Reseña Lady Byron: Detective artificial

EL profesor Arquímedes y su extravagante compañera virtual: la AI Lady Byron, tendrán que resolver una serie de complejos crímenes.

Escrito por White Usagi

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Los libros seleccionados para este mes se construyen sobre una misma idea: escritores académicos; indiscutibles expertos en sus áreas, que han decidido aventurarse en la creación de una historia de ciencia ficción, misterio, suspenso o policial. Es así como hoy revisaremos Lady Byron: Detective artificial, escrito por Eric Goles y traído por Editorial Planeta.

Más sobre Eric Goles

Eric Goles Chacc, nacido en Antofagasta un 21 de agosto de 1951, es un matemático e investigador; no solo conocido por su Premio Nacional de Ciencias Exactas (1993), sino que también por ser anfitrión del programa de difusión científica Enlace.

Posee el título de ingeniero civil matemático en la Universidad de Chile, y tanto un doctorado en ingeniería como uno de matemáticas en la Universidad de Grenobe en Francia. Ha publicado más de 200 artículos científicos enfocados en la matemática discreta e informática teórica. Fue presidente de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Chile. Es miembro del comité científico internacional de la Alta Scuola Politécnica de Italia, parte del equipo de expertos de la International Sientific Advisory Board de la escuela politécnica federal de Lausana en Suecia, y actual director del Complexity Center de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Como escritor de ficción, Eric Goles ha publicado cinco libros: El hormiguero inteligente, El zapato perdido de Marilyn, La conspiración de Babel, Una especie de zumbido en la cabeza, y Lady Byron: Detective artificial.

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Fotografía de Eric Goles.

Lady Byron: Detective artificial

La nueva novela de Eric Goles se centra en la vida de dos personajes principales: el profesor en matemáticas con un doctorado en inteligencia artificial, Arquímedes Barrientos Carter y una inteligencia artificial capaz de racionalizar como un humano bautizada como Lady Byron. El nombre de la AI hace referencia a Ada Lovelace, una matemática y escritora británica del siglo XIX, conocida por su trabajo de investigación en torno a la máquina analítica, una computadora mecánica creada por Charles Babbage.

El profesor Arquímedes cumple una condena de siete años por estafa y malversación de fondos públicos, así que comparte celda con su extravagante compañera virtual en la penitenciaría de Santiago. Desde su confinamiento, deberán resolver una serie de casos criminales por petición de la PDI; todo mientras profundizan en la compleja personalidad de Lady Byron.

El equilibrio en Lady Byron

La descripción que Planeta de Libros adjunta a este título es: Un par de detectives que te harán reír. Uno de carne y hueso, la otra un programa. Pero ¿está bien logrado ese equilibrio entre comedia, ciencia y novela policial?

En términos generales, Lady Byron es un buen libro. El escritor mantiene la consistencia de la trama y respeta las reglas de su propio mundo. Al comienzo se puede pensar que la forma en la que está construida Lady Byron, como inteligencia artificial, es algo contradictoria. Pero solo es una trampa del escritor para llevarte a un capítulo entero dedicado a entender la personalidad de ella.

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Portada de Lady Byron. Editorial Planeta

Pese a que Lady Byron es una entidad súper avanzada, cumple con uno de los principios más básicos de la automatización: una máquina puede tener acceso a toda la información del mundo y aún así no saber qué es o cómo aplicarla, solo responde a su programación. Ella ha logrado desarrollar una personalidad y la capacidad de razonar como un humano, pero sigue sin entender mucha de la información que escucha o procesa, dando lugar a conversaciones donde le deben explicar frases o términos específicos de forma constante. Este es, quizá, el pilar sobre el que está construido el humor de la novela.

Lo que más me gusta de ella, como personaje, es su faceta de apostadora compulsiva. Sin entrar en muchos spoilers, ella gusta de apostar en diferentes juegos de internet. Más que ganar o perder, es “un equivalente estadístico a la adrenalina”. Su personalidad es fiel a sus principios mecánicos y al mismo tiempo a sus rasgos de personalidad humana. Quizá parezca algo simple, pero me da la sensación de que su diseño de personaje tiene mucho trabajo detrás.

Imagen de referencia. Cortana, AI de Halo

Un humor tibio

Mi problema con el libro es lo desactualizado que se siente el humor. Ya sea en la jerga que usa el profesor y Lady Byron, como términos aplicados a su entorno. Obviamente es algo netamente personal; y siendo justos el libro no especifica en qué tiempo se está desarrollando la historia, pero siempre he creído que la ciencia ficción debe alimentarse de la actualidad a fin de sentirse más natural y que pueda conectar más fácil con los jóvenes.

El uso de términos coloquiales ya casi extintos no ayuda a masticar bromas que en ciertos momentos se sienten algo forzadas. Creo que esto se debe a la enorme, enorme, enorme cantidad de citas y términos científicos o filosóficos que el libro usa. Lo que encasilla a muchos de los diálogos en intercambios académicos.

De todas formas, dentro de sus propias reglas, la relación entre Lady Byron y el profesor Arquímedes se siente honesta y real, sensación que se mantiene a lo largo de todo el libro y que, sin duda alguna, es muy genial de explorar e interpretar. De seguro a muchos les recordará a otra conocida AI con un extraño sentido del humor ─ guiño, guiño─.