El Gran Hotel Budapest: ¿La mejor película de Wes Anderson?

Wes Anderson es uno de los directores más cautivadores del cine moderno, y El Gran Hotel Budapest lo cimentó como un cineasta con potencial.

Escrito por Rogher

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Un director de cine que lleva varios años de experiencia sacando películas siempre tiene en mente cuál podría considerar «su mejor película hasta la fecha» o «su película mas ambiciosa», pero la audiencia que paga para verlas puede hacer un alcance a tal deliberación. Muchos directores ya han llegado a la cima por tener en su filmografía una que otra cinta considerada, por muchos, su obra maestra.

Es aquí donde metemos a la palestra a Wes Anderson, uno de los directores modernos que más ha logrado llamar la atención los fanáticos del cine por su fotografía y estilo simétrico. Desde los inicios de la década del 2000 dirigió varias películas hasta llegar con El Gran Hotel Budapest, su filme mas ambicioso en producción y dirección.

Para las personas que no han visto esta película, hay que aclarar que esta reseña no tendrá spoilers, pero si eres una de esas personas no ha visto nada de Wes Anderson es recomendable empezar con otras producciones del mismo director, como Moonrise Kingdom, Viaje a Darjeeling o El Fantástico Sr. Zorro. No es que sus películas sean complejas de entender, es simplemente que su estilo es tan particular que puede ser del agrado para unos y para otros no.

Ya aclarado este punto, podemos comenzar a hablar sobre la tragicómica historia del Gran Budapest y de como Zero Moustafa se convirtió en uno de los millonarios mas grandes de toda Europa.

Una historia dentro de otra historia contando la historia

El inicio de la película puede llegar a ser enredado, los primeros minutos nos preparan para lo que será la trama de la cinta. Todo innicia en un parque donde una chica con un libro va hacia la estatua de alguien llamado «El Autor», quien escribió un libro que tiene el nombre de la película: El Gran Hotel Budapest. Este libro trata sobre las vivencias del escritor mientras viajaba por Europa, en donde se hospedó en dicho hotel. Es allí donde conoce a Zero Moustafa, a quien se menciona antes como un millonario y dueño del Gran Budapest.

Aquí es donde el autor narra las vivencias de Zero cuando era el botones del hotel durante los años 30’s, bajo las órdenes de del dueño anterior, Monsieur Gustave H. Desde este momento hasta el final, la película estará enfocada en los tiempos del hotel cuando era uno de los mas lujosos de toda Europa bajo el mando de Gustave y su gusto bastante «particular» por las clientas rubias, millonarias y ancianas.

El largometraje, a la hora de presentar su historia y personajes, quiere acomodar a los espectadores para poder contar su trama de una manera poco convencional. Muchas películas ocupan un narrador para introducir la historia y Wes Anderson decide hacer lo mismo, pero con miras mas complejas. Para algunos espectadores, esto les resultará interesante y único, pero para otros sería confuso e incluso aburrido.

Una tragedia criminal pintada como una comedia ácida

Los primeros minutos de la película nos pintan que tendrá humor subido de tono, con algún que otro momento absurdo tirando a divertido, pero la realidad es que ocurre un suceso trágico que afecta a Gustave de manera personal. Este es el inicio de un montón de problemas y situaciones que afectarán tanto a Gustave como a Zero, quien siempre estará a disposición de su patrón como del hotel.

El contexto ficticio de la película tampoco es de lo mas agradable, una guerra se está aproximando y el invierno cada vez se vuelve mas denso con la nieve. El panorama que se nos presenta es dramático y, hasta cierto punto, tenebroso. Sin embargo, el director creó todos esos elementos para construir una narrativa en base a un humor mas ácido, aun sabiendo que pasarán cosas que para un drama serían algo impactantes.

No solo este tono se aplica a los diálogos que tienen los personajes, sino también la dirección de fotografía; además de ser realmente increíble, maneja un humor visual muy característico del director. Ya sea en momentos de comedia ligera o ácida, todos va acompañados de la banda sonora de Alexandre Desplat, la cual le queda como anillo a la gran mayoría delas escenas que hay en la película.

Pero por muchos chistes ácidos o negros que hay en la hora y media que dura la cinta, el final del relato de Zero Moustafa es capaz de conmocionarte y dejarte frío. Las cosas no van a salir bien para algunos personajes, pues problemas como la muerte, la ambición, el engaño y la mentira los llevaran hacia una conclusión que puede resultar devastadora.

Película con sello de calidad «Wes Anderson»

Ya es una obviedad que la dirección de fotografía y de cámara de esta película son dignasde su director , aparte tiene un trabajo de producción en vestuario, locación y pequeños detalles que demuestran por qué Wes Anderson es un cineasta profesional y, sobre todo, en evolución.

Hay que hablar de la decisión de hacer cambios de resolución para distinguir entre el pasado y el futuro. Gran parte de la película está filmada en resolución 4:3, dándole un toque a película clásica a una producción moderna, haciendo que se genere una especie de nostalgia al cine de la segunda parte del siglo XX.

El elenco y sus actuaciones cumplen con entregar personajes carismáticos llegando al ridículo, pero del buen sentido, sobre todo por cómo es la historia. Ya es muy sabido que Wes Anderson trabaja con actores que han participado en otras películas del director como por ejemplo Bill Murray, Owen Wilson, Jason Schwartzman entre otros.

¿Su mejor película?

Llegando a este punto y tomando todo lo que ofrece esta obra cinematográfica ¿El Gran Hotel Budapest es su mejor película? Si lo vemos desde el aspecto de producción, dirección, guion y varios aspectos vitales que hacen que la cinta sea lo que es, la respuesta sería: sí, es su mejor película.

Quizás otros fanáticos del cineasta no crean esto y opinen que otra película debiera ser como su mejor trabajo. La realidad es que Wes Anderson es un director en crecimiento y aún queda mucho que ver por su parte, pero si tomamos todas las películas que ha dirigido, producido y escrito, esta es, de momento, la más prolífica y ambiciosa hasta la fecha.

Personalmente, esta película consagró al director para mí y logró que me interese más su filmografía y sus próximos proyectos, los cuales esperaré con gusto.