La Colina de las Amapolas: Un homenaje al pasado.

Analizamos la decimonovena entrega de Studios Ghibli, La Colina de las Amapolas. La reivindicación de Goro Miyazaki.

Escrito por FanoPetrikov

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Studios Ghibli tiene una fama enorme, y actualmente es considerado como uno de los mejores estudios de animación del mundo, colándose entre los gigantes de Pixar y Disney.

Pero lo que hace diferente a Ghibli no es su origen natal, sino que la conexión que es capaz de generar al momento de hacer una película, cautivando y emocionando a cualquiera de sus espectadores. La calidad en su animación con su paleta de colores, la maravillosa música, el mensaje detrás de sus argumentos y, por supuesto, su paisajismo.

Información

La colina de las amapolas es una película estrenada en el 2011, dirigida por Goro Miyazaki (hijo de Hayao Miyasaki), inspirada en el manga de Chihuru Takahashi y Tetsurô Sayama, Desde el monte de las amapolas, un manga de género Shojo publicado en 1980. Anteriormente, Goro ya había dirigido para Ghibli Cuentos de Terramar, pero su éxito no fue el esperado. Años después, regalaría esta hermosa obra a su audiencia, reivindicándose completamente.

Argumento y Sinopsis

La película se encuentra ambientada en el Japón de 1963. Su protagonista, Umi Matsuzaki, es una estudiante de segundaria que vive en la cima de un monte lleno de amapolas. Umi se dedica al cuidado de la casa mientras su madre no está. La madre de Umi va y viene de diferentes países por motivos de estudio.

Umi vive con sus dos hermanos menores, más su abuela y otras mujeres (no se destaca mucho qué parentesco o relación tienen con ella). Un día, en su colegio, conoce a Shiro Mizunuma, presidente del consejo estudiantil y a Shun Kazama, miembro del club de periodismo del colegio.

Ambos, junto con otros delegados, buscan evitar la demolición del Quartier Latin, un edificio antiguo ubicado en las dependencias del colegio, que alberga a los diferentes clubes y asociaciones de toda la escuela.

Dentro de esta misión grupal, Umi comenzará a tener sentimientos encontrados hacia Shun. Un día, dentro de una reunión familiar, Matsuzaki invita a varios compañeros a su casa para una comida, entre ellos a Shun.

Al correr del día, Umi le comenta a Shun sobre su padre, fallecido en el conflicto bélico de la guerra de las Coreas. Al mostrarle una foto y nombrarlo, Kazama toma una sospechosa distancia, buscando comprender su origen, y también el de Umi.

Análisis

No es novedad, dentro de Studios Ghibli, el recurso de la nostalgia para la llegada a su audiencia, el constante uso de los flashbacks y también el uso de un mundo onírico para la libre interpretación; siempre funcionan cuando se trata de hacer un click emocional en el espectador.

Umi, quien se encuentra alejada de su madre, tiene el ritual de izar banderas de barco durante las mañanas, en honor a su padre, marinero. Al comienzo de la película, se puede ver una clásica escena Ghibli, de Umi cocinando y preparando el desayuno para todas las personas que viven con ella. Esta introducción es perfecta para mostrar la estructura de la protagonista: organizada, responsable, con mucho que hacer, cargando un rol sobre sus hombros en la ausencia de los que deberían estar.

Hay que considerar que la película se basa en 1963, un año antes de las Olimpiadas de Tokyo 1964. Esta época histórica dentro del país nipón estuvo marcada por una crisis social, liderada por una parte, por la escasez de recursos que invirtió el país en remodelación, este es el guiño a la demolición del Quartier Latin, así como también a los movimientos socialistas de estudiantes secundarios de la época, también aludidos en los debates escolares dentro del film.

Otro punto a asociar a la historia japonesa es el origen de Shun, quién por un momento cree ser el hermano de Umi. Así como en La tumba de las luciérnagas, donde se puede apreciar lo que pasaba con los niños que quedaban huérfanos de guerra, sin destino alguno. En La colina de las amapolas se puede ver la realidad de los hijos que quedaron huérfanos de padres militares o dedicados al servicio nacional.

Sin duda, un aspecto importante es la ausencia que generan los que ya no están. El recuerdo de un ser querido que ha muerto perdura en la memoria y las costumbres de una casa, además de calar profundo en los familiares más cercanos.

Acá, Ghibli regala un lapsus de sueño, donde Umi hace conexión a su deseo interno, el recuerdo de querer que su papá siga vivo, de poder levantarse una mañana y verlo en casa con su mamá, poder abrazarlo y decirle cuanto lo quiere. Es el deseo de todos quienes han perdido a alguien amado.

Este lapsus, al igual que en muchas otras películas de Ghibli, es un flashback a la infancia, al pasado. Se puede apreciar esto en El Recuerdo de Marnie, Recuerdos del Ayer, Susurros del Corazón, etc. Recalcando de nuevo que independiente de que la historia se base en un niño u adolescente, que poco tiempo lleva en el mundo, se puede extraer de ahí una preciosa emoción.

Quizá lo que se busca expresar es la pureza de la emoción de una persona no corrompida, la sinceridad en las lágrimas de alguien quien, a su corta vida, ha sufrido mucho.

Conclusión

Una película muy recomendada. Si bien no logró tener una repercusión en la historia del estudio como lo hizo Mi Vecino Totoro, o El Viaje de Chihiro, sí triplicó las ganancias, siendo monetariamente un éxito. Además, vale la pena considerar que recién llegó a Latinoamérica el 2013, dos años después de su estreno en Japón.

Aún así, La colina de las amapolas es una obra hecha a la nostalgia, al valor del pasado y sobre todo, un homenaje a los que ya no están y siempre quisieron lo mejor de nosotros.

¿Más reseñas, críticas y análisis de Studios Ghibli? Acá te dejo muchas que han sido echas por nuestro amado Staff. Además, recordar que casi todas las películas del estudio se encuentran actualmente en la plataforma de Netflix, a excepción de La tumba de las luciérnagas, pero te dejo un dato, está en Youtube.