Rol y juegos de mesa

Pan Am: La edad de oro de la aviación

¡Todos a bordo! Hoy vamos a hablar de Pan Am, un juego publicado en 2020 por Funko Games y diseñado por Prospero Hall. En él, entre 2 y 4 jugadores buscarán coronarse como los reyes del cielo, compitiendo no solo entre ellos sino también contra la mismísima Pan Am, compañía símbolo de la aviación del siglo XX. Cada jugador controla su propia aerolínea, comprando y mejorando la flota de aviones mientras adquiere y vende los derechos para nuevas rutas aéreas. Todo esto con el fin de comprar acciones en la prestigiosa Pan Am, para así conseguir la victoria al final de 7 rondas.

Este juego no viene a reinventar la rueda y ocupa varias mecánicas clásicas de los juegos de mesa, como construcción de rutas, colocación de trabajadores o compra de acciones, pero aprovechándolas sabiamente y con más de una sorpresa guardada. Una alta interacción y una pizca de azar sellan este juego que siempre tiene algo que ofrecer.

En Pan Am se deben balancear y aprovechar no solo recursos, sino también las oportunidades y los riesgos. ¿Cuánto guardar para invertir en más rutas y así aumentar las ganancias? ¿Cuánto invertir este turno en acciones? El juego está plagado de pequeñas decisiones, que fuerzan a considerar estratégicamente donde y cuando gastar recursos.

2 -4 jugadores / 60 min / 12+ años

Listos para despegar

Cada una de las 7 rondas está dividida en 4 fases: Eventos, Ingenieros, Resolución y Expansión. Se inicia con la fase de Eventos, donde se revela una carta indicando el valor de las acciones de Pan Am, y eventos que alteran la ronda.

La fase de Ingenieros es cuando el juego comienza a tomar vuelo: aquí, cada jugador deberá desplegar trabajadores en alguna de las 5 posiciones disponibles. En estas se pueden conseguir nuevos aviones para la flota, comprar los derechos para viajar a ciertas ciudades o construir nuevas rutas. Parece nunca haber suficientes trabajadores para todas las acciones que uno desearía hacer, y esto se complica por la intromisión de otros jugadores. En un “worker-placement” tradicional, es decir, el primer jugador que coloca su trabajador en un espacio lo copa, impidiendo al resto ocupar dicha acción. En Pan Am, varios espacios funcionan con pequeñas subastas: un jugador puede ser remplazado de su posición por un rival si este oferta más dinero.

Aquí es donde parte la intriga y estrategia del juego: ¿Cuánto estoy dispuesto a pagar por esa acción? ¿Puedo lograr que un rival pague más por una acción que realmente no me interesa? El coste relativo para cada jugador y las estrategias a corto y largo plazo que despliegan se enfrentan en estas pequeñas batallas económicas.

Una vez que ya no queden espacios libres (o que los jugadores decidan no colocar más trabajadores), comienza la fase de Resolución. En esta se resuelven las acciones de los espacios ocupados, permitiendo a los jugadores obtener aviones, destinos, aeropuertos y las preciadas rutas. Las rutas son la principal fuente de dinero, aumentando los ingresos al final del turno dependiendo de la distancia del viaje.

En esta fase la tensión se concentra justamente en la resolución de rutas. Al contrario de otros espacios, donde solo puede haber un trabajador, en la construcción de rutas pueden haber múltiples. Sin embargo, se resuelven del primer al último lugar. Te puedes esforzar mucho en conseguir un buen trato con el avión indicado y destinos baratos, pero si alguien construye la ruta antes, estarás obligado a improvisar para no desperdiciar tu turno. Lo bueno aquí es que Pan Am da flexibilidad sobre cómo construir una ruta. Ya sea con un aeropuerto, con la carta de destino indicada o descartando cartas indeseadas, hay varias formas de conseguir el objetivo.

Finalmente, este vuelo entra en velocidad crucero con la fase de Expansión, donde Pan Am (lanzando un dado) se expande por el mapa y comienza a comprar las rutas de los jugadores, pagándoles una generosa suma de dinero. Este dinero puede luego ser invertido en acciones de la compañía, lo que decide al ganador al final del juego, o guardado para futuras rondas. En este punto, el juego nuevamente obliga a evaluar las estrategias a corto y largo plazo: ¿Es mejor guardar las rutas para conseguir más ingresos durante el juego, o venderlas por una inyección inmediata de recursos?

Cada fase está estrechamente relacionada con las demás, logrando que cada acción y decisión durante la partida sea estratégica y cautivadora. Donde colocar los aeropuertos, que cartas de destino conseguir, que aviones comprar, qué tan pronto (o no) vender rutas. Dudas constantes que además contienen a los oponentes como variables. De esta forma el juego mantiene la inmersión, buscando la mejor manera de invertir los recursos y compitiendo continuamente por la supremacía de los cielos.

A medida que avanzan sus 7 rondas, la bola de nieve que son los imperios aéreos van creciendo y extendiéndose a través del mundo. Desde unos humildes orígenes con pequeños aviones bimotores hasta lograr viajes transatlánticos a bordo de enormes jet, el rango de acciones va creciendo y las rutas son cada vez más grandes y lucrativas. El juego colabora para crear esta sensación de avance: las cartas de evento (donde cada una representa una década) contienen pequeñas descripciones temáticas y una imagen como si recortes de diario fueran, entregando esta percepción de progreso y desarrollo de la historia.

Componentes que cautivan

No podemos hablar de este juego sin mencionar el excelente trabajo visual que conlleva. Pan Am tiene una estética cautivadora, inspirada en los 1960s, y además una materialidad exquisita. Cada uno de sus pequeños aviones nos invita a jugar e imaginar con ellos, generando una satisfacción en la punta de los dedos cuando se emplazan en una ruta antes que el resto. Las imágenes de las cartas de destinos logran capturar la esencia de las distintas ciudades representadas, casi invitando a tomar el siguiente avión para unas vacaciones.

El mapa, que llama la atención por la particular proyección que utiliza, es un goce para los ojos pero también permite visualizar claramente el estado de la partida en todo momento. Los componentes de cada jugador destacan fácilmente contra la superficie, y los colores de cada zona permiten relacionarlas rápidamente con las cartas de destino en la mano, en caso de que el jugador no sepa dónde está Midway, Gander, o Santiago.

Gracias por volar con nosotros

Lo que más me gusta de Pan Am es que puedes ajustar tu experiencia de juego según tu estilo. Si quieres algo competitivo, puedes disputar las zonas de más tráfico, apostando más que tus rivales y copando sus rutas. Si quieres algo más tranquilo, puedes ir a las zonas fronterizas, donde las rutas abundan y nadie interferirá en tus planes. En conclusión, el juego se ofrece con mecánicas simples para quienes recién se inician en los juegos de mesa, pero con una profundidad suficiente para aquellos que ya tiene varias millas de vuelo en este hobby. Cualquiera sea tu destino, Pan Am tiene una ruta para ti.

Daniel Orellana

Estudiante de Pedagogía en lenguaje; amante de un buen juego y una cerveza bien helada.

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