My Mistake, cómo cometer errores adolescentes

Griffo Ediciones nos presenta My Mistake, de Luna Henríquez y Félix Meneses, un manual sobre como cometer errores adolescentes

Escrito por VladMIR

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Luna Henríquez y Félix Meneses (@akapen.exe) nos sorprenden con ¡My Mistake!,un cómic de la editorial Griffo Ediciones (@griffo_ediciones). La historia de Luciana sufriendo lo peor que le puede pasar a un adolescente, pensar como adolescente.

Argumento

Luciana le pide a Tadeo que salgan juntos. Tadeo acepta. Luciana le cuenta la feliz noticia a su amiga Nina. Y aquí deja de ser una historia de romance adolescente.

La historia se encamina por analizar las consecuencias sociales y emocionales de esta incipiente relación con Tadeo en contraste con la relación de muchos años de amistad con Nina.

La “Sabiduría” de la Adolescencia

La característica principal de los adolescentes es la creencia que su racionalidad lógica de las diversas situaciones a las que se enfrenta es correcta. El problema es que sus deducciones muy rara vez inician con la premisa correcta, por lo que mayormente todo lo que deducen o piensan es erróneo.

Con este problema nos enfrentamos a Luciana, que fiel a su adolescencia, toma decisiones erróneas, por las razones incorrectas, basadas en premisas falsas. Ante lo que cualquier adulto solo puede suspirar y resignarse a ver las consecuencias de esas decisiones.

Mi Error

El nombre del cómic nos indica que la historia completa es la antesala para mostrarnos que Luciana cometerá un error grave.

SPOILER, no es su relación con Tadeo, es más, la historia con Tadeo pasa a ser segundaria ante las tribulaciones mentales con las cuales la protagonista tortura al lector.

Se agrega que el resto de los personajes no se somete a las proyecciones de Luciana, tienen su propio guión interno del cual ignoramos mientras leemos los pensamientos de la protagonista.

¿Se pueden racionalizar las emociones?

Larga discusión de la academia, pero en cuanto a la historia, la respuesta es un contundente NO. Luciana demuestra que no es el ejemplo de racionalización a seguir, aunque gran parte de la historia sean las elucubraciones de las acciones de los personajes.

La vinculación que se pueda sentir con el personaje dependerá de cuanto recuerde o se sienta identificado el lector con su adolescencia, como una perspectiva de los errores que se cometen en esa etapa, por no comprender la amplia gama emocional de las relaciones interpersonales.

Dibujo

A cargo de Felix Meneses, tiene claro estilo japonés de categoría shojo (cómics de narrativas románticas y emocionales, que predomina la relación de los personajes sobre la acción). La novedad es la occidentalización de los rostros, marcando un estilo distinguible y diferente a otros cómics.

Si no fuera por los rostros y el conocimiento que se lee un comic chileno, es fácilmente confundible con un manga, lo que implica un gran trabajo del dibujante.

Puede mejorar, ser más consistente con los rostros, donde se aprecia es la base de las viñetas.

Crítica

Como alguien que dejó su adolescencia hace varios años, genera cierta nostalgia leer una historia que recuerda los vaivenes mentales de la juventud. Se mira el pasado, y no se puede evitar pensar “pucha que éramos rehue…”.

Pero la historia se alarga más de lo necesario en esos vaivenes mentales, faltando el personaje de quiebre, el que realice el contrapeso con intelectual. Al principio creemos que Nina será la voz de la sabiduría, pero el desarrollo nos muestra que, como gran amiga de Luciana, también comete los mismos errores, aunque en su caso solo vemos su exterior.

Si lo pensamos como un primer capítulo de una serie, es cerrado, casi autosuficiente, esperando la llegada de personajes de contrapeso que permitan dar a Luciana, claridad sobre el proceso que está sufriendo. Además que el final deja la puerta abierta para explorar las consecuencias de esta historia.

De todas formas, la historia de Luciana es un perfecto ejemplo que las premisas equivocadas, desarrollan ideas erradas, lo que implica decisiones de las cuales no se está preparado para sufrir las consecuencias.

Recomendable para todas las edades, menos para quienes tengan hijos adolescentes, los cuales ya sufren por su cuenta el calvario de la adolescencia.