Rol y juegos de mesa

Juguetes con adrenalina: Battleclaw

Bienvenidos a la primera de una nueva serie de notas regulares en su página favorita de contenido ñoño. No, no el blog de Geekz, Comiqueros. En «Juguetes con adrenalina» se reseñarán productos que toman un juguete clásico y tratan de darle un trasfondo que justifique rediseñarlo, complejizarlo y revenderlo al doble de lo que valía inicialmente. Normalmente esto se hace con una serie animada, que aporta una historia y trasfondo al juego y/o juguete en sí. Y no hay mejor ejemplo para iniciar que Battleclaw, de Mattel.

Es el mejor exponente para iniciar porque reúne todos los rasgos que definen este tipo de estratégia de marketing. Tiene una serie animada, juguetes derribados de esta y un juego de cartas que lo une todo. La nota se dividirá en partes analizando cada uno de estos componentes, y luego se lo comparará con el producto original. Sin más preámbulo, veamos la historia de Battleclaw.

La serie y su histora

Antes de que existiera el universo, cinco Titanes, cada uno asociado a uno de los elementos de la teoría china del Wu Xing (Fuego, Tierra, Metal, Agua y Madera), jugaban un juego llamado Battleclaw para pasar el tiempo, utilizando instrumentos llamados de igual forma. Pero el antiguo Señor del Fuego (no, no ese), Mo Yan, decidió que ya no quería jugar sino dominar, y comenzó a atacar a sus hermanos y hermanas.

Fue el Titan de Tierra, Pan Yao, quien finalmente pudo detener a Mo Yang, y atraparlo dentro de su propio Battleclaw. En su destrucción creó los Jinlins, criaturas que los humanos capturan para jugar Battleclaw actualmente.

La historia se centra en Tyee, un chico que es explotado por su tío, Wo Fat, bajo la promesa de que lo integrará a su equipo de Battleclaw. Pero cuando éste inclumple su promesa, y Tyee logra liberar un Battleclaw de una roca como si fuera Excalibur, se integra al Equipo Gogo.

Pero además de competir en el juego, Tyee también tendrá que cumplir con una antigua profecía y detener al fantasma de Mo Yan, el cual manipula a Wo Fat para que lo ayude a recuperar sus poderes y conquistar el mundo.

Battleclaw tiene todos los elementos de una típica serie para promocionar un juego: un protagonista que debe salvar al mundo de un gran mal; un juego para niños del que depende el orden cósmico; criaturas que atrapar y coleccionar; y un soporte en mitologías o culturas antiguas, en este caso, la china. El concepto de Battleclaw fue desarrollado en China antes de ser adquirido por Mattel.

En términos de historia, esta es bastante genérica y avanza a pasos demasiado rápidos, pero no es una mala historia, y los personajes son planos pero queribles y representan buenos valores. La animación es relativamente mediocre desgraciadamente y el diseño de algunas de las Bestias Espirituales deja bastante que desear.

Si con esta sinopsis te dio curiosidad por ver la serie, puedes encontrarla completa de forma gratuita en el canal de Youtube de Mattel.

El juego en la serie

Es difícil que las reglas de un juego coincidan entre el producto real y lo visto en la serie. Incluso Yu-gi-oh!, que probablemente sea el mayor exponente de este tipo de productos, no coincide en los efectos de sus cartas entre la serie y el TCG fisico. Esto se debe a que es diferente crear un juego balanceado a usar uno como vehículo narrativo.

En la serie, Blattleclaw se juega en equipos de tres, quienes exploran un terreno delimitado buscando capturar Jinlins. En este proceso los jugadores tratan de eliminar a los participantes del otro equipo al enfrentarse con Bestias Espirituales, las cuales se forman al fusionar dos Jinlins, y tienen diferentes poderes según los Jinlins utilizados. Cuando todos los individuos de un equipo son eliminados, finaliza el juego.

El juguete y el juego de cartas

El juego físico es obviamente diferente, pero se puede notar la influencia del programa. Existen dos variantes, una Básica y otra Avanzada, y aquí se evaluará la Avanzada por ser la más completa.

Es difícil diferenciar si Battleclaw es un juguete o un juego de mesa, y esto es porque integra ambos elementos de forma perfecta. El juego cuenta con dos fases, una que se apoya en la destreza del jugador y los componentes plásticos, y otra que utiliza cartas y estrategia.

Para tener una partida de Battleclaw cada jugador necesita tres componentes: una Battleclaw para capturar Jinlins, siete figuras de Jinlins que se colocan junto con las del oponente en el centro de la mesa, y un mazo de 16 cartas. Las cartas se dividen en tres tipos: Bestia Espiritual, Acciones y Power Ups.

Cada turno, el jugador lanza su Battleclaw a los Jinlins, los cuales vienen en siete variedades de Especie y cinco Elementos (sumando además algunos Doble Elementales y otros translucidos que funcionan como comodín) y luego los utiliza en la segunda fase para crear Bestias Espirituales, haciendo coincidir sus elementos y especie con los que requiere la carta.

También se pueden descartar los Jinlins, devolviendolos al centro de la mesa, para robar una carta del mazo, darle un +10 al poder de una Bestia Espiritual, o jugar una carta de Power Up. Las cartas de Acción se pueden jugar en cualquier momento que su efecto indique.

Para ganar, un jugador debe eliminar Bestias Espirituales de su oponente en combate, o atacarlo directamente cuando no tiene una Bestia Espiritual que lo defienda. Si hace esto cuatro veces en cualquier combinación, el juego finaliza y es el ganador.

Sorprendentemente, el juego combina muy bien sus elementos estratégicos y de destreza. No sólo es un juguete atractivo, especialmente por las figuras de Jinlin, sino también un juego que funciona bien cómo tal. En lugar de dejar los juguetes como un añadido estético, se los integró a las mecánicas de forma que son un aporte positivo a la experiencia de juego.

Original vs versión EXTREMA

Después de todo esto, ¿pudieron adivinar cuál es el producto original que inspira a Battleclaw?

Exacto, Pokemon.

Bueno, no. Sí, pero no. La inspiración para estos juguetes viene de las clásicas máquinas de garras que se utilizan alrededor del mundo para engañar a gente con la ilusión de que pueden sacar algún premio de su interior. (No se puede. Es una estafa).

La comparación puede ser injusta, pero nadie dijo que la vida sea justa. El ganador es por lejos Battleclaw, la versión moderna que no basa sus ingresos en un crimen. Al menos con Battleclaw si se pueden atrapar los «premios». Que sea un juego bien diseñado y producido también ayuda bastante.

Ranking final:

  • Serie: 6/10, genérica y de baja calidad, pero nada dañino.
  • Juguetes: 9/10, buen concepto, traducción del material original y calidad.
  • Juego: 9/10, excelente integración de los elementos.
  • Total: 8/10, buena ejecución en general.

Pero Jinlin es un nombre horrible para las criaturas.

Nerd_Semiorco

Uruguayo, psicólogo, pero por sobre todo friki y feliz de serlo. Game Master, aficionado a los juegos de mesa y adicto a Magic the Gathering. Actualmente leyendo 50 + mangas, no importa cuando veas esto.

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