El primer libro que leí de Daniela Viviani fue Luisa 1912 y la verdad es que me encantó. Como se puede deducir por el nombre es una historia que transcurre dicho año. Le siguió Víctor 1907, que profundiza en la historia de uno de los personajes del primero, transcurre en el mismo universo, el Chile centenario, como le dice la autora, aunque se pueden leer de manera independiente. Con esta última entrega pasa lo mismo, pertenece a ese universo, reconocemos personajes de las otras novelas, pero se puede leer de manera independiente (aunque lo entretenido también es crear las relaciones. La verdad es que estas entregas no decepcionan (pero no se lean Maldita jefa, porque ese libro sí decepciona).
Una inexperta enfermera con secretas aspiraciones de convertirse en doctora se ve enfrentada a las primeras experiencias matrimoniales. En principio todo parece marchar sobre ruedas. Su marido la admira incondicionalmente, la agitada vida de la ciudad se vislumbra prometedora para su futuro profesional, pero en el fondo –pese a lo perfecto que parecen sus días en comparación con los vividos en la infancia– siente que algo falta: su esposo no quiere tocarla y ella no sabe por qué.
En esta intensa y emotiva novela, Daniela Viviani, da vida a una protagonista soñadora que deberá enfrentarse a un doble desafío: abrirse camino en un mundo laboral masculino y descubrir cuáles son los misterios del pasado que atormentan al hombre del que cree estar enamorada.
Un final llamado Inés es un viaje en el tiempo, una historia de amor cautivadora que habla sobre la familia, la búsqueda de identidad y las heridas del corazón que pueden llevarnos a dañar a quienes más queremos.
«Esta es la primera historia de amor que escribo y la abordo desde el matrimonio, etapa en la que suelen terminar los romances de novelas y cuentos. Sus protagonistas —Luisa y Víctor— son dos jóvenes, amantes y amigos, absolutamente inexpertos en lo que se refiere a convivencia de pareja«, adelanta la autora. «El romance desarrollado en Un final llamado Inés fue construido desde una inusual perspectiva feminista para la época, donde los roles de pareja se intercambian y la comunicación juega un papel fundamental«, añade.
La novela transcurre en dos líneas temporales, en el año 1914 y 1932. La autora describe a sus protagonistas, Luisa e Inés: ellas son como el día y la noche. Luisa sufre por su apariencia y evita ser el centro de atención mientras que Inés explota su belleza y atrae las miradas dondequiera que esté. Sin embargo, las une un corazón bondadoso y una inteligencia superior. Los gestos, ideas e incluso el humor de Luisa hacen eco en la cantante de ópera que recorre Santiago, y otras ciudades del país, como la mujer independiente y exitosa que a Luisa le hubiera gustado ser a su edad.
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