Reseña «I’m Thinking of Ending Things»: El inevitable viaje de la vida

Con un viaje lleno de emoción, pesimismo y confusión, Charlie Kaufman presenta su adaptación de I'm Thinking of Ending Things

Escrito por Felinesio

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Si alguna vez has visto alguna película escrita por Charlie Kaufman, probablemente sepas que sus guiones vienen con un sello de calidad ineludible. Y su más reciente estreno, «I’m Thinking of Ending Things«, no es la excepción.  

Es casi imposible hablar de esta película, o al menos profundizar en ella, sin entrar en spoilers, por lo que la primera parte estará libre de ellos y la segunda estará repleta.  

Sin más dilación, vamos allá. 

Un Viaje Nostálgico

La trama parte presentando a Lucy, la cual está bajo la nieve esperando a su novio, Jake. Apenas se juntan, comienzan el recorrido a la casa de Jake para que Lucy conozca a sus suegros. En este viaje, la chica comienza a pensar en diferentes cosas, en las que cada una de ellas la llevan a reflexionar sobre el sin sentido de su relación, del tiempo, de la vida. Con alguna que otra interrupción de su pareja, pasaremos la mayor parte del tiempo en su cabeza, entendiendo como ella ve el mundo.  

Esto ocurrirá mientras cosas perturbadoras comenzarán a ocurrir a su alrededor; sus suegros son viejos, luego jóvenes, luego están muertos. Sin embargo, todos los sucesos extraños no apartaran demasiado de estar absorta en sus pensamientos.  

La película respira un aire nostálgico constante, remarcado por su formato en 4:3. Los diálogos tampoco nos dejan indiferentes, pues muchos de ellos, por no decir la mayoría, son una invitación a la reflexión sobre la condición humana.  

Desde pensar en cómo el tiempo pasa a través de nosotros y no nosotros a través de él, hasta el machismo presente muchas relaciones amorosas. Quizá habría sido mejor condensar un poco las ideas presentes en el guiñon, pues algunos de los temas que toca son vistos muy por encima. Así mismo, hacia el final la película se torna más y más confusa, hasta un punto innecesario. 

De hecho, en el libro del mismo nombre en el que se basa esta obra, el final es mucho más simple y claro, y Charlie Kaufman ha declarado que buscó mostrar el mismo final que en el libro, pero de una manera más simbólica.  

Es una película bien escrita, a pesar del odio que se ha ganado en muchos sectores por ser, aparentemente, pretenciosa. Esto asegura que este no será un viaje para todos, pues el fin del guión es que comprendamos al protagonista, y no todos están preocupados por las cosas que Kaufman plasmó en su obra.  

Sea como sea, nos mantiene pegados a la pantalla, crea una tensión constante desde el momento en el que Lucy llega a la casa de sus suegros, abrazando en todo momento el thriller psicológico.  

La fotografía también destaca en muchos momentos, algunas tomas recuerdan al peculiar estilo simétrico de Wes Anderson, mientras que otras parecen sacadas de otra película del guionista: Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos. Hacia el final hay escenas aún más hermosas en medio de tanta soledad.  

También Jessie Buckley como Lucy logra una interpretación excelente, nos hace sentir su propio miedo y confusión, pero destaco especialmente su monólogo sobre un poema que ella escribió. Así mismo, Jesse Plemons como Jake es igual de fabuloso, más hacia el final de la cinta.  

Comienzo de los Spoilers masivos 

Personalmente, tuve que hacer mis indagaciones para comprender más sobre el final de la cinta y tener una opinión más formada. Pues como señalé anteriormente, la película no es ni para todos ni es muy fácil de digerir. Todo da un vuelco en 180 grados cuando comprendemos que Lucy realmente no existe, y que el protagonista siempre fue Jake.  

Aquí también apreciamos el porqué de vez en cuando la historia se pausaba para mostrarnos a un viejo conserje de una escuela. Aquel conserje es Jake en el presente, el cual está constantemente pensando acerca del fin de las cosas. Él es el que realmente parte con todo este recorrido intelectual lleno de pesimismo sobre la vida. 

Jake jamás estuvo conforme con los pasajes de la existencia. A pesar de haber sido un artista y físico cuántico, nunca recibió demasiada atención de sus padres, ello reflejado en la cena que tuvo con Lucy. Pero ¿Quién es Lucy realmente? Según Jake era su novia la cuál conoció en un bar, dónde ella se acercó a hablarle pues él no se atrevió.

Cuando el Jake anciano habla con su representación de Lucy, entendemos que él cuando joven vio a una chica, la cual él quiso hablarle, pero jamás se atrevió. Él mismo admite que probablemente ella haya pensado que era un pervertido, pues se la había pasado toda esa noche mirándola.  

Y aunque hubiese conocido a esa chica, jamás podría siquiera haberla llevado con sus padres ¿Cuándo podría haberlo hecho? ¿cuando eran viejos y estaban enfermos? ¿cuando estaban atravesando una demencia?  

Con ello se reafirma nuevamente todo el sin sentido de la vida del protagonista, y vemos cómo él está constantemente viviendo en el “¿Qué habría pasado sí?”. 

En su última introspección, en su plática con el cerdo y cuando va a recibir el premio, él finalmente acepta todo. Deja de vivir en el pasado, pues ha decidido afrontar todo el desequilibrio existencial que surge en su vida. Se podría decir que, antes de su muerte, reemplaza su ideología por un “Qué más da”.

Al final, le agradece a Lucy, pues a pesar de que ella no es real para nosotros, para él si fue real, y gracias a su fantasía de amor logró encontrar la respuesta que siempre estuvo buscando. 

I’m Thinking of Ending Things no es una película para todo el mundo, y es perfectamente comprensible. Sin embargo, a pesar de ser innecesariamente compleja a veces, es una gran película. Charlie Kaufman ha vuelto a crear una historia que nos hará reflexionar mucho tiempo después de verla, y sin dudas, todos deberían darse la oportunidad de verla.