Robin: Año Uno – Las aventuras del chico maravilla

Dick Grayson, conocido como el primer Robin, hace un desplante inigualable de todas sus habilidades en Robin: Año Uno, de Dixon y Beatty.

Escrito por Yerko Soto

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El inicio de Dick Grayson como el compañero maravilla del alter ego de Bruce Wayne es mundialmente conocido por todos quienes se consideran lectores de cómics habituales, así como también de aquellos menos asiduos al universo DC. Sin embargo, hay un reducido grupo que no entiende bien o, mejor dicho, confunde el origen de Dick y con gran razón, considerando que los siguientes Robins tuvieron orígenes sospechosamente similares.

Dicho esto, antes de comenzar a revisar el cómic que traemos el día de hoy, veamos el nacimiento de Dick Grayson, el primer Robin, en un párrafo.

El hijo de los maravillosos acróbatas del Circo Haly (quienes fueron fríamente asesinados frente a los ojos de Dick), se vuelve a ojos de Bruce un fiel reflejo de la gran depresión que lleva dentro debido al asesinato de sus padres. El multimillonario tome a Dick bajo su tutela (vamos, que ser millonario te hace saltar todas las reglas de la ley y puedes adoptar un niño nada más lo quieras) y, tras quedar impresionado con sus increíbles acrobacias y demostrar un don similar al de su mentor para analizar situaciones y resolver diferentes pruebas de manera exitosa, lo convierte en su compañero de labores nocturnas.

Así es como nace, a grandes rasgos, el primer Robin, Dick Grayson. Algo que, si no sabías, ahora sabes de sobra y no hay mucho más sobre su origen. Si quieres indagar sobre este tema, recomendamos leer El Largo Halloween y Victoria Oscura de Tim Sale y Jeph Loeb.

Ahora que sabemos quién es Dick Grayson y su origen, es hora de hablar de…

Robin: Año Uno,  el nacimiento del chico maravilla

El cómic guionizado por Chuck Dixon y Scott Beatty allá por el 2001 no nos cuenta precisamente cómo fue el origen comentado más arriba, sino más bien el desempeño de nuestro intrépido amigo a través de sus diferentes aventuras acompañando a Batman.

Los guionistas nos muestran el lado más humano del joven adolescente en el proceso de convertirse en el aliado perfecto para Batman, quien en el futuro tomaría su propio camino volviéndose Nightwing.

El sombrerero, Mr. Frío y Joker son solo personajes secundarios en esta historia, quienes tendrán más de una participación interesante dentro de esta, pero es Harvey Dent quien se lleva el papel protagónico en relación a los antagonistas. Esto es menor, ya que Dos Caras es y será siempre el enemigo por excelencia de Dick Grayson.

Dixon y Beatly desde un comienzo nos aterrizan de manera precisa a través de sus páginas la relación del chico maravilla y Batman, mostrándonos sus dispares personalidades. Mientras Batman es un ser tétrico, callado y muy terrorífico, Robin se presenta como un personaje lleno de energía e ideas, imaginativo y volátil, mostrando desde joven un increíble sentido del humor. Es precisamente esta inagotable energía la que, poco a poco, va traspasando a Bruce.

Alfred, fiel mayordomo de la familia, nos ayuda a comprender las vivencias de la baticueva y el cómo Robin afecta positivamente a Bruce, así como también nos hace notar el desgaste y sacrificio que se van tomando en cada decisión. Más que como sirviente, Alfred se presenta como un padre adoptivo, quien funciona como una especie de consciencia para su amo, un papel que muchísimos autores han querido explotar desde tiempos inmemoriales.

El arte llevado de la mano de Javier Pulido y Marcos Martín es una cosa realmente maravillosa. Los trazos, las acciones, los movimientos, todo se entremezcla y crean viñetas repletas de acción y atención a los detalles.

A pesar de que muchísimas viñetas carecen de fondos que nos puedan dar un mayor contexto de lo que estamos viendo, la gama los colores usados junto con la acción del momento hacen que pasen perfectamente inadvertidos, logrando enfocarse en lo realmente importante: la acción del momento.

Los autores de Robin: Año Uno, funcionan impecablemente. Los dibujos responden y se adaptan perfectamente al guion mientras que cada viñeta nos va dejando pequeñas migajas de eventos pasados, tomando mucha atención a los detalles y elementos que nos pueden traer recuerdos y guiños de otros cómics del murciélago.

Opinión personal

El cómic me pareció una obra genial, me gustó muchísimo. El hecho de tratar un tema tan sensible como la relación de padre e hijo que está inevitablemente vinculada entre Batman y Robin… no, entre Bruce y Dick, hace que en cada viñeta que pases termines devorando todas tus uñas sólo por los nervios sobre las decisiones que pueda tomar cada uno de ellos.

Veremos una faceta oculta o no tan desarrollada en otros cómics en relación a Robin, faceta que nos hará pensar que Dick debe ser el heredero legítimo a portar el manto cuando Bruce ya no exista (a pesar de que ya lo hemos visto anteriormente tomando el mando).

El lado detectivesco de Dick se explota exponencialmente a medida que avanza el cómic lo cual se agradece enormemente, así como también su lado sentimental. No olvidaré esa viñeta en que Dick se queda boquiabierto mirando a la joven adolescente hija del Comisionario Gordon… una delicia, y claro, las palabras del comisionado, un remate perfecto.

Si tienen la oportunidad de conseguirlo, hágalo, no es una obra de aquellas de colección que sí o sí debes tener, sin embargo, es un interesante agregado que te alegrará toda una tarde leyendo las aventuras del compañero de Batman.

En Chile se pudo acceder fácilmente a ella a través de la colección de novelas gráficas de DC Cómics a un valor promedio de $7.990.