Rol y juegos de mesa

Cocktail, de SJS: un juego de mesa de bocados y venenos

Cerca de estas fechas el año pasado, en Comiqueros entrevistamos a Matías Castillo, Director Creativo de la emergente editorial chilena SJS. En esa conversación, nos comentó que tenían planificada la publicación de productos: Asesino en Serie, el cual reseñamos hace unos meses, y el juego de mesa que nos convoca en esta oportunidad: Cocktail.

Con una estética inspirada en las décadas de 1920 y 1930, mucha interacción entre jugadores y componentes simplemente preciosos, este juego se luce por todos lados. Pero vayamos paso por paso e iniciemos por lo más básico, las reglas.

¿Cómo se juega?

Una suculenta herencia está en juego. Habrá que desconfiar y sospechar de lo que nos ofrecen, si queremos evitar que nuestra ambición o la de los demás nos envenene. 

En Cocktail los jugadores (de 2 a 9) representan a los posibles herederos de una herencia, reuniéndose alrededor de una mesa con bocadillos y tragos. ¿Y qué mejor forma de asegurarnos la herencia que matando a la competencia?

Para esto, a cada participante se le entregan tres cartas, las cuales representan diferentes tipos de trago, comida o venenos. En su turno, pueden elegir entre jugar una de estas cartas boca abajo frente de sí o de otro jugador, intercambiar una carta con otro competidor o, si ya no se tienen más cartas en mano, consumir lo que se tiene enfrente.

Cuando se coloca una carta en la Zona de Cocktail propia o de otro, se debe declarar la carta que se está jugando. Por supuesto, lo que se dice no tiene porqué ser cierto. La mecánica más importante de este juego es el engaño, o bluffing. Dentro de la Zona de Cocktail puede haber un máximo de 3 cartas, luego de lo cual ya no se pueden sumar más. Pero siempre se puede intercambiar.

Sólo se pueden cambiar cartas dentro de las Zonas de Cocktail, no desde la mano. Una vez realizada esta acción, la carta recibida no puede volver a intercambiarse hasta que juegues otra, lo que se señala poniéndole encima una ficha de Cuesco de Aceituna. Tampoco puedes cambiar otro bocado hasta que pierdas la ficha de Cuesco. La utilidad de esta acción es eliminar de nuestra Zona las cartas de veneno que nosotros mismos pudiéramos poner ahí, o que sospechemos que nos hayan dado.

Y hablando de sospechar. Al momento de jugar una carta, cualquier otro jugador puede sospechar de lo que hayas declarado, poniendo en duda tu Honra. Más de una persona puede sospechar de la misma jugada. La carta cuestionada es entonces revelada y descartada, y quien la utilizó roba una nueva. Si la sospecha resulta ser cierta, el jugador mentiroso toma tantos Cubos de Deshonra como otros hayan sospechado de él o ella. Si, por el contrario, la afirmación era verdadera, todos quienes dudaron del inocente jugador toman un Cubo de Deshonra.

Finalmente, la última acción: si un jugador ya no cuenta con más cartas en su mano, se ve olbigado a consumir lo que tenga en su Zona de Cocktail. Si en ella hay dos dosis de Veneno Rojo o tres de Veneno Azul, malas noticias: ha muerto. Para peor, los venenos se acumulan a lo largo de las tres rondas del juego.

Si no es así, suma los Puntos obtenidos en la Tabla de Puntaje. Al finalizar las tres rondas, ganará el jugador con más Puntos de Honra de aquellos que hayan sobrevivido (o muerto, si estamos frente a un caso de «suicidio» colectivo). Si en algún momento queda un único jugador vivo, este será el ganador y único heredero.

Opinión final

Con sus dos juegos de lanzamiento, la SJS ha establecido de forma clara su línea editorial: juegos de fiesta con mucha interacción y componentes muy atractivos. Normalmente no me detengo mucho en ese último punto en mis reseñas, pero no puedo evitarlo en este caso. Me encanta la estética utilizada y la calidad de las piezas, especialmente las botellas de veneno.

Mi única queja respecto a la materialidad del juego sería la misma que anteriormente hice al Asesino en Serie: me habría gustado que la caja tuviera algún inserto para ordenar mejor los componentes.

Respecto a la jugabilidad, honestamente, me encantó Cocktail. De nuevo, es muy similar al Asesino en Serie, no solo en el tipo de juego general sino también en sus mecánicas. Pero siento que en Cocktail están mucho mejor enfocadas, lo que lo hace más dinámico y fácil de entender.

Aunque los jugadores pueden parece estar limitados a las cartas que les tocan al inicio de la partida, la verdad es que el juego va más allá de lo que aparenta a simple vista. La herramienta más importante de Cocktail es la manipulación. Ya sea para que se deshonren solos, o aún mejor, que se envenenen.

Le doy mi recomendación absoluta y es, hasta el momento, el juego que más me ha gustado de esta innovadora editorial nacional. Y, al igual que al final de la entrevista del año pasado, quedo muy atento a lo que nos puedan traer en el futuro.

Nerd_Semiorco

Uruguayo, psicólogo, pero por sobre todo friki y feliz de serlo. Game Master, aficionado a los juegos de mesa y adicto a Magic the Gathering. Actualmente leyendo 50 + mangas, no importa cuando veas esto.

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