Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, se publica en una Gran Bretaña marcadamente pro Rusia la novela corta Rebelión en la Granja, de George Orwell. El libro, que fuera rechazado previamente en cuatro oportunidades por editoriales, narra de forma alegórica la historia reciente de Rusia y el surgimiento y decadencia del modelo Comunista en la misma.
Republicado por Planeta en su sello Booklet, este libro no está escaso de representación en el mercado. Sin embargo, cabe preguntarse si esto se debe a su popularidad, o a que su mensaje, relevante aún a más de 60 años de su publicación, necesita ser recordado. Pero antes de adentrarnos en la interpretación de la historia, veamos de qué trata.
La trama
Rebelión en la Granja (Animal Farm en su título original) trata de los animales de la Granja Manor, quienes un día derrocan a los humanos y toman posesión de la misma. Esto es profetizado por un cerdo, Viejo Mayor, quien soñó una Gran Bretaña donde los animales ya no eran explotados y vivían como camaradas.
Una vez se hacen con el control de la granja, comienzan a trabajar la tierra con ahínco, logrando buenos resultados. Los cerdos, que se habían preparado para la revolución aprendiendo a leer, toman el lugar de los organizadores del trabajo, y definen los principios fundamentales de su movimiento:
- Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo.
- Todo lo que camina sobre cuatro patas, o tenga alas, es amigo.
- Ningún animal usará ropa.
- Ningún animal dormirá en una cama.
- Ningún animal beberá alcohol.
- Ningún animal matará a otro animal.
- Todos los animales son iguales.
Dentro de los cerdos surgen dos lideres. Por un lado, Snowball, quien propone avances técnicos para el bien de la granja. Por el otro, Napoleón, que se posiciona como oposición, rechazando todas sus ideas. El conflicto entre ambos termina cuando Napoleón utiliza un grupo de perros que lo obedecen ciegamente para expulsar a Snowball de la granja. Luego, utiliza su figura como un enemigo invisible, causa de todos sus males pasados y presentes. Este esfuerzo de difamación y reescritura histórica recae principalmente en otro cerdo, Squealer, encargado de difundir la propaganda.
Progresivamente, los cerdos comienzan a atribuirse más privilegios por sobre los otros animales, y modifican los lineamientos del movimiento a su conveniencia. Esto culmina con ellos asociándose a los humanos y adoptando sus mismas costumbres, como caminar a dos patas o usar ropa. Finalmente, a los ojos de los animales, cerdos y humanos eran indistinguibles.
Una fábula moderna
Dado que Rebelión en la Granja utiliza animales en su alegoría para transmitir un mensaje, postulo que se lo puede considerar una fábula. Aunque su extensión no es breve, cuenta con las demás características de este tipo de composición.
En específico, además de la utilización de animales, está la consecuencia aleccionadora final, la moraleja. Una enseñanza ética, una regla de comportamiento entretejida en la historia. ¿Y cual sería esta enseñanza? ¿Que el comunismo es malo?
No, creo que la fabulación de Rebelión en la Granja es algo más universal, pese a que está intrínsecamente unida al momento histórico de su surgimiento. Es una lección que la humanidad ya debería haber aprendido, pero necesita recordar constantemente. El poder no corrompe, amplía lo que uno es, y quien ansía poder ya está corrupto.
Opinión personal
Esta edición de Rebelión en la Granja cuenta con un prólogo escrito por el mismo autor, en el que narra las dificultades de su publicación. En el texto se nos entrega una buena visión del marco de surgimiento de la historia. Y, incluso con un escaso conocimiento del contexto que usa como inspiración, es fácil identificar las diferentes figuras y actores que cada animal representa en la novela.
Sin embargo, eso no hace de Rebelión en la Granja una historia que solo puede ser interpretada dentro de su tiempo. O al menos eso es lo que creo. Aún sin ningún conocimiento de la historia de Rusia, esta novela se sostiene por sí misma. Porque su mensaje puede aplicarse a muchas dictaduras y figuras históricas. Porque siempre hay personas que llegan al poder prometiendo un cambio, para terminar convirtiéndose en aquello que prometieron destruir. Y mientras siga pasando, Rebelión en la Granja seguirá siendo relevante.
Este mismo mes, Planeta republicó 1984, también de George Orwell. Ese libro podría considerarse una versión más desarrollada de esta historia. Una versión más compleja, pero no por eso más clara o adulta. Rebelión en la Granja es, creo, una historia que presenta, de forma aparentemente infantil, verdades que son importantes comprender a cualquier edad.