La industria del videojuego y la innovación

En la industria del videojuego, la innovación pareciera ser la clave en la conversación actual de las empresas, sean indies o no.

Escrito por Nicolás Morán Aguirre

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A efectos de esta nota sobre innovación, vamos a dividir la industria del videojuego en 2; por un lado, en grandes empresas y por otro, en desarrolladores indie. Sabemos que no necesariamente es la más detallada, pero a efectos prácticos nos servirá. Sé que sabrán perdonar este reduccionismo tan barato.

Para iniciar, pensar en el concepto de indie vuelve necesario entenderlo y unificar términos. La palabra viene del mundo anglosajón y significa «Independiente» y, si bien es aplicable a música, cómics y películas, en el caso en el que entraremos hoy, nos referiremos a los videojuegos.

Antes de que existieran empresas multimillonarias como Nintendo, Sony o Microsoft, los videojuegos eran realizados por una persona o bien puñado de individuos que programaban aventuras de texto, generalmente basadas en el mazmorreo de D&D, a modo de recrear la experiencia de los Juegos de Rol, pero en el naciente mundo virtual.

Con el pasar de los años, ha sido exponencial la popularidad y relevancia de juegos indie y cada vez que aparece uno nuevo, se crea una expectativa en torno a su desarrollo y su potencial dentro de la industria. Pero, ¿a qué debemos este interés por este tipo de experiencias?

Primero, el ver el trabajo de empresas pequeñas, de grupos de trabajo reducidos o incluso el esfuerzo de una sola persona es tremendamente inspirador, más si consideramos que empresas enormes como Activision, EA, Ubisoft o cualquier otra que se les venga a la cabeza, caen en la repetición de las ideas y de mecánicas que poco aportan a la innovación de la insdustria.

Replicar: la fórmula de la saciedad y la muerte de la innovación

¿Cuántos FIFA, Call Of Duty, Far Cry, Assassin’s Creed, Fallout o Just Dance deben pasar por nuestras manos antes de que haya una innovación real de estas empresas?

No digo que sean malos juegos necesariamente, me gusten más o me gusten menos. De hecho, disfruto muchos juegos de los que puse de ejemplo. Pero no podemos negar que las empresas que están detrás se han quedado con la fórmula que más les ha sido rentable, y es que es obvio que su finalidad es ganar dinero.

Es por esto que te venden juegos que salen una vez por año o a lo sumo año y medio, cobrándote 50 o 60 dólares y que se juegan exactamente igual que el anterior; y no es que solamente los juegos indie estén innovando y dando cosas distintas, pero tampoco podemos negar que, al no tener limitaciones creativas, no deberle explicaciones a juntas directivas, ni ceñirse a un presupuesto asignado en términos de diseño, da un mayor margen a la experimentación y a los riesgos.

La relación entre lo que el público espera y lo que entrega la industria parece no ser directamente proporcional en la mayoría de los casos, porque incluso en aquellas contadas ocasiones en las que alguna gran empresa escucha, pareciera hacerlo a medias.

Nintendo: ¡Miren, nuestros juegos volvieron en forma de fichas!


Quizás el mejor ejemplo es que hace relativamente poco tiempo salió Pokémon Legends: Arceus, y si bien ha servido para ver algo a lo que no estábamos acostumbrados, hace sentir a los fans que este título no se ha hecho con todo el mimo que se merece la IP de Game Freak; que si somos sinceros, ha sido la única idea que han tenido en más de 25 años y han vivido de ella durante todo ese tiempo.


Y es que con el último Nintendo Direct, vemos que las ideas están un poco estancadas, y es momento de que seamos honestos; más allá del amor que le tengamos a la empresa japonesa, permítannos hacer ciertas preguntas en torno a la innovación en torno a la industria del videojuego.


¿Es necesario revivir el Mario Strikers o los Switch (Wii) Sports? ¿No habría sido mejor revisar que las físicas y las texturas del último Pokémon estuvieran bien hechas? ¿O asegurarse de que los ROMs (porque eso son) que están lanzando al menos estén bien y se puedan ejecutar como corresponde? ¿o quizás mejorar el sistema online que tiene un costo no menor al año y que te cuesta aún más si quieres jugar los de Nintendo 64?


Nuevamente, esto no significa que no vayamos a usar la E-shop o decirle a la gente que Nintendo es una empresa maligna, pero sí tiene actitudes que atentan contra el bolsillo del público. Yo amo The Legend Of Zelda, pero tampoco hacía falta lanzar el Skyward Sword de nuevo, considerando que lo anunciaron como «ahora sí pueden jugar con los sensores como corresponde«. Entonces la respuesta es como: «Nintendo… cariño, eso debíamos poder hacerlo desde siempre.«

¿Todo esto es es culpa del capitalismo?

La respuesta corta es un rotundo sí, pero vamos matizando. La industria responde a los estímulos del mercado y por tanto, de los compradores. Cuando compramos el nuevo Call Of Duty, lo que Activision Blizzard entiende es que a la gente le gusta el producto, así que los seguirán sacando.


Si compramos todos los ports de juegos de consolas anteriores, estamos dando la señal de que nos parece positivo el que lo hagan y eso estanca la creación de nuevas IP’s. Además, si dejamos que nos cobren 80 euros o dólares por el digital del Remake de Demon’s Souls, que sin importar lo hermoso que se vea, promovemos ese abuso al bolsillo.


Nuevamente, seamos honestos/as, todo el mundo ha caído en comprar nuevas entregas de cosas que sabemos que están repetidas o compramos juegos con lavados de cara, pero que en esencia son el mismo título. Con esto, no pretendemos hacerles sentir culpables, pero sí invitamos a hacer la reflexión de nuestro enfoque al consumir medios de entretenimiento.

Y ya que estamos, que el cobro de un juego digital y físico sea el mismo, carece de sentido. No hay gastos asociados a materiales, transporte y distribución, pero eso es material de otra nota.

En última instancia, para no decir solo cosas negativas y parecer el Grinch; hay luces verdes para la industria.

Hay empresas que están haciendo las cosas bien y están tomando decisiones que benefician a la gente que consume sus productos, pero en gran parte depende de nosotros y nosotras el cambiar esas malas prácticas que nos hacen cuestionar nuestro hobbie.

Al fin y al cabo, estamos juntos/as en esto. Si amamos el medio, es necesario ser pioneros/as en evidenciar las falencias del sistema, porque solo así se pueden lograr los cambios que esperamos.