La Batalla de la Vida: El cuarto cuento de Navidad de Charles Dickens

Durante los últimos años me he dedicado a reseñar todos los cuentos de Navidad de Charles Dickens. Porque, sí, hay más de uno. Cuento de Navidad (1843) es sin duda el más conocido, pero luego de su éxito, Dickens escribió cuatro cuentos más, uno al año de forma consecutiva.

Le siguieron Las Campanas (1844) y El Grillo del Hogar (1845), ambos ya reseñados anteriormente en Comiqueros. El cuento de este año, La Batalla de la Vida (1846) es hasta el momento el que destaca entre todos los de Charles Dickens, pero de forma negativa, ya que no tiene nada que ver con la Navidad. Y en general rompe con todos los esquemas que hacen de esta serie de cuentos algo memorable y disfrutable.

Así que, spoiler, no me pareció muy bueno. Pero dejemos eso para el final. Como siempre, lo primero que hay que hacer es resumir la trama de la historia.

La trama

El cuento inicia con el relato de una cruenta batalla que se libró en un campo en Inglaterra, donde actualmente se encuentra un poblado. (Espero que esa premisa no les parezca muy interesante, porque nada en la historia tiene que ver con eso.)

La verdadera historia trata de la familia compuesta por el Dr. Jeddler y sus dos hijas, la mayor, Grace, y la menor y consentida por ambos, Marion. Marion está comprometida con Alfred Hearthfield, aprendiz del Dr. Jeddler, quien esta a punto de partir en un viaje para realizar sus prácticas como médico de campo.

El día del cumpleaños de Marion se entrecruza con la partida de Alfred, quien promete regresar para contraer matrimonio con ella. La historia toma luego un salto temporal, hasta el regreso de Alfred, coincidiendo nuevamente con el cumpleaños de Marion. Sin embargo, algo sucede y finalmente todo parece terminar en tragedia.

Eso nos lleva al último salto en el tiempo, seis años después, en el que se conocerán los motivos detrás del actuar de Marion (bastante poco sorpresivos, la verdad), y el destino de todos los personajes secundarios. Notarán que no he hablado mucho de ellos, esto es porque son la parte más disfrutable del cuento y no quisiera privarlos del goce de leer al respecto, si es que deciden darle una oportunidad a esta historia.

En general, es un cuento de amor muy arquetípico, más adecuado a una obra teatral que a una narración. Aunque claro, las sensibilidades estéticas actuales no son las mismas que en los 1800, y eso seguramente influye.

Opinión final

De los cuatro cuentos de Navidad que he leído hasta ahora, La Batalla de la Vida es el que menos me ha gustado. Toda esta «saga» en general ha ido de más a menos para mi, pero este es el cuento con el que creo se rompen definitivamente los temas de la misma.

Cuento de Navidad, no hay que explicarlo, es una historia fuertemente atada a la festividad que le da nombre. Las Campanas, también está vinculada con una fiesta, en este caso el Año Nuevo y cuenta con elementos fantásticos, además de una marcada critica social. En El Grillo del Hogar ya se empieza a notar un declive en la calidad de los cuentos, sin apoyarse en festejo alguno (a lo mucho podría tomarse el matrimonio como una temática y catalizador) y con una crítica social más velada. Aún así, al menos contaba con elementos fantásticos, aunque disminuidos.

La Batalla de la Vida es tan solo una historia de amor, como dice su subtítulo. Una bastante genérica y predecible. Podría considerarse el cumpleaños de Marion como la celebración alrededor de la cual gira la historia. Pero ya no hay un mensaje más profundo detrás y tampoco hay elementos mágicos. Rompe no solo con la estructura marcada por sus antecesores, además, no tiene mucho de Navideño, o siquiera de invernal. La batalla que da nombre al cuento no juega nada dentro de la historia, apenas si un tenue paralelismo simbólico, un gran desperdicio. ¿Dónde están mis fantasmas, Dickens?

Y parece que no soy el único con esa opinión. Incluso en su época este cuento fue recibido con poco interés por los lectores y tuvo críticas desfavorables. Pese a que Dickens a esa altura ya se había constituido como un referente de la Navidad, y leer sus cuentos era en sí una tradición de la época, las ventas fueron bastante malas.

Si van a darse la tarea de leer los cuentos de Navidad del autor, perfectamente podrían saltarse este sin perderse nada. Es el punto más bajo de la serie, por mucho. Espero poder terminar esta cadena de notas anuales de forma más positiva el año que viene con El Hechizado, el quinto y último cuento de Navidad de Dickens.