Reseña – El amor duele

Kiriko Nananan muestra la realidad agridulce de las relaciones japonesas en El amor duele, un manga tan bello como realista.

Escrito por Fer

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Todo el mundo ha escuchado, al menos una vez en su vida, que el amor duele. También lo han sentido, algunos (por no decir la mayoría) en varias ocasiones. Pero, para ser una verdad tan aceptada globalmente, es también ambigua. ¿El amor duele siempre de la misma manera? ¿Depende de la persona o de las circunstancias?

¿Qué quiere decir que “el amor duele”? Kiriko Nananan no busca encontrar una respuesta en su novela gráfica/manga, El amor duele. La autora solo quiere mostrar cómo cada persona es un mundo, uno que puede crecer o desmoronarse por amor. O, más bien, lo que uno cree que es el amor.

La experiencia japonesa de amar

La concepción occidental de amor varía radicalmente de la oriental, e incluso dentro de Oriente no es lo mismo hablar de amor en China que en Filipinas; mucho menos en Japón. El amor duele habla de la forma nipona de amar: el amor es el tiempo detenido en una sociedad que no deja de avanzar, que no tiene piedad con los que se atrasan o viven a su propio ritmo.

Asimismo, Kiriko Nananan habla desde la experiencia femenina en este contexto. No es que el amor sea terrible, o que esté prohibido. Solo lo muestra desde una cultura diferente, con un ojo crítico (y sensible) diferente también. En El amor duele, las historias de romance van desde lo genuino hasta el amor gastado, muerto en vida, pero que se niega a desaparecer.    

El manga se compone de varios relatos independientes, aunque con algunos interconectados, ambientados en el país del sol naciente. Cada una de estas vivencias son crudas y realistas, pero no de un modo grotesco, ni que genere rechazo. Son testamentos contados de manera sencilla, hermosa y triste, con una honestidad que llega al corazón incluso al hablar de mentiras.

Amor en blanco y negro

La sencillez con la que las historias son contadas por sus protagonistas va de la mano con el arte. El dibujo carece de pretensión alguna, no trata de elevar los relatos de los personajes con detalles innecesarios ni momentos en los que el dibujo importe más por su belleza que por el contenido. Es que El amor duele habla del amor, claro, pero no es un shōjo. Incluso se burla del género juvenil en un momento.

Este manga se define estéticamente por el contraste y el minimalismo. El uso del gris es casi inexistente, reemplazado por un punteo usado en circunstancias específicas; el blanco predomina en todas las páginas, permitiendo apreciar por completo las líneas que definen a los actores y los espacios en los que se encuentran. El negro, por lo anterior, resalta como una sombra recortada a contraluz. Este juego entre lo luminoso y lo oscuro dota de dinamismo a las páginas.

La simpleza que tiene el arte es un reflejo ideológico de la cultura japonesa. Uno que empapa la narrativa, también. Cada historia es un pequeño cuadro, en el que el inicio y el final no dan en absoluto la sensación de ser un inicio o un final. Es más bien, y cómo se dijo con anterioridad, un instante detenido en el tiempo. El lector es un voyerista, un intruso, al que Nananan complace con sus amores complicados relatados de manera directa, sin tapujos.

El hilo conductor de cada pequeño relato lo indica el título de la obra: el amor duele, sea cual sea su forma. Ya se trate de una amistad que acompaña a la protagonista, o un ex novio con el que se reencuentra en una fiesta, el amor siempre encuentra una forma de encajar en las vidas de los personajes. Pero los finales felices son raros, así como también lo son las instancias en las que este amor es aceptado de buenas a primeras. A veces, las pasiones se apagan. Está bien. Nada es para siempre. La vida sigue.

Opinión personal

El amor duele tiene una extraña globalidad. No necesitas ser un amante de las historias románticas para disfrutarlo, y aunque el tomo en sí es largo, las historias son tan breves que puede leerse a cualquier ritmo, incluso saltándoselas y volviendo para atrás. Es una lectura agridulce con un mensaje profundo y personal, pero orquestado de manera liviana.

Entonces, ¿qué es el amor? No hay respuesta fija. Cada persona es un universo, y cada uno de sus amores, un mundo dentro de él.