¡Achís!, el nuevo tomo de historias cortas de Naoki Urasawa

Planeta lanza el nuevo tomo recopilatorio de historias cortas de Naoki Urasawa, una mezcla de anécdotas personales y relatos breves

Escrito por Ktlean

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Luego de escribir sendas obras como Monster, 20th Century Boys, Billy Bat, Happy!, entre otras, nadie podría negar que Naoki Urasawa es uno de los grandes nombres del manga actual.

Reconocido como uno de los mejores autores de seinen e historias de suspenso, lo cierto es que a lo largo de su carrera, Urasawa ha explorado varios géneros. A veces roza la ciencia ficción (20th Century Boys, Billy Bat), a veces se mete de lleno en ella (Pluto), a veces roza el misterio (Master Keaton, obra que solo dibuja) y otras escribe thriller propiamente tal (Monster), pero también ha escrito spokon (Happy! y Yawara!).

Tiene un estilo definido, pero es bastante versátil. Esta versatilidad sale a relucir en especial cuando en vez de leer los sucesivos tomos de una de sus series regulares, nos topamos con algún tomo recopilatorio de historias cortas. En español actualmente hay disponibles dos: Historias cortas de Naoki Urasawa (del cual esperamos traer una reseña pronto) y el que compete a esta nota: ¡Achís!, una de las últimas licencias del autor lanzadas por Planeta Cómic (junto con ¡Asadora!, su serie regular actual).

El tomo reúne 8 historias cortas, publicadas en distintas revistas entre los años 1995 y 2018. Combinando manga en blanco y negro con páginas a color (a veces una porción de la historia, en una ocasión en su totalidad), historias que recuerdan al Urasawa de las series largas, otras bastante novedosas, otras que hacen eco de sus obsesiones, un par personales. El tomo supone una lectura interesante, sobre todo para los fans del autor.

El Urasawa de siempre en ¡Achís!

Como ya se dijo, son 8 las historias recopiladas en este tomo, cada una con sus particularidades, algunas reflejo del Urasawa que conocemos, mientras que otras se alejan un poco de lo que estamos habituados a leer de él. Entre las primeras historias están DAMIYÁN!, ¡Lanza apuntando a la luna! y Reino de Kaijû.

DAMIYÁN! es con la que comienza ¡Achís!, con las primeras páginas a color y el resto en blanco y negro. Se centra en dos nerds (no hay muchos datos sobre ellos, pero a partir de su apariencia y forma de hablar de uno de ellos podría suponerse eso) que le ofrecen sus servicios a unos mafiosos. Lo interesantes es que estos servicios son bastante particulares, tan particulares que rayan en lo paranormal.

A partir de esto, Urasawa desarrolla una pequeño drama familiar, algo muy propio de su obra, que por mucho que tenga tramas intrincadas, siempre versa sobre la mismo: la gente y sus sentimientos.

¡Lanza apuntando a a la luna! va por derroteros similares. En esta historia vemos a un niño que sueña con jugar profesionalmente béisbol a pesar de que es un pitcher malísimo. Sus propósitos encuentran un obstáculo cuando se topa con un mendigo que, al parecer, puede ver el futuro. Este hombre le da una serie de consejos para conseguir algo impensable en ese momento: ser un periodista ganador del Pulitzer. Habrá que descubrir si el anciano tiene razón en sus vaticinios y, si es así, cómo llegará el protagonista a ese objetivo impuesto.

Reino de Kaijû es, tal como dice su nombre, una breve historia sobre los famosos monstruos gigantes, tan comunes en el cine japonés de los años 50, 60 y 70. Urasawa, como buen niño japonés criado durante esos años, tiene una gran afición a ese tipo de criaturas, y es con este manga que cumple, en parte, el sueño de crear una.

Centrada en los humanos que sufren las consecuencias de las llegadas de los Kaijú y, en el extremo opuesto, de los fans de estos, el magaka vuelve a centrarse en las personas, en lo normal, en lo casi cotidiano (en un mundo donde hay monstruos gigantes, claro).

Uno de los aspectos más interesantes de estas tres historias es que cuando ocurre algo fantástico o sobrenatural, no se le da ningún tipo de explicación, por muy portentoso que sea el hecho. Esto puede ser frustrante para algunos lectores, pero para otros puede suponer parte del encanto.

El humor en ¡Achís!

Hay dos historias claramente humorísticas en el tomo, que además son las únicas coloreadas al completo. Se trata de Henry y Charles y Solo Mission.

La primera muestra los intentos de dos ratones por conseguir una tarta sin que el gato de la casa los escuche y, por ende, se los coma. Claramente deudora de los cartoon occidentales tipo Tom y Jerry, las páginas son un goce, primero por lo liviano del conflicto, y segundo por el coloreado de las páginas. Siempre es un placer ver los dibujos de Urasawa a todo color y esta no es la excepción.

Solo Mission supone el final del manga y tal vez una de las más distintivas, ya que para empezar se lee en orden occidental. Esto se debe a que fue un encargo para el aniversario 40° de la editorial francesa Humanoids. Muy corta (más que el resto) y con un final que se siente como el punch line de un chiste, muestra brevemente los conflictos de un matrimonio extraterrestre debido a la nueva misión del hombre, el que es enviado por sus superiores a un planeta tan peligroso que lo llaman «El Planeta Infernal de la Muerte Diabólica».

Ambas historias son de las más llamativas del tomo, sin ser por ello las más altas en cuanto a calidad. Sirven para aligerar la lectura entre otros de los relatos que pueden tener mayor densidad.

La anécdota personal en ¡Achís!

Pero sin duda lo que supone lo «mejor» de ¡Achís! son aquellos atisbos de su vida personal, más allá del manga, que nos da Naoki Urasawa entre sus páginas. Si bien él es mucho más abierto que la mayoría de sus colegas (no por nada se ha dedicado a sacar a varios de su ostracismo a través de los capítulos de No Manben), tampoco es que sepamos demasiado de su vida más allá de sus aficiones y su forma de trabajar.

En ¡Achís! se permite abrir un poquito la puerta y enrostrarnos su afición a la música occidental y su cercanía a nombres importantes del folk japonés, todo desde la perspectiva de un hombre de mediana edad que se crio escuchando a The Beatles, Neil Young y Bob Dylan.

Los maduritos y Musica Nostra son dos historias que se sienten como un diario ilustrado debido a la temática, el dibujo y la rotulación. Están repletas de anécdotas ligadas a la música, incluyendo las aventuras de Urasawa en un festival de música en Los Ángeles. Ver al creador de Monster y Billy Bat emocionado mientras escucha a Paul McCartney es algo maravilloso, sobre todo si está contado de una manera tan cercana.

Pero con la historia que se alcanza el mayor nivel de cercanía con el autor es It’s a Beautiful Day, la que dedica a Kenji Endô (nombre que no pasará desapercibido para los lectores de 20th Century Boys), un amigo músico que le contaba sus anécdotas y que lo autorizó en vida a convertir una de ellas en un manga.

Esta parte del tomo es bastante emocionante cuando se lee la explicación que da Urasawa a la historia, el proceso de creación y lo tarde que llegaron las páginas. Ayuda a conocer al hombre tras el manga, al que es fan y amigo, al que es en esencia como todos nosotros.

Últimas palabras

Es probable que ¡Achís! sea una lectura que los fanáticos de Naoki Urasawa disfrutarán más que los que lleguen al tomo sin haber leído nada suyo. Si aislamos esta obra del resto de su producción, queda al debe y no logra sostenerse sola del todo. Pero si se entiende como parte del panorama total o como un acercamiento al lado más humano de Urasawa, gana bastante.

De todas formas, independiente de a quién le guste y a quién no, se agradece que Planeta vaya completando los pequeños huecos que aún quedan en la obra del autor en términos de publicación. Para los aficionados a Urasawa y a los coleccionistas, ¡Achís! es una necesidad y una obligación.