reclamar el trono.

Rompedora de cadenas

La segunda temporada de la serie sitúa a Daenerys en un viaje sin rumbo, donde se enfrenta cara a cara con la muerte antes de llegar a una ciudad donde es recibida y cortejada.

Daenerys y sus seguidores, perdidos en el desierto.

Luego de no recibir el apoyo que solicita para lograr su objetivo y ser despojada de pequeños dragones, Daenerys aprende una valiosa lección y decide saquear la ciudad, obteniendo un poderoso botín que la lleva a cruzar el océano en busca de un ejército.

Al desembarcar en Astapor, una ciudad esclavista, la única descendiente de los Targaryen también encuentra una nueva meta para alcanzar: acabar con la esclavitud.

A cambio de Drogon, el mayor de sus dragones —y también el más fuerte—, le es entregado a Daenerys un ejército de ocho mil soldados inmaculados, hombres entrenados para el combate que no aparentan sentir dolor y que seguirán al portador de un látigo con forma de arpía.

Una vez que el preciado objeto llega a sus manos, Daenerys le ordena a los inmaculados atacar a los esclavistas de la ciudad y liberar al resto de los esclavos. Una vez cumplida su orden, Daenerys libera a los soldados y los invita a seguirla, ahora como hombres libres.

Daenerys se rebela contra los amos de Astapor.

Es así como abandona Astapor, seguida por sus fieles acompañantes, un ejército de inmaculados libertos y la advertencia para las ciudades cercanas sobre su rápido ascenso en poder militar.

Meeren

Pese a que la madre de dragones recorre un largo camino evolutivo en las siguientes temporadas, es en la quinta donde se muestra una potente fragilidad en ella. Meeren, una ciudad esclavista, juega un rol importante en este descenso…

Luego de pasar mucho tiempo intentando tomar la ciudad protegida por altos muros, Daenerys logra acceder a ella gracias a un astuto plan de sus aliados, el cual consiste en armar a los esclavos de la ciudad para que ellos mismos terminen con la tiranía que los rige.

Es en Meeren donde Daenerys rige por primera vez como reina y también donde permanece por más tiempo en la serie. Todo aparenta ir bien hasta el surgimiento de los hijos de la arpía, un grupo de personas contrarias a los ideales de su nueva reina que actúan en las sombras, asesinando a sus aliados.

Con ellos en contra, Daenerys también debe enfrentarse al nuevo peligro que sus dragones significan para los demás, ya que, al crecer con rapidez, su instinto cazador los guía a buscar presas más grandes, tales como el ganado de los vasallos de Daenerys e incluso los mismos habitantes de la ciudad.

Drogon caza a un niño.

Temerosa por las acciones de sus “hijos”, la madre de dragones decide encerrarlos en las catacumbas, aunque Drogon se encuentra desaparecido y se salva de la suerte de sus hermanos.

A esta fuerza antagónica se suma la gente que la ama; después de haber atrapado a un hijo de la arpía, uno de los seguidores de Daenerys lo asesina en contra de los deseos de su reina, lo cual la lleva a ejecutarlo públicamente para sentar un precedente. El objetivo de imponerse ante la ciudad se ve mermado por la reacción de los habitantes de Meeren, quienes se rebelan contra Daenerys, arrojándole piedras.

Desesperada, Daenerys acepta comprometerse con uno de los amos de la ciudad, anteriores esclavistas que mantuvieron su alta posición incluso después de la llegada de la joven y su ejército. También decide, contra su voluntad, abolir las peleas a muerte, principal entretención de la ciudad.

Es en medio de esta debilidad cuando Daenerys se da cuenta de que ya no es la misma de antes. Sus dragones encadenados la rechazan y atacan, su pueblo no la ama, sus aliados más cercanos mueren o son expulsados por traición y, tal vez el punto más bajo, es el repentino y cercano encuentro con Drogon en medio de la noche, donde este ni siquiera le permite tocarlo.

Drogon visita a Daenerys.

Pronto la reina se ve atrapada en una trampa mortal que amenaza su vida, a sus amigos y a su reinado. En medio del conflicto, Daenerys acepta su destino, pero es salvada por Drogon, a quien monta por primera vez y quien la lleva lejos de Meeren, dejando a la ciudad sin su actual regente.

Khaleesi

El haberse convertido en esposa de Khal Drogo, convirtió a Daenerys en khaleesi, un título que porta constantemente y con el cual se encuentra cara a cara luego de verse atrapada por un mar de dothrakis, lejos de Meeren.

Daenerys es tratada como una prisionera, pero luego de que el líder de esta tribu se entera de que anteriormente estuvo casada con Khal Drogo, decide enviarla al lugar donde viven las reinas viudas, condenándola a permanecer ahí para siempre.

Daenerys es llevada al Dosh Khaleen, donde viven las viudas.

Van a su rescate dos fuertes aliados durante gran parte de la serie y los tres fraguan un plan para demostrarle a la tribu el poder de Daenerys. La encierran con el líder del khalasar y sus más fieles seguidores para hacer arder la tienda en la que se encuentran.

Cuando todos ven arder el lugar, Daenerys surge de las ruinas y cenizas sin daño alguno, una señal divina que la convierte en la única e indiscutida khaleesi.

Daenerys surge entre las cenizas del Dosh Khaleen.

De regreso en Meeren, el ejército dothraki arrasa contra los hijos de la arpía, los dragones son liberados y atacan los barcos enemigos que acechan la ciudad, provenientes de otras potencias esclavistas.

Harta de tener que esperar, Daenerys le otorga a uno de sus hombres más fieles —y amante— el control de la ciudad en su ausencia y se embarca —literalmente— otra vez en su objetivo de convertirse en reina de los Siete Reinos.

Reina de nada

Hasta este punto, Game of Thrones contaba con una potente aceptación del público que se hacía notar y todo apuntaba a que el esperado encuentro entre Daenerys y Jon Snow —hijo del hermano mayor de Daenerys y personaje principal en la historia—, desencadenaría una cadena de eventos que no harían más que aumentar la popularidad de la serie… pero no fue así.

Daenerys y Jon se conocen.

Para entonces, Game of Thrones ya se encontraba en sus últimas temporadas y la narrativa comenzaba a fallar, pero su —amplio— público fiel supo mantener la serie en lo alto gracias a teorías, intriga y el mismo amor que le tenían muchos personajes del universo medieval.

Daenerys ambiciona el trono, pero también comprende la importancia de detener a la gran fuerza antagónica de la serie, la cual representa un peligro para ella también, así que decide unirse a Jon Snow con un alto costo a pagar: gran parte de su ejército —tanto dothrakis como inmaculados— y el menor de sus dragones, Viserion.

Para entonces, Jon se había convertido en amante de Daenerys y, tal vez, en su futuro compañero regente, pero también significó una amenaza para ella cuando descubrió su origen y que el trono que tanto deseaba le pertenecía más a él por derecho, aunque Jon nunca se mostró interesado en ser rey.

Una vez superado el conflicto mayor, Daenerys comienza a mostrar impaciencia por obtener el ambiciado trono —hasta ese momento ocupado por la casa Lannister—. Su imprudencia la empuja a perder a otro de sus dragones —Rhaegal—, a la totalidad de su flota y también a su mejor amiga. Todo esto durante el mismo episodio que marca un antes y un después en el carácter de Daenerys, cambio que no fue bien aceptado pues representó un decrecimiento de personaje que anuló toda evolución vista anteriormente.

Daenerys, devastada por su más reciente pérdida.

El padre de Daenerys —a quien tampoco conoció—, era llamado El rey loco, pues antes de perder su trono estaba dispuesto a destruir King’s Landing, ciudad en la que reinaba y la cual ahora Daenerys intentaba recuperar.

La madre de dragones luchó durante gran parte de su aparición en pantalla por ser diferente a su padre, demostrando la compasión y serenidad que este nunca tuvo. Pero nada de esto, al parecer, fue suficiente para evitar que Daenerys perdiera la cordura.

Durante el penúltimo episodio de la serie, Daenerys retoma ventaja contra las fuerzas opositoras, llegando a tomar control sobre la ciudad en combate, siempre a la espera de la rendición de esta. Cuando las campanas suenan —y contra toda expectativa de victoria de los aliados de Daenerys o, incluso, los televidentes—, la madre de dragones decide atacar la ciudad, estando esta desprotegida.

Daenerys decide atacar King’s Landing en plena rendición.

Es así como Daenerys pasa a ser una peligrosa y forzada antagonista que logró su objetivo a un precio excesivamente caro.

Finalmente, y para mantener a salvo a la ciudad y a las que aún quedan por conquistar —puesto que el último episodio de la serie estuvo lleno de promesas inesperadas de dominio y acciones sin sentido—, Jon decide acabar con la vida de Daenerys, a quien había jurado amor y obediencia.

Las repercusiones dentro de la narrativa fueron polémicas pues, si bien Daenerys estaba muerta, esto significaría que su amplio séquito cobraría venganza por su deceso, pero el final de la serie y su indiscutido título como “peor episodio” habla por sí solo…

Asesinato de Daenerys.

Apreciación personal

No culpo a ninguno de los personajes de Game of Thrones por sus acciones, al menos hasta las últimas temporadas, donde los principales antagonistas fueron los guionistas y directores quienes, empujados por la presión del público y las apuestas en producción de la serie, tomaron pésimas decisiones para abarcar una temporada final que debía estar llena de dicha y emoción, sin importar su final, aunque sustentándolo con la trama adecuada.

Daenerys llega al trono de los Siete Reinos.

Pero centrándonos en Daenerys Targaryen y olvidando su terrible y forzado final, es sin duda alguna uno de los personajes que ha marcado este siglo. He conocido personas que, por motivos que no entiendo, nunca vieron ni verán Game of Thrones, pero reconocen aspectos significativos de la serie, emblemas que hablan de ella por sí sola y mi favorito de todos es “la niña de los dragones”, pues si bien no conocen su historia, sí son capaces de percibir tres cosas que la marcaron como personaje y símbolo: su juventud, sus dragones y el poder que los puntos anteriores complementaban.

Promoción de la sexta temporada de «Game Of Thrones», especial Targaryen.

Si alguna vez buscan un buen ejemplo de evolución de personaje, ver las primeras temporadas de Game of Thrones y centrarse en la apartada trama de Daenerys por sí sola será un excelente ejemplo para la configuración de personajes que ambicionan poder, pero se descubren a sí mismos en la búsqueda de su objetivo.