El gran día: La necesidad de escuchar a los niños

A veces esperamos que los niños se comporten de un modo, pero ¿pensamos en cómo se sienten ellos? De eso se trata El gran día de Caro Celis

Escrito por Andrelo

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¿Cuántas veces se espera que la gente se comporte de cierta manera en determinadas circunstancias? ¿Cuántas veces se hacen alborotos sobre cosas que realmente carecen de trascendencia? Y aún más importante en relación a lo anterior ¿Cuántas veces se pone presión innecesariamente sobre los hombros de las personas?

Todos estos cuestionamientos se pueden desprender del libro infantil El gran día de la autora e ilustradora profesional chilena Caro Celis. Por su parte, la editorial Planeta Chile presenta una preciosa edición en formato rústico sin solapa, de 40 páginas a todo color, el cual ya se encuentra disponible para la venta en su primera edición.

Argumento

Ana despierta un día en la mañana. Todos en su casa están revolucionados porque es el gran día; su mamá, su papá, su abuelo. Pero ¿alguien en el hogar se ha puesto a pensar cómo se siente Ana por el “gran día”? ¿Es siquiera un gran día para Ana? Quizás el único que realmente sabe cómo se siente Ana es Coco.

A través de las 40 páginas que componen El gran día, se verá como Ana, una pequeña niña en un mundo de adultos, enfrenta este gran día, y cómo se relaciona con sus padres y abuelo en el contexto de este magno evento.

Opinión y análisis

Hay historias y relatos que son transversales. Si bien el libro dice que es desde los 6 años, yo diría que es desde los 4 hasta los 99 años. Y es que, El gran día no es más que un recordatorio de que, a veces, la gente espera muchas cosas de uno, sin siquiera saber cómo nos sentimos.

En El gran día todos esperan que Ana se comporte de cierta manera; que esté emocionada, feliz, expectante de lo que se le viene, pero evidentemente nadie le preguntó a Ana cómo se sentía. Es más, llena de nervios, Ana hubiese preferido que este día nunca llegue.

Lo anterior, tristemente, es algo que se repite con demasiada frecuencia en el contexto parental. Se tiende (o tendemos) a menospreciar los sentimientos y mundo interno de los niños. Incluso, a veces, pretendemos que actúen como pequeños adultos en situaciones que están muy alejadas de sus capacidades.

Esto lo deja muy claro El gran día: Ana y los niños son eso, niños. Por lo tanto, tienden a enfrentar y relacionarse con el mundo de una manera distinta; con temores y angustias que pasan desapercibidas por el ojo añejado y curtido de los adultos.

No es menor que el libro se llame El gran día. ¿Es realmente un gran día para Ana? O no es más que una sobre idealización de un hito que, si bien tiene su grado de importancia, quizás no lo es tanto para los niños. Claramente la escala de prioridades es muy distinta entre los niños y los adultos.

El gran día cumple una doble función. El público objetivo, sin duda, son los niños que pueden encontrar una suerte de refugio al entender que no están solos. No son los únicos que tienen miedos y temores de distintas cosas. Ana es parte de cada niño que se encuentra con este libro. Sin embargo, claramente hay un mensaje para los adultos.

Cualquier adulto que se tope con esta obra, ya sea para leérsela a sus hijos o por mera curiosidad, puede sacar en limpio varias cosas. Primero, ponerse en el lugar de los niños que, como se ha explicado anteriormente, tienen su propio modo de ver las cosas, y que muchas veces, dista mucho de el nuestro.

Sin embargo, una lectura aún más importante, es darse cuenta que todos tenemos algo de Ana dentro nuestro. Muchas veces sentimos que se espera mucho de nosotros; nuestros padres, parejas, jefes, amigos, etc. pareciesen tener grandes expectativas sobre nuestro actuar. Consciente o inconscientemente, sin maldad en la mayoría de los casos, lo que no quita que se genere una gran presión sobre nosotros.

Todos tenemos tiempos distintos de aprendizaje, de realizar “cosas importantes”. Es bueno que se vaya dejando atrás esta especie de línea de tiempo que tenemos que seguir con ciertos hitos de nuestra vida: “salir del liceo, estudiar una carrera universitaria, tener un buen trabajo, comprar una casa, tener hijos, etc.”.

Los niños solo quieren jugar, y muchas veces, nosotros los adultos, también. Dejemos de poner presiones innecesarias sobre las personas, y mucho menos en los niños. Aplaudamos la diversidad emocional, y enfoquémonos en el cuidado de la misma, en vez de darle demasiada importancia a “grandes días” que, a veces, no lo son tanto.

¿Dónde conseguirlo?

Todas las opciones para comprar El gran día, ya sea de manera física o digital se encuentran en la página oficial de PlanetadeLibros.

Nos leemos luego.