La masacre de Texas: el retorno de Leatherface

El regreso de otro emblemático ícono del terror: La masacre de Texas, una nueva película de inolvidable Leatherface.

Escrito por Muerto

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Como una muestra de lo que ha sucedido con muchas otras icónicas franquicias de terror de los años 80’s y 90’s, el pasado 18 de febrero se estrenó en la plataforma de Netflix la nueva entrega de La masacre de Texas, película que trae de vuelta a uno de los asesinos enmascarados más emblemáticos de toda la historia del cine: Leatherface, el dueño absoluto de las motosierras.

No obstante, lejos de rescatar lo mejor de la película original como lo hizo Halloween (2018), trayéndonos de vuelta a una de las mejores final girls (Jamie Lee Curtis), o expandir y potenciar subtramas como lo hizo la serie de Chucky, a la hora de contar la historia de Charles Lee Ray y su novia Tiffany, la nueva masacre de Texas dejó bastante qué desear.

Sinopsis

Al tratarse de una película slasher, realmente no es necesario tener una trama tan compleja, ya que el verdadero objetivo del film es crear las situaciones necesarias para que los protagonistas deban se enfrenten al asesino y luego dar paso a brutales muertes lo más originales posibles. Lo importante en este tipo de historias es la coherencia y la tensión, cosa que La masacre de Texas consigue sin problemas.

En la nueva película de Netflix vemos cómo un grupo de amigos bastante adinerados viaja hasta un pueblo abandonado en Texas, el cual compraron para remodelar y crear una especie de comunidad autosuficiente bastante idealista.

El grupo es encabezado por dos importantes influencers, que son quienes financian el proyecto. Sin embargo, mientras revisan el pueblo para asegurarse de que no haya nadie habitando las instalaciones, se encuentran con una extraña mujer que vive en lo que algún día fue un importante orfanato. La mujer sufre unas graves complicaciones de salud cuando tratan de sacarla y luego termina siendo llevada por la policía.

Algunos tratan de seguir los planes tal como los habían diseñados, pero otros sienten que deberían retractarse e irse antes de que las cosas se compliquen aún más.

Lo malo y lo bueno

Al ser una producción de Neflix, claramente cuentan con los recursos necesarios para ser una buena película en cuanto al aspecto visual y los efectos especiales. La fotografía es impecable y la ambientación logra transportar al espectador a un pueblo abandonado perdido en medio de la nada. Tanto los juegos de luces como las escenas viscerales son fenomenales. Los golpes duelen, las muertes impactan y el miedo se siente.

Sin embargo, cuando tenemos que analizarla en comparación a La masacre de Texas original (la de 1974) es que encontramos una gran cantidad de problemas. Al venderse como una secuela directa, como Halloween de 2018 con Halloween de 1978, la película debería seguir el mismo hilo narrativo, pero resulta que el Leatherface de 2022 no se parece en nada al de 1974. Su origen, personalidad e historias son completamente distintos, lo cual hace que falle lo más importante del film: traer de vuelta al asesino esperado.

Esta mezcla de Norman Bates y Ed Gein carece de un propósito claro y de un momento a otro comienza a matar a cualquier persona que encuentre a su paso. Aunque hay un detonante que provoca que empiece a matar, las intenciones no tienen un fin especifico.

Muy ligado a lo anterior y también relacionado a la secuela de Halloween, La masacre de Texas hace que la única sobreviviente de la película original se enfrente al asesino, luego de pasar años soñando con el momento de volver a verlo para vengarse por sus amigos. No obstante, es tan parecido a Halloween que incluso parece una copia. La única diferencia es que, mientras Michael Myers seguía buscando al personaje de James Lee Curtis, Leatherface ni siquiera se acuerda de su final girl, haciendo que su enfrentamiento sea casi forzoso.

En síntesis, La masacre Texas sí funciona como película de terror, logra crear situaciones tensas y entrega muertes excepcionales. Pero cuando debe pensarse como secuela de la película original, que es la forma en que se vende, está llena de errores que le quita todas las cosas buenas que pudo tener. Sin embargo, como siempre en este tipo de situaciones, lo mejor que pueden hacer los espectadores es darse el tiempo de verla y juzgar con sus propios parámetros.