Quienes conozcan el anime Cells at Work, o la película (y también serie, aunque muy infravalorada) Osmosis Jones no son ajenos al uso del cuerpo humano como ambientación para historias, mostrándolo como un mundo en sí mismo habitado por células y enfermedades. En estas últimas se centra Organic Wars, el primer juego de mesa de la editorial chilena Two Worlds.
Este juego tiene un poco de wargame, un poco un poco de Fantastic Voyage y un poco de juego de celular. Una combinación de elementos no tan extraña como podría parecer a primera impresión, y que logra funcionar bastante bien.
En Organic Wars, cada jugador (dos o cuatro) representa a un tipo de bacteria: Bacilos, Flagelos, Cocos y Espiroquetas, cada uno con tres tipos de unidades: infantería, vehículos y naves. El objetivo es expandirse por el tablero, enfrentándose a los otros jugadores por el control del Órgano Central. Quien primero llegue a ocupar la totalidad de esa zona del tablero es el ganador.
Cada turno, los jugadores pasan por tres fases: Multiplicar, Construir y Avanzar/Atacar, en ese orden.
El juego tiene tres modalidades diferentes: 1 vs. 1, 2 vs. 2 en equipos, y 4 jugadores en un todos contra todos.
Organic Wars es un juego de area control, es decir, se busca expandir unidades por el tablero para conseguir controlar secciones de este y así llegar a la victoria. También se lo podría llamar de alguna forma un war game sencillo, porque los jugadores batallan entre si utilizando unidades con diferentes valores de ataque.
Sin embargo, lo primero que pensé al jugarlo fue en los juegos de celular en los que hay que unir elementos para crear otros. Triple Town es el que conozco, pero seguramente hay muchos similares. Y sabiendo lo adictivos que son esos juegos, dificilmente se pueda considerar esto algo negativo.
El juego es fácil de entender pero difícil de dominar, y el conflicto entre los jugadores se desarrolla de una buena manera. Una vez que se entienden las reglas, se pueden tener turnos explosivos muy satisfactorios. A veces puede que varios jugadores se unan contra quién va a la cabeza, pero es algo complicado de evitar en juegos de este tipo.
Respecto a los puntos a mejorar, hay algunos. Primero, es impráctico llevar la cuenta de cuántas unidades se tiene en cada casillero, lo que hace las primeras fases del turno lentas. Este es un aspecto que se podría llevar con mayor facilidad si este fuera, irónicamente, un juego de celular. Una posible solución sería que las naves, que cuestan 20 infantería, en lugar de eso se creen a partir de 4 vehículos.
El segundo punto de mejora esta precisamente asociado a los vehículos y naves. Cuentan con la ventaja de no ser destruidos en combates con ejércitos menos poderosos, pero tan sólo eso es un poco débil. Sería bueno que tuvieran otras habilidades, por ejemplo que los vehículos puedan atacar a distancia, o tengan un ataque de área. O que las naves puedan moverse más de un casillero por turno. Algo que les dé más individualidad y los haga sentir más poderosos.
Pero más allá de eso, el juego es muy disfrutable y se agradece la inclusión de diferentes modalidades de juego. La temática se ajusta muy bien a su tipo de juego y mecánicas, y las partidas fluyen de forma intuitiva. Si te interesa adquirir este juego, pueden ir al Facebook de Two Worlds o escribirles por mail para consultar cómo comprarlo.
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