Duam, de Félix Vega: el poder de recuperar lo perdido

De los virtuosos pinceles de Félix Vega llega Duam: la Piedra de Luz, una obra fantástica que nos muestra los efectos de la pérdida en el alma humana.

Escrito por Ktlean

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En 2019 se publicó por primera vez en español Duam: la piedra de luz, cómic escrito y dibujado por Félix Vega, el reconocido autor de Juan Buscamares. Publicada originalmente en Francia, Duam es la confirmación del talento gráfico y narrativo de su autor, por fin está disponible para los lectores chilenos.

Viñetas repletas de belleza y una protagonista femenina fuerte, además de un mundo fantástico creado a partir de la cosmogonía mapuche, todo eso y más entrega Duam: la piedra de luz. Un cómic creado por un chileno de nivel internacional.

La historia

El mundo, al principio, estaba asolado por dioses monstruosos que veían a las personas simplemente como presas, y a los espíritus de estas como el más suculento manjar. Los humanos tenían todas las de perder, por lo menos hasta que comenzaron a encontrar las Piedras de Luz, las únicas capaces de inclinar la balanza en favor de la humanidad. De pronto, fue posible un trato, tras el cual los dioses prometieron alimentarse solo con los espíritus de los muertos.

En ese contexto, conocemos a Duam, una niña que se prepara para convertirse en machi, pero que es demasiado libre para obedecer las reglas al pie de la letra. Tras perder a su mascota, decide internarse en una cueva prohibida y allí encuentra una de las poderosas Piedras de Luz. Sumada a su propio poder, le permite recuperar lo perdido. Este solo será el inicio.

Los actos de Duam, en especial su capacidad para traer a los seres queridos de la muerte, demostrará ser el punto de inflexión en un mundo donde algunos dioses están dormidos y otros únicamente esperan el momento preciso para atacar.

Un mundo con raigambre mapuche

El escenario de la historia de Duam es sin duda fantástico. Animales que solo recuerdan en algunos rasgos a los que conocemos, la magia empapando casi cada aspecto de la vida, y paisajes exuberantes, donde las construcciones o monumentos humanos son el complemento perfecto. En medio de eso, es posible detectar cuál fue la principal inspiración de Félix Vega y Mónica Gutiérrez, la otra cabeza tras la historia.

Ya sea a partir de términos concretos que se usan sin cambios de ningún tipo, varios de los dioses que pululan por el mundo y las órdenes de machis y de brujos que en cierto momento se enfrentan, la raigambre mapuche de este cómic es más que evidente. Se agradece, ya que se siente como una forma fresca de conocer la cosmogonía mapuche y al mismo tiempo leer una buena historia ambientada en un mundo en gran parte desconocido.

Para destacar todo esto, el cómic goza del magistral dibujo de Félix Vega. Cada detalle geográfico o cultural está trazado con tanto cuidado y habilidad, que no cuesta nada sumergirse en esa nueva realidad. También cabe señalar la capacidad para transmitir sensaciones a través de los colores, algo que el autor ya demostró en Juan Buscamares. A medida que uno lee, casi puede percibir el calor o el frío o el viento o el peso de la penumbra en el ánimo de los personajes y también en el nuestro.

Nuevamente, Vega deja claro que es capaz de dibujar lo que sea y transmitir a través de sus trazos lo que sea necesario para que la historia de turno cale en lo más hondo.

Una historia sobre la pérdida

Si hay un concepto central en Duam, este es sin duda la pérdida de lo que amamos, ya sea debido a la muerte o a nuestras malas acciones. Ambas aristas son representadas principalmente por dos personajes: lo primero por Duam y lo segundo por Kalku, amigo de la protagonista y también un poderoso brujo.

Tal como se relató antes, Duam encuentra una Piedra de Luz siendo muy niña. Desde entonces goza de un poder demasiado grande para cualquier humano, lo que la vuelve intolerante a la pérdida. Ya sea para recuperar a algún ser querido propio o ajeno, la joven apenas se plantea si lo que hace es o no correcto. Solo procura darle a los deudos o a sí misma otra oportunidad para amar a quien han perdido.

Uno puede entender los peligros de esto y también es fácil catalogar lo que hace como anti natural, pero eso no impide que la entendamos. ¿Quién, teniendo la posibilidad, no se plantearía recuperar a un ser querido que ha muerto? La tentación es muy grande y los hechos en la vida de Duam nos demuestran que por cada alma recuperada existe un precio que hay que pagar y que pasa la cuenta.

Por si no nos queda lo suficientemente claro el efecto corrosivo que tiene el no poder dejar ir lo que amamos, conocemos a Kalku, un joven brujo. Al igual que Duam goza de un gran poder, aunque sus fines son mucho más egoístas. Sin embargo, tras sus actos palpita el mismo miedo a la pérdida que la mujer que ama.

Formas diferentes y a veces negativas de amar serán algunas de cosas que Duam le entregará al lector, todo el medio de un enfrentamiento entre humanos y dioses, machis y brujos.

Opinión personal

Después de leer Juan Buscamares, se puede pensar que dicho cómic supone la cúspide del talento de Félix Vega. Gran error. Duam: la Piedra de Luz es una confirmación y también un cómic que se sostiene por sí mismo, tanto a nivel argumental y artístico. Solo queda descubrir cuál será la siguiente grata sorpresa que este autor le legará a los lectores.