TOMIE, serás mi objeto más preciado.

¿Te crees capaz de no sucumbir ante los encantos de Tomie? Sólo queda leer este gran manga de terror del increíble mangaka, Junji Ito.

Escrito por Li

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Tomie es un manga de terror y gore del aclamado Junji Ito. Al iniciar esta perversa historia, encontraremos raudales de litros de sangre, transformaciones anómalas y personajes que, en sus desesperadas luchas internas, cometerán acciones que bordearán lo bizarro. Estos son tópicos abarcan la obra de principio a fin.

Junji Ito debutó enviando la obra a la primera convocatoria de los premios Umezu, en el cuál consiguió un accésit. Así, con estos buenos pronósticos, comenzó la construcción de Tomie, para luego convertirse en una de sus obras más exitosas, consagrando a Junji Ito como un gran mangaka del terror

“Me descuartizó y tiró los trozos por toda la montaña” 

Mientras la sangre y el terror van argumentando el estado de frenesí que se respira en esta obra; una sociópata con tintes de bruja inmortal, a la que pareciera que cada célula de su organismo le responda a voluntad, rodeándose de personas enajenadas, llevándolos al abismo de un trastorno psicótico, lleno de objetos punzantes y miradas aterrorizadas

Comenzando a disfrutar de esta obra advertimos un dibujo bastante precario, pero que esto no te detenga, el dibujo sufre una cirugía que lo mejora considerablemente al pasar de las hojas.  

La historia que se va desarrollando es en base a la repetición de sus actos. En general, sus obras son historias breves y muchas veces inconexas, con un desarrollo de trama pobre y una resolución en 4 recuadros. Si bien soy un amante más de la profundidad de las historias, este autor me captura por lo siniestro de sus obras. Sin embargo, es esta misma estructura, más sencilla, en la cual abordando situaciones límites, muestra lo más atractivo de su arte, y es entonces el lector quien moralmente debe ir completando la propuesta. 

Hay tanta demencia en sus viñetas, que me causa profunda curiosidad todos estos seres que habitan en su autor. Así como Hamaguchi entrega sus ropas en pleno frío, para luego, en su delirante deseo, reír y correr, solo para yacer… De esta misma manera muchos seguimos encandilados a sus obras. 

La explotación del bodyhorror, las transiciones del miedo absoluto a lo grotesco, la provocación al espectador, el hacer sentir incomodidad, el ser parte del desgarro de algunos de sus personajes, teniendo que sobrellevar situaciones asquerosas, e incluso, por más pequeña que sea, se remueven las vísceras. Como en Parasyte, no todos seríamos capaces de tener a Miggy en la mano. 

“Quiero que mi belleza perviva de algún modo… Inmortalizarla» 

Tomie realiza una entrada espectacular, con el solo hecho de poner un pie en la calle, el mundo se alborota a su alrededor y todos los hombres quieren poseerla, desde sus entrañas, sodomizarla. Algunas mujeres resisten esta tentación, otras, quieren ser como ella, quieren que sus amados las miren como la miran a ella, quieren su belleza con desesperación. Mientras Tomie, pasa riendo junto a todos, «Jo jo jo jo«, su risa se siente macabra junto a su expresión. 

J.I: «En la vida cotidiana hay muchas situaciones que dan miedo.»

Los personajes femeninos de Junji Ito, suelen tener un gran atractivo físico. Y en este caso, explota el ideal sublime con esta obra, estruja la expresión y el sentir social, la búsqueda de la juventud y la belleza eterna, la admiración insípida, con la visión desequilibrada que hemos crecido e incorporado como una necesidad. Llenándonos de aprensión a la fealdad, sentimos que sin encanto físico no podremos pertenecer a un grupo, ni ser queridos por todos, por ende, si obtenemos esto, lo sub siguiente es la fama y el dinero. Entonces así, el camino cliché y vacío que se llena, es un nuevo vacío que se abre, un espiral de terror, como nos demuestra en su obra UZUMAKI.  

El Oroboro del cuál Junji Ito nos condena en cada una de sus creaciones. 

“Es tan guapa” 

Fragmentos de la historia de Tomie, aparece en la serie animada: Junji Ito Collection, pueden leer la reseña de Pia Marian: “Lo que caracteriza el estilo de Junji Ito: Como nos hace descender a través de un espiral de locura donde la mente corroída viene de la mano con la destrucción de la carne mortal”.  

Debo decir que, solamente no comparto su opinión respecto a que sea una decepción y que tenga carencia de ritmo, ya que, encuentro que está muy bien logrado, disfruté una enormidad ver variadas historias, por cierto, muy fieles al manga y con un dinámico opening. El punto que se abarca aquí es el tema del ritmo, de todas maneras, es muy subjetivo. ¿En el manga quien da el ritmo? ¿Nosotros? ¿El autor? ¿Nuestra disposición? 

Este es el espacio que hay que atravesar a ciegas, que nos lleva al deleite de la sangre y el constante ahogo. Generalmente, leo y re leo las páginas antes de seguir, me detengo en los diálogos y los vuelvo a leer, los gestos, las expresiones físicas, las líneas de acción y cada detalle que me ofrezca, a veces me sumerjo en el ritmo, pero luego voy a mis anchas devorando.  

“…Cada vez que la veo, me entran ganas de matarla…” 

Esto es el espanto… 

al igual que Tomie va devorando todo lo que le sugiere la más mínima atención, mientras está agazapada a plena luz, su sangre tibia, va liberando de toda represión a sus víctimas. Quizás es un acto de salvación lo que les ofrece, incitándolos a devorarla, mientras ella ríe, mientras el mundo los observa con espanto. 

El canibalismo será otro de los tópicos que aborda esta obra, mostrando lo decadente del ser humano.

El espanto, ese momento, que probablemente todos hemos pasado más de alguna vez, los segundos en que todo va mal, el frío palpitante, algo monstruosos acechándonos. Un hueso que salió de su lugar, un golpe seco, vidrios estallando y todo esto acompañado de un mar de sangre. Las miradas fijas de rostros pálidos que nos observan, son siempre de lo más macabro, rostros anonadados, gélidos, otros desencajados, gritando. Ese espanto es lo que profundiza constantemente en sus viñetas. 

El terror necesita de un tempo, mucho más arduo de lograr. Por eso también, al enfrentarnos a una obra, debemos de disponernos a sentir miedo, a retorcer lo cotidiano, por ende, explorar en este sentimiento es sin duda, una incomodidad placentera

Busca la soledad, busca las penumbras, para disfrutar de cada página de esta entretenida y macabra historia.  

¿Podríamos actuar de otra manera si conociéramos a Tomie? Probablemente, yo no. 

Li