UNO y su versión móvil: de la mesa a la pantalla

La pandemia nos obligó a cambiar la forma de divertirnos y relacionarnos, circunstancia en que recordamos el UNO y los juegos de mesa.

Escrito por Monoxino

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Afortunadamente, ante no poder salir de nuestras casas, contamos con el UNO Online, pero ¿cómo volverlo divertido sin vernos las caras? ¿cómo se traduce la sensación de ganar al estar detrás de una pantalla? Si bien esta versión fue lanzada el 2006 para Xbox y el 2011 para Android, es ahora en el 2020 cuando más brilla.

Para quienes no sepan, el UNO es un juego de naipes donde tu objetivo es quedarte sin cartas y el de tus rivales es impedírtelo, haciéndote robar más cartas. Cuando te quedas con solo una carta debes decir UNO o tendrás que robar más por castigo si alguno de tus rivales lo dice antes que tú. La característica principal del juego es que debes estar atento, ya que su velocidad es alta, a diferencia del Carioca, en donde las partidas se extienden, dándote tiempo de conversar entre tiradas. Aquí no es así.

El hecho de tener la posibilidad de castigar a tus contendientes, o que estos puedan truncar tu objetivo en un santiamén, genera una tensión constante entre jugadores, que en un transcurso de tiempo prolongado puede convertirse en una pugna no desprovista de roses y enfados. Esta es finalmente la gracia del UNO. La recompensa (o el castigo) a manos de otra persona, frente a frente, y lidiar con ser víctima o verdugo.

Mesa virtual de juego

Hay tener en cuenta que ya no tendrás la satisfacción de ver la cara de frustración de tus rivales, y no se puede conversar, ya que UNO online no cuenta con un chat durante las partidas. Para compensar esto incluye un sistema de burla donde puedes arrojar tomates y huevos a los avatares de los otros jugadores.

De todas maneras, no habría tiempo para comunicarse, ya que las partidas tienen un límite de 3 minutos máximo, a diferencia del juego original donde la partida se extiende hasta que alguien la termine. En UNO online, cuando se acaba el tiempo, el ganador es definido por quien tenga la menor suma de puntos entre las cartas que quedaron en mano.

Los desarrolladores supieron compensar la falta de una interacción fluida entre jugadores con un modo historia, la posibilidad de construir un avatar con reputación y múltiples tareas para realizar diariamente, todo con el fin de mantenerte interesado en el juego. Este es claramente un gancho para que, una vez que comiences, sigas jugando para desarrollar tu cuenta, con la idea de una progresión.

Igualmente hay múltiples modos de juego, todos de cuatro jugadores, que en cierta forma reemplazan la rivalidad de la competición presencial. UNO online cuenta con partidas de modo rápido que te permiten, por ejemplo, descartar muchas cartas a la vez. Existe la opción de jugar en parejas, donde puedes ver la mano de tu compañero, y cooperar entre ambos, para sacar primer y segundo lugar.

Clasificación y apuestas

El principal condimento del UNO online, y que le da otra dimensión que el juego original no tiene, es que se le ha vuelto un juego de apuestas y de clasificación en ligas. Dentro del juego ganas una moneda virtual diariamente. La cantidad mínima para un juego amistoso son 100 monedas y para un juego clasificatorio son 400. Cuando te quedas sin monedas puedes pedirlas a amigos, esperar un día para recibir más tareas y ganar más o monedas, u obviamente pagar dinero real para seguir jugando.

Perfil personal del jugador

El sistema de ligas va de bronce a diamante, teniendo que ganar cada vez mayor cantidad de partidas para poder seguir subiendo de liga en el campeonato de temporada. Esta mecánica es la que sin duda hace que los jugadores vuelvan, independiente de la emoción del juego mismo. La satisfacción del UNO online está en la progresión de la cuenta y en el constante riesgo de perder todos tus ahorros, ya que mientras más ahorras se te van desbloqueando apuestas cada vez más altas. Incluso 80 veces más altas que la mínima.

Opinión personal

Considero que la traducción de la emoción de un juego presencial a ser un juego de apuestas es la más lógica, aunque un poco frívola. El riesgo de perder en una mesa son risas y un poco de frustración, pero en la pantalla es perder un recurso virtual en el que se debe invertir tiempo. Jugar en una mesa o en una pantalla son experiencias muy diferentes, aunque en el contexto que vivimos actualmente es lo que nos queda, además de esperar a nuevamente poder reunirnos, para dejar todos los +4 sobre la mesa.