La vida puede ser muy agitada hoy en día, en un momento estás sentado usando en Vulkan Vegas tus 50 giros gratis y casi de inmediato tienes que salir corriendo hacia una gran cantidad de pendientes que requieren, todos y cada uno, de tu atención.
Sin embargo, vivir así se traduce en que realmente no tienes mucho control sobre tu día, y si no te tomas algo de tiempo para planearlo, te darás cuenta de que no estás avanzando hacia esas cosas importantes que quieres que pasen en tu vida.
Claro, casi todos tendemos a planear grandes eventos como las navidades o alguna ocasión especial, frecuentemente nos vemos tan atrapados en nuestras tareas diarias, que olvidamos planificar cada día. Pero es lo que hacemos cada día, todos esos pequeños hábitos y pendientes que se repiten todos los días, lo que al final de cuentas hace una GRAN diferencia en nuestras vidas. Aquí te presentamos los trucos que te ayudarán a organizarte planificando tu día.
1. Crear el hábito de planificar
El primer paso para tener éxito en la planificación diaria es crear el hábito de planificar el día. No te apresures en adquirir este hábito. Dedicar tiempo a detenerse y pensar detenidamente en el día que tienes por delante te permitirá tener una jornada de lo más productiva.
Haz de tu tiempo de planificación algo que disfrutes y esperes con ilusión.
Es fácil conseguir esto añadiendo algunos toques sencillos. Por ejemplo, poniendo tus canciones favoritas o encendiendo una vela aromática. ¿Quizás tienes una parte especial de tu casa en la que te encanta pasar el tiempo? Conviértela en tu espacio de planificación.
Programa el temporizador de tu teléfono para que te recuerde que debes hacerlo todos los días (incluso los fines de semana o los días de ocio) y dedícate al menos de 10 a 15 minutos. Puede que te lleve un poco más de tiempo empezar con este nuevo hábito, pero una vez que lo hayas hecho unas cuantas veces serás más eficiente.
2. Añade tareas a corto y largo plazo
Piensa en todas las tareas diarias que tienes que hacer y añádelas a tu plan diario.
A continuación, procede a darle un vistazo a tus objetivos a largo plazo y reflexiona en cómo dividirlos en pequeñas tareas diarias que te ayuden a alcanzarlos. Asegúrate de añadir estas tareas diarias a tu planificación.
Uno de nuestros consejos personales favoritos para la planificación diaria es incluir “Las 3 tareas más importantes cada día.” Dichas tareas no deben ser negociables y pueden estar compuestas por tareas pendientes, urgentes y aquellas que tienen un mayor impacto en tu vida.
También puede ser una buena idea añadir aquí las tareas que te resultan desagradables, pero que son importantes. Estas tareas suelen ser las que más posponemos. Tener estas tareas más significativas puede evitar que llenes tu día con pequeñas tareas insignificantes que realmente no te ayudan a conseguir tus objetivos.
3. Desarrolla tu “plan diario” organizado por semanas, meses y el año
Cuando planificas tú día a día, es fácil olvidarse de la perspectiva general. Al olvidar que las tareas se pueden distribuir a lo largo de un periodo de tiempo más largo, puedes empezar a intentar meter demasiadas cosas en tu plan diario.
Por ejemplo, prepararse para las fiestas. En lugar de intentar encajar las compras de regalos, la decoración, etc., puedes combinar esas pequeñas tareas con otras a lo largo de un periodo de tiempo más largo.
Compra los regalos cuando estés en Internet para otra tarea o en la tienda para hacer las compras semanales. La decoración podría combinarse con la limpieza semanal.
4. Utiliza el bloqueo del tiempo
Es de esperar que a estas alturas hayas descubierto que ser multitarea o hacer varias cosas al mismo tiempo no funciona. En lugar de ayudarnos a hacer más cosas, ocurre todo lo contrario. Teniendo en cuenta lo anterior, es una gran idea aprender a utilizar el bloqueo del tiempo para ser más productivo.
El secreto para bloquear el tiempo de forma eficaz es poner esas tareas más pequeñas que son iguales en un bloque de una sola vez. Por ejemplo, si tienes tareas online, colócalas todas juntas.
Este truco también evita que tengas que lidiar con distintos tipos de tareas. Eso te hace perder tiempo al hacer que tu cerebro cambie constantemente de una actividad y vuelva a otra, lo que impide que puedas trabajar de forma más productiva y efectiva.
5. Establece fechas límite
Establecer una fecha límite para las tareas es una forma estupenda de acabar con la procrastinación.
Intenta añadirle una fecha límite a cada tarea, cuando las anotes en tu plan diario. Si piensas que tienes todo el día para completar una tarea, puede que dejes muchas de tus tareas para el final del día. Esto crea estrés y una sensación de fracaso a la hora de hacer el balance diario.
Claro está, es importante encontrar un balance. Si consideras que un plazo es inalcanzable, es más probable que pospongas esa tarea. Por otra parte, si un plazo no es lo suficientemente realista, te verás perdiendo el tiempo en lugar de pasar a la siguiente tarea de tu planificación diaria.