Her — y otras formas de hablar sobre amor en el cine

El amor heterosexual es uno de los tópicos más vistos en el cine, pero Her le da un giro de 180°, obligándonos a mirar lejos de nuestra zona de confort.

Escrito por Ally

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Sí, esta nota contiene spoilers.

¿Cómo olvidarnos de las grandes películas de amor del cine? 500 días con ella, Titanic, Diario de una pasión, Ghost, Casablanca… podríamos hacer una lista inmensa. El amor heterosexual es algo que pareciera ir sí o sí en una película, como si el paquete no estuviera completo sin esa temática.

Mucho han ayudado las películas virales estadounidenses, donde nos encontramos a alguien que sufre por otro, está casado con otro, o se va enamorando de alguien en el camino, mientras la trama no tiene tanto que ver con ello. Podríamos discutir si funciona o no, pero está ahí, y parecemos no poder emanciparnos. Pero ¿queremos? Porque, de repente en el 2013 aparece Her, tomando este tópico y convirténdolo en algo completamente distinto, sin tomar mucho en cuenta su tradición.

Si quieres conocer en detalle la trama de la película dirigida por Spike Jonze, te dejo el enlace a la nota que hicimos en Comiqueros en su momento, porque si quieres leer aquí, debes saber de qué se trata o, mejor aún, debes haberla visto (si no lo has hecho, ¿qué esperas? Es buenísima, y no entenderás mucho esta nota si no lo haces). Porque la historia de Theodore y Samantha rompe con todos los cánones de la temática, debido a que son un humano y un sistema operativo (SO) quienes se están enamorando.

Por supuesto que esto no ocurre de inmediato. Ya que la película pasa por distintas etapas muy marcadas, las cuales son estigmas de la relación entre los protagonistas que ambos irán superando de a poco.

Una vez que Theodore se entera que existe un SO que puede llegar a ese nivel de inteligencia artificial (IA), él se cuestiona; ¿alguien más en el mundo se estará sintiendo como él? ¿o está enloqueciendo? A pesar de que cuando tienen sexo por primera vez él se siente pleno, sigue manteniendo esa incomodidad. Es recién cuando habla con su amiga Amy, quien le cuenta sobre un compañero de trabajo que pasa por la misma situación (y para ella esto es normal), es cuando Theodore se decide a contarle todo, y ese estigma es liberado.

Después Samantha es quien tiene ciertas inseguridades debido a que ambos son de especies evidentemente diferentes. Además de notar las dudas que le generó su ex esposa a Theodore cuando fue a firmar el divorcio. ¿Está él realmente satisfecho con esa brecha física que los separa? ¿Puede ella hacerlo sentir como su ex esposa, o mejor? Porque siguen teniendo sexo, pero ella siente que no lo satisface (una inseguridad que también es muy común en el ser humano).

En su desesperación, ella contrata a una chica para que con su cuerpo, pero con la voz de Samantha, él pueda sentirse más cómodo. Claro, todo culmina mal, ya que Theodore lo hizo solo para complacerla. Pero con esto ambos terminan dándose cuenta que no necesitan ser de la misma especie para amarse como ya lo hacen, y que pueden vivir su relación normal.

A medida que avanzan, se van sintiendo más cómodos y su amor crece. Componen canciones, pasan tiempo juntos, tienen citas y viajan a un par de lugares. Parece ir bien este extraño amor hetero, aunque siempre con las barreras físicas de una relación convencional. Hasta que aparece el conflicto final, y que creo la hace notable.

¿Qué es el amor? Así de simple, pero complejo. Y desde un punto de vista muy específico. Samantha es una IA, va conociendo sus posibilidades de sentir a medida que avanza la película. Pero también existen muchas otras IA online que son como ella, con lo cual descubre que puede amar a más de una persona (y en un número inmenso).

Muchos dirían, incluso, que el amor que ella profesa es solo algo inventado por una máquina, y que no puede sentir como nosotros. Pero, ¿no puede? Porque lleva toda la película haciéndolo.

Theodore, por su lado, al ser humano, tiene el amor monógamo como parte de su cultura, por lo tanto la quiere solo para él. Empieza a sentir celos y no se siente totalmente dispuesto a tener una relación como la que Samantha necesita, aunque para ella él siga siendo alguien muy querido e importante en su vida. Él pasa a tener el mismo choque que el espectador, aunque es Theodore quien siente el amor hacia ella, no nosotros. Aún así empatizamos con él completamente.

La relación termina. Y de una manera abrupta. Pero el espectador se pregunta: si es que Samantha no se hubiese ido, ¿Theodore hubiese seguido con ella, aceptando toda esta nueva forma de amor que le propuso? Porque él ya había aceptado tener una relación con un ser no humano, ¿por qué no se hubiese podido adaptar?

Pero la mente de Samantha iba mucho más allá de lo humano, y empatizamos también con ella, a pesar de que no entendemos completamente sus decisiones.

Es un final triste, pero a la vez da una sensación esperanzadora, como si los inventos del ser humano -como la IA- nos hicieran avanzar como especie. Esto nos invita a mirar más allá de lo que tenemos alrededor como sociedad, pero también a analizar lo que ya tenemos.

Theodore se siente acompañado al final, a diferencia del inicio de la película donde la soledad lo estaba consumiendo. Uno también se siente acompañado porque te das cuenta que estamos casi (si es que no estamos ya) en la misma era que él. Y te preguntas si hay gente como Theodore, o si puedes llegar a sentirte como él, creando una empatía que te obliga a mirar más allá.

¿Puedes llegar a amar tanto a un ser que se suponía no tenía vida? Porque nos rodean las Samanthas y no pareciese que nos detenemos a mirarlas lo suficiente.