X-Statix: Fama, excesos y mutantes

X-Statix por Peter Milligan y Michael Allred, fue un título de Marvel que se publicó entre los años 2001-2004 y de inmediato se volvió un clásico de culto debido a su propuesta muy diferente a los otros “X-Títulos” de la época, enfocado en un grupo de mutantes que no son perseguidos por sus poderes, sino todo lo contrario, son considerados rockstars y protagonizan su propio reality show.

Este es un cómic sumamente satírico que nos muestra cómo, frente a las cámaras, el equipo realiza misiones militares en países “conflictivos”, mientras que fuera de estas actúan como miembros de Boy Bands. Jugando muy bien con el concepto de “superhéroes como celebridades”, algo que Milligan ya había explorado en una publicación underground de los 80’s llamada Paradax (también muy recomendable), pone énfasis en la ambigüedad moral de sus protagonistas, ya que todos los miembros del equipo anteponen su status de fama antes que el altruismo, además de que tienen vidas personales complicadas llenas de secretos y decisiones cuestionables.

Pero como en la mayoría de las obras del autor británico, no todo es risas y en ocasiones la serie da giros muy emocionales y te hace querer engancharte con los participantes del equipo, por muy repudiables que parezcan a primera vista. Personajes como Dead Girl, Mr. Sensitive, U-Go-Girl y Vivisector son todos complejos (y quizás ese sea el mensaje detrás de la historia, que a veces lo más superficial puede ser trágico y profundo). De hecho,en las propias palabras de Milligan:

Este era un cómic que usaba a los superhéroes como medio para examinar la fama y la vida de celebridad.Siempre va a haber contrastes entre la seriedad de los superhéroes (y nuestras ideas de lo que los cómics de superhéroes deben o no deben hacer) y lo vacío de una sociedad obsesionada con las celebridades.

Mutantes aceptados por la sociedad, pero rechazados por si mismos

Uno de los principales puntos dramáticos de la historia es la complicada relación entre Mr. Sensitive y Maggie Sawyer (U-Go-Girl), que se vuelve aún más compleja con la llegada de otra guapa mutante llamada Venus de Milo. En particular, Maggie esconde un secreto que una vez revelado te hará cuestionar tu percepción del personaje hasta ese punto. Vivisector es abiertamente gay pero vive preguntándose si su orientación sexual es sincera o un mero intento por ser diferente a los demás miembros del equipo. Dead Girl es una zombie que quiere ser modelo. Venus siente que está en el grupo solo para que haya más presencia femenina. The Anarchist es cualquier cosa menos un anarquista. Obviamente, no se caen muy bien entre ellos.

La serie incluso se vio envuelta una breve polémica cuando se anunció que la fallecida princesa Diana iba a aparecer como miembro durante el arco “Back From The Dead”. Sin embargo, Marvel decidió poner freno a los planes a último minuto y fue reemplazada por otro personaje similar llamada Henrietta Hunter, que lucía prácticamente igual, solo con cabello negro en vez de rubia.

En el apartado visual, como pueden ver, Allred tiene un estilo muy influenciado por el popart sesentero, lo cual genera un excelente contraste entre lo retro, lo casi inocente del dibujo y lo adulto de la historia. Algunos números cuentan con colaboraciones de artistas como Duncan Fegredo, Darwyn Cooke y Phillip Boyd.

Desde su fin en el 2004, algunos personajes como Doop y Dead Girl siguieron apareciendo (in)frecuentemente en el universo Marvel, con Dead Girl incluso recibiendo una miniserie en la que debe hacer equipo con el Dr. Strange para enfrentarse a un cabal de villanos muertos, en otro ejemplo de sátira que se burla de lo comunes que se han hecho las muertes y resurrecciones en los cómics de la Casa de las Ideas.

Y bien pareciese que la historia de este grupo de (no tan) simpáticos perdedores ya se ha terminado de contar… pero el año pasado Milligan y Allred volvieron con Giant Size X-Statix, que marca el regreso de algunos miembros originales,acompañados de sucesores que continúan un legado de decadencia y excesos.

X-Statix es el mejor ejemplo de cómo hacer una parodia “en buena”, que se burla de algunos clichés del mundo de los superhéroes y, aun así, no cae en el mero cinismo. También es una muestra de que una historia puede ser muy humorística y al mismo tiempo tener un trasfondo oscuro y depresivo.