Obras que marcan: Kyousougiga, preciosa familia rota

Kyousougiga es una serie que marca profundo y que vale la pena verla más de una vez, un análisis introductorio a una obra especial.

Escrito por ChicoEren

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En el 2013 fue lanzado, por tercera vez, Kyousougiga, esta vez como serie de televisión y en una versión final. Conteniendo 10 capítulos, 3 especiales y dirigida por Rie Matsumoto (que hasta el momento no habría dirigido ningún anime de mayor peso (por lo menos no hasta el 2015 donde dirigiría Kekkai Sensen)).

Es una adaptación del manga escrito por “Izumi Todo” (que es un colectivo de personas que colaboraron en la creación) e ilustrado por Mercre, bajo el estudio Toei Animation.

A pesar de las dudas para una serie con este tipo de creadores y construcción, lo que tenemos hoy es un anime que llega al corazón y que conversa temas humanos, sostenidos por una animación alucinante (pocas veces visto por Toei Animation) y una dirección absolutamente destacable.

Sinopsis

Kyousougiga parte contándonos la historia de Myōe, un monje que tiene la habilidad de dibujar cosas y traerlas a la vida. Esta habilidad provocó que fuera excluido de su congregación, pero encontraría un solitario hogar en las montañas. Aquí dibujaría la ciudad de Kyoto, o también llamada, la “capital del espejo”.

En ella ilustraría como Dios a un conejo, este, tras hacer un pacto con un Bodhisattva, logra conseguir un cuerpo y hacerse con el amor de Myōe, llamándose así; Lady Koto. Comenzarían a vivir como pareja, durante la cual adoptarían a un niño huérfano llamado Yakushimaru, y para que este no estuviese tan solo, Myōe dibujaría dos niños adoptivos más; Kurama, un joven ejemplar y Yase, una chica Oni.

Juntos saltan a la “capital del espejo” para vivir en un mundo donde nada muere y nada nace, un lugar perfecto donde podrán vivir felices. Pero Lady Koto, al haber cumplido con parte del pacto que hizo, ahora es buscada, así que se exilia de Kyoto para no poner en riesgo a sus hijos. Misma acción toma Myōe, dejando a Yakushimaru el título de alto monje, así como su cordón de oración, prometiéndole que un día volverá.

Análisis

¿Suena como mucho? Y es que lo es, ni siquiera hemos cubierto la mitad de los 3 primeros capítulos. Kyousougiga hace un excelente trabajo explicando, o más bien, mostrando el transcurso de estos eventos, poniendo gran énfasis en la simbología, música y dirección de escena.

Un anime que tiene gran cantidad de acción, por igual parte hay gran cantidad de lo que podría catalogarse como “slice of life” o recuentos de la vida, no es sorpresa que este anime sea muchas veces comparado con “FLCL”. La ambientación, las escenas de acción acompañadas de animación extravagante, además del tratamiento de temas profundos. Pero definitivamente no son lo mismo, a mi parecer, Kyousougiga es más es apaisado con su historia, se deja largos momento para explicarla a través de planos y escenas, esto no significa que sea mejor o peor, pero lo hace diferente.

Existen muchos detalles, y todos pareces ser de gran importancia. Es eso lo que hace que esta serie se sienta tan densa para los que la ven por primera vez, pero es importante a su vez, que sea de esta forma. Resulta que para los temas que trata, eligen una forma extravagante de mostrarlo, las metáforas y el simbolismo los plasman de forma visual, y hacen que cada parte del mundo tenga su función, llegando a un nivel casi “meta”, ya que gran parte de la ciudad de Kyoto disuena mucho de sus personajes, recalcando lo que es importante y lo que no.

Este tipo de enfoque no es algo a lo que estamos muy acostumbrados a ver, y exactamente lo que necesita la serie para poder contar la historia que tanto puede cautivar cuando es apreciada con cuidado.  

Kyousougiga es una serie acerca de la familia, donde independiente de sus escenas alocadas y explosivas, se esfuerza en mostrar aspectos de esta. Esto se traduce en un estilo propio para contar la historia, donde todo se siente bastante orgánico.

Yakushimaru, al igual que los otros hermanos, comenzaron a ver la ciudad de Kyoto como una prisión más que un hogar, un lugar donde esperan con ansias y esperanza, que sus padres vuelvan. Kyoto es un lugar donde se aferran a recuerdos y memorias del tiempo que vivieron juntos.

Koto, al igual que su introducción, cumple la función de destruir este mundo y sus cimientos, liberando a los tres hermanos del estado de limbo en el que se encuentran, principalmente Yakushimaru, quien se cansó de vivir siendo sucesor de su padre.

Últimas palabras

Durante la vida, muchos asumimos en primera instancia que nuestros padres son personas sabias que conocen todo a la perfección y que siempre tienen la razón, pero a medida que crecemos, nos damos cuenta que en ocasiones nuestros padres no son más que “niños más grandes”. Una referencia no tan evidente es que, luego de ver que los padres de Yakushimaru se fueran, Myōe adopta una forma mucho más joven, cargando con responsabilidades más grandes que él.

Es con estos personajes que la serie trabaja mucho las relaciones intrafamiliares, pero siempre vuelve a un punto central, y es que no importa que tan separada esta la familia, hay un amor que siempre está ahí, siempre hay alguien que te apoya a pesar de las peleas y discusiones, sin importar si la familia son solo tres o seis, y que hay que mantenernos unidos para que las cosas puedan mejorar.

No es raro que gente que haya visto esta serie la guarde en un lugar especial dentro de sus animes favoritos. Definitivamente es recomendable, incluso si sabes la historia o no, ya que verla por segunda vez tampoco sería raro, es bonito fijarse en los detalles y el esfuerzo que se han dado para crear esta obra que seguramente puede marcar profundo.