Dragon Ball Z: Kakarot y su enorme potencial perdido

El más reciente título de Dragon Ball en el videojuego llegó con muchas expectativas que no pudo cumplir. ¿Vale la pena ser jugado?

Escrito por Chico Guitarra

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Dragon Ball Z Kakarot es un videojuego basado en la historia creada por Akira Toriyama, abarcando los 4 arcos argumentales del manga de Dragon Ball Z y adaptándolos a un mundo abierto fielmente recreado, prometiendo una gran inmersión y deleite para los fans más acérrimos de la saga.

Pese a esto, la discordia no se hizo esperar, y es que desde su salida en enero de 2020, ha recibido un montón de reseñas y criticas mixtas de distintos medios, en donde algunos catalogaron al título de ser la mejor adaptación del anime al medio del videojuego, otros de ser una entrega mediocre que solo se basó en la nostalgia para ser vendido, y otros simplemente lo tacharon de ser “basura”.

¿Cuál de todos ellos tiene la razón? Es una pregunta muy difícil de responder, ya que Kakarot es un videojuego que se puede analizar desde distintas perspectivas, y todas estas te llevarán a diferentes conclusiones, ya sea si lo analizas como un fan de la saga o alguien estrictamente objetivo. Así como puede plantearse si es un buen videojuego o una fiel adaptación de la historia de Goku en Dragon Ball Z.

En esta nota revisaremos que tal está Kakarot; lo que hace bien, lo que hace no tan bien y lo que pudo hacer del título algo sublime y memorable.

Reseña general

Dragon Ball Z Kakarot es un videojuego tipo RPG de mundo abierto que, a diferencia de títulos como FighterZ (2018) que se centran puramente en el combate, este se enfoca en la narrativa e inversión del jugador en la historia y mundo de Dragon Ball.

La historia que se nos relata en Kakarot es básicamente la misma de siempre. Inicia desde que Raditz llega a la tierra en busca de su hermano, hasta el desenlace del combate final entre Goku y Majin Buu.

  • La ambientación es un punto para destacar dentro de todo esto, ya que el mismísimo Akira Toriyama participó dentro de la dirección del juego, aportando muchísimos detalles al mundo en el que se juega.

Estilo visual y sonoro

El estilo visual que la dirección eligió para contar la historia no es uno muy rompedor de esquemas, pero reluce muchísimo en las escenas cinemáticas y en los combates. No así las animaciones, las cuales carecen de carisma en muchísimos diálogos y escenas clave de la historia (salvo por las cinemáticas).

Y hablando de las cinemáticas, estas son de una calidad visual impresionante, igualando en todo momento (y me atrevería a decir que superando en algunas ocasiones) al estilo visual de los “Dramatic Finish” de FighterZ. Escenas como la transformación de Goku a Super Saiyajin o el sacrificio de Vegeta ante Majin Buu son sencillamente espectaculares.

Desde lo referente al audio, la banda sonora de Kakarot es muy buena, ya que tiene una selección de melodías originales del anime reinterpretadas exclusivamente para el título, como también unas melodías originales que encajan con las anteriores, además de las famosas canciones de los opening de Dragon Ball Z “Cha-La Head Cha-La” y “We Gotta Power”.

Punto bajo: la jugabilidad

La jugabilidad si es algo muy debatible en Kakarot, por la sencilla razón que “no se enfoca 100% a las peleas”. Pero, aun así, todo lo referente al apartado jugable se siente demasiado plano, sencillo y a medias.

Por ejemplo, los combates se reducen siempre a lo mismo: golpear con un botón, esquivar con otro, recargar Ki y lanzar un ataque especial hasta que el enemigo caiga. El curarte con las semillas del ermitaño hace que las peleas sean muy sencillas de terminar y, por ende, que estas se vuelvan repetitivas.

Combate de Gohan y Goten contra un enemigo

Y hablando de repetitividad, las misiones secundarias casi siempre se reducen a “ve a este lugar”, “tráeme este objeto” o “derrota a estos enemigos”. Salvo algunas excepciones en las que realmente da gusto terminar una misión secundaria (como una misión muy divertida que involucra a Yamcha), todo el resto son muy olvidables.

Igualmente existe un problema de nivelación en la experiencia que obtienes en el gameplay y que hace subir las estadísticas de tu personaje. A medida que avanzas en la historia, la experiencia obtenida se “ajusta” para que llegues cómodamente al siguiente combate, lo que a mi parecer es un error tremendo.

Si, la experiencia que ganas en la historia debe ser considerable, pero si constantemente ajusta tu nivel en función de igualar tu poder con el oponente, quita la relevancia a actividades como los entrenamientos, el panel de relaciones (mecánica interesante) y las recetas que puedes crear con Milk, conceptos que se vendieron como algo fundamental para el progreso del personaje.

Detalles que pudieron marcar la diferencia

Hay un sinfín de cosas que los desarrolladores, en este caso Bandai Namco, pudieron haber pulido y mejorado en Dragon Ball Z Kakarot. Este título tuvo el potencial necesario para haber sido por lejos el mejor juego de la saga desde todo punto de vista, y quizá uno de los grandes videojuegos de la generación.

Aspectos como una dificultad tanto exigente como balanceada, momentos épicos mejor dirigidos, menor censura en historia en donde la violencia y sangre abundan, y un mejor uso de las capacidades jugables, hubieran pulido un montón al videojuego. Y, pese a que Kakarot no se centra en los combates, se pudo haber hecho un sistema un tanto más profundo y que no se sintiese como una copia de la saga de Dragon Ball Xenoverse, pero con mejores efectos visuales.

  • Una cosa que si hubiera deseado ver, es que realmente fuera un trabajo arduo (y quizá un rompecabezas) encontrar las esferas del dragón. Estas se encuentran en cosa de minutos y no existe ni desafío ni satisfacción en ello. No digo que sea como las aventuras de Dragon Ball clásico, pero que al menos fuese una actividad entretenida y épica.

Comparación con otro juego de la saga

También está la inevitable comparación con Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3, el cual para muchos es uno de los mejores videojuegos de la saga junto con FighterZ, y que tiene un sistema de combate excelentemente logrado y con un grado de profundidad increíble.

Comparar a Kakarot con FighterZ desde lo jugable es injusto, ya que son juegos muy diferentes, pero claramente los desarrolladores de Kakarot pudieron sacar aspectos jugables de Budokai Tenkaichi 3 para aplicarlos en el combate.

  • Como dato, Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3 fue traducido en un 100% al español latino en el año 2010 por un chileno llamado Chuchoman a base de recortes de sonido sacados del mismo animé, lo que añadió un toque especial a un videojuego que ya era excelente.

¿Y el español latinoamericano en Kakarot?

Poco se sabe sobre las razones que tiene Bandai Namco para no contratar al elenco que dobló originalmente Dragon Ball Z, cosa que desde hace muchísimo tiempo se pide para los videojuegos de la saga, pero parece que jamás llegará a ver la luz.

Sí, es verdad que actores de doblaje como Mario Castañeda (voz de Goku) o René García (voz de Vegeta) son voces de doblaje que, a diferencia de la época en donde doblaron originalmente a Dragon Ball, ahora tienen una categoría muy superior y, por ende, sus tarifas de doblaje lo son también.

Pero, aun así, está claro que el mercado del entretenimiento latinoamericano es en donde más presencia hay de la saga de Dragon Ball, por lo que no invertir en un doblaje exclusivo (pese a que su costo sea elevado) es a todas luces una decisión de marketing y logística casi ilógica, carente de sentido y justificación.

  • Es más, la campaña de marketing de Dragon Ball Z: Kakarot incluyó un spot que apela a la nostalgia que sentía un hombre japonés de niño al ver las aventuras de Goku. Entonces ¿no habría sido una buena decisión hacer el mismo spot, pero centrado en un niño de Latinoamérica?

Conclusión: pudo ser grandioso.

Es una real lastima lo que ocurrió con este título, ya que tuvo todo para ser memorable. Sus cinemáticas, ambientación y banda sonora son excelentes, y uno como fan de la saga puede notar que si se colocó amor en los detalles para meternos de lleno al mundo de Goku y sus amigos.

Mas no se cuidaron y/o trabajaron otro tipo de detalles relacionados al videojuego como tal, transmitiendo tanto a fans como a no fans de la saga, que a este videojuego solamente se le quería terminar, vender y olvidar lo más rápido posible.

A fin de cuentas, Dragon Ball Z: Kakarot parece ser un título con una concepción extraña y producida por dos equipos distintos al mismo tiempo: uno de ellos con gran amor hacia Dragon Ball, y otro simplemente con ánimos de hacer dinero a base de la nostalgia.

Y esa es justamente la creación que llegó hacia nosotros como consumidores: una excelente adaptación tanto del manga y del anime, como un videojuego muy mediocre al mismo tiempo.