The Clone Wars – El crecimiento de una serie

Un repaso por Star Wars: The Clone Wars que, de menos a más, sorprendió con su final y dió pié a una nueva generación de contenido.

Escrito por Nicolás

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Conocida por su confusa cronología, su abrupta cancelación y lo que en su momento fue un esperanzador re-estreno, Star Wars: The Clone Wars es uno de los productos audiovisuales de la saga que más carga a los fans con esa sensación de amor/odio. Alabada por muchos e ignorada por otros. Hoy hacemos un repaso general de lo que sin duda es una de las series más icónicas del universo Star Wars.

The Clone Wars es una curva ascendente en calidad. Lo que significa que su final no tiene pérdida… pero también que su primera temporada es a lo menos, difícil. Su inicio puede ser problemático y no le hace nada de justicia a la saga. Con una animación tosca y un tanto alejada de los diseños clásicos, una película introductoria hecha de cuatro episodios continuos y un conflicto central que a veces resulta difícil de seguir debido a la extraña decisión de narrar eventos de manera no cronológica.

La serie es un desafío hasta su tercera temporada. Lo que juega al filo entre “tomarse su tiempo” y tener una producción un tanto caótica. Pero, es este el punto en donde ya conocemos un poco más a los personajes y nos damos cuenta de que comienzan a interesarnos. Conocemos mejor a Ahsoka Tano (de quién hay un análisis completo aquí en Comiqueros), a Cad Bane, al pirata espacial Hondo Ohnaka y a la orden Jedi. Es aquí, donde mirando hacia atrás, podemos divisar que todo esto quizás si conduce a algún sitio.

Esta dilatada introducción se compone de “crónicas” o eventos específicos dentro de este periodo bélico en la cronología Star Wars. Adentrándose en la guerra misma, buscando mostrar a sus protagonistas más allá de la clásica dupla Obi-Wan /Anakin. Acercándonos un poco más al mundo cotidiano de los clones, algunos novatos, otros veteranos, un par que se desvive por el seguir órdenes y otros pocos que incluso comienzan a cuestionarlas.

Lo que en papel suena interesante, en ejecución se siente como un constante tropiezo. Con destellos de genialidad en su estructura dramática que nos sorprende y atrae hacia el relato, a veces. Pero en su mayoría, los temas son tratados con un nivel de superficialidad un tanto anticlimática incluso para una serie de animación infantil/juvenil.

En general la serie suele ser confusa en su objetivo. Oscilando entre ser una serie para niños y una para los fanáticos de Star Wars. Se siente un freno al ubicarse entre el canon y no poder contar grandes eventos que tengan una repercusión real y permanente en los personajes.

Pero…

Aquí es donde entra el gran elenco de personajes secundarios que no conocemos del todo y, por ende, nuestra atención se vuelca automáticamente hacia ellos. Y vaya elenco. Cazarrecompensas, brujas espaciales, mandalorianos, Datrh Maul (que compone un interesante arco), y la misma Ahsoka (que sin ella, la serie no sería la misma). Todos dotan de vida e interacción el universo propuesto que va tomando forma en su tercera temporada.

Desde este punto comienza lo mejor (que lamentablemente para algunos es demasiado tarde). Con arcos bastante interesantes como el de Mortis, una de las propuestas más fantásticas que propone The Clone Wars. Escapando del clásico referente que es Akira Kurosawa para centrarse casi en su totalidad en la fantasía arquetípica. Mostrándonos la fuerza como un conocimiento casi mítico al alejarse de la concepción Jedi de ésta misma.

Los personajes de Mortis también tienen una pequeña aparición en la serie Star Wars Rebels.

Ver de cerca la decadencia política del planeta Mandalore, lo que sucede con sociedades neutrales y pacíficas ante la guerra. Cómo la orden Jedi entrena y arma a células rebeldes contra los separatistas. El regreso y ascenso de Maul. Conflictos bélicos serios como lo son los niños soldados. La traición de la orden a Ahsoka y el constante cuestionamiento a la filosofía Jedi sobre ser protectores de la paz o soldados. Todo esto es sentir como la serie habla y desarrolla temas, cómo comienza a atreverse a ser más que su inicio.

El Ineludible Final

Las últimas dos temporadas de The Clone Wars son bastante curiosas. Con una cancelación luego del final de su quinta temporada en 2014, Netflix adquirió los derechos de distribución y puso una sexta temporada a disposición del público en 2015. Episodios que previamente habían sido lanzados como material extra en distintas ediciones físicas. 

Bautizada como The Lost Missions, la penúltima temporada de The Clone Wars se vuelca nuevamente a la fantasía Jedi. Retomando aspectos del arco de Mortis. Esta vez es el maestro Yoda quien se aventura en un viaje de conocimiento para trascender su presencia física en la fuerza. Además de mostrar los primeros indicios de la “orden 66» a través de personaje de “Cincos” un clon que veníamos conociendo desde el inicio de la serie. 

Estos fueron los últimos episodios que se verían de la guerra de los clones, pese a no ser una conclusión real. Terminado en un lugar bastante más alto y totalmente diferente al que ocupaban sus primeras temporadas. Tuvieron que pasar seis años para que todos los fanáticos pudieran ver una verdadera culminación de esta historia.

Estrenada el 2020 por la plataforma de Disney+, el final de The Clone Wars es, sin duda, el punto más alto de todo este viaje. Centrado principalmente en la presentación del escuadrón de clones Bad Batch(prácticamente pitcheando una nueva serie) y la vida de Ahsoka fuera de la orden, sus últimos episodios se las arreglan para mostrarnos la acción que ocurre paralela al episodio tres

Una decisión de guión sumamente acertada, al narrar las repercusiones del ineludible final de Anakin y la orden Jedi desde la perspectiva de Maul, el comandante clon Rex y Ahsoka. Tres de los personajes mejor desarrollados de The Clone Wars y, probablemente, de los favoritos de los fans. Un final a la altura de la saga, que cierra con broche y levanta a la serie completa, haciendo valer la pena el camino recorrido.

El alma de The Clone Wars

La mayor virtud de la serie es a la vez una gran debilidad. Tener la viva esencia de las precuelas. Desarrollando una parte importante del conflicto entre el Episodio II y el Episodio III. De cierta forma, funciona como puente y logra dotar de matices el drama político de la segunda trilogía. A la vez que expande y complejiza el lore y canon de la saga, sobre todo para aquellos quienes solo conocen lo visto en el cine. Siendo sorpresivamente reconfortante ver The Mandalorian o La venganza de los Sith luego de The Clone Wars.

Filoni y Lucas.

Resulta extraño (e impopular) ver lo positivo de las precuelas, pero si aquello existe es sin duda The Clone Wars. Con Dave Filoni (creativo y director de todo este universo) plasmando con exactitud aquel espíritu que George Lucas impregnó en su segunda trilogía, un tejido de burocracia, guerra, política, misticismo y religión.

Acercando Star Wars a nuevas generaciones y abriendo camino a Rebels, Bad Batch y un montón de proyectos junto a The Mandalorian, The Clone Wars quizás no sea un imperdible dentro de todos los productos que la saga ofrece, pero sí resultó una serie importantísima dentro de la historia de Star Wars, dentro y fuera de su mundo, que creció y aprendió para instalar lo que parece ser una nueva generación de historias de calidad en Star Wars.