The Libertines: El impulso que Inglaterra necesitaba

A inicios de los 2000, el Reino Unido se encontraba en una desorientación musical. The Libertines sería la banda que daría el golpe esta vez.

Escrito por FanoPetrikov

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Han pasado ya más de siete años desde que The Libertines nos entregó su tercer y último trabajo, y a pesar de que hoy siguen estando juntos (con sus integrantes trabajando en paralelo), no hemos podido tener pistas de quienes fueron una revolución para un Reino Unido que se encontraba desorientado en muchos aspectos de su cultura, allá por el 2000-02.

Eran tiempos difíciles para Inglaterra, el brit pop había dejado estragos en la escena musical de los 90’ y Oasis había dejado la vara bastante alta. Por otro lado, Radiohead se encontraba inmerso en sus sonidos experimentales que se alejaban cada vez más de lo que alguna vez fue Pablo Honey u O.K Computer.

Sería así como desde las mezcladas calles londinenses y las antiguas influencias de Liverpool, The Libertines abrió una chance a revivir la esencia del rock y también remeció a todo el archipiélago británico.

Paralelamente teníamos en escena a grupos como Travis o Coldplay, que con sus melosas y románticas simpatías lograban hacer de la música británica una popularización, pero no conseguían de modo alguno rescatar la rebeldía que siempre ha destacado al Reino Unido.

Up The Brackets y The Libertines

Caído el año 2002, la banda lanzó su primer disco: Up The Brackets, 12 canciones que componen lo que sería una resucitación de géneros para la música inglesa. El conformismo de la juventud de los 2000 apuntaba sus gustos musicales a lo que ocurría en USA, bandas como The Strokes o los mismos White Stripes daban más espacio a la necesidad de garage y rebeldía que sentían los sometidos monárquicos de Inglaterra.

Pero la mano de Mick Jones, antiguo guitarrista de The Clash, haría de la producción de Up The Brackets un trabajo excepcional, posicionando al disco en el puesto 35 de las listas británicas y abriéndole un espacio enorme a The Libertines como tal.

La banda presentaba constantes conflictos internos debido a la adicción a las drogas de Pete Doherty. Carl Barat, por su parte, decidía salir de gira sin su compañero. Las tensas relaciones entre ambos guitarras hacían que la participación de Gary Powell, en la batería, y John Hassall, en el bajo, se viera disminuida.

En una aparente adicción a los problemas legales, algunas formaciones de bandas en paralelo, proyectos solistas y tres rehabilitaciones después, The Libertines logró tomar algún grado de estabilidad, lo que dio paso a lanzamiento de su homónimo The Libertines.

Así, en el 2004, la banda lanzó su disco The Libertines, que alcanzaría el numero 1 en las listas inglesas, mientras que su single de lanzamiento “Can´t Stop Me Now” llegaría hasta el 2° lugar en las Billboard británicas. Time For Heroes sería otro de los éxitos del álbum. El disco supuso un lanzamiento que abriría el mundo a Libertines a la resurrección del Garage Rock y el Post-punk revival.

Aún así, el éxito no vendría de la mano con una estabilidad y Pete Doherty sería nuevamente el centro de los problemas. Su adicción a la heroína y al crack, su pésima regularidad tanto en conciertos como ensayos, así como su involucración en otras áreas sociales como la literatura, la farándula y las colaboraciones con otros grupos, empujaron a que Libertines se fuese de gira a USA sin él, y que posteriormente se decidiera por parte de Barat su desmembramiento.

Anthems for Doomed Youth y actualidad

Pasarían once años para que Libertines volviese a lanzar un disco. Mucha agua pasó bajo del río durante estos años; proyectos en paralelo y nuevas rehabilitaciones, permitieron que, a comienzos del 2014, el grupo confirmara su participación en el festival British Summer Time, que se desarrollaba anualmente en el Hyde Park de Londres.

Ese evento permitió que la banda volviera a re-enamorar a sus fans y a la escena londinense, haciéndose partícipes de otros festivales, tanto dentro del país y fuera de este. Finalizado el 2014, en diciembre, logran firmar con Virgin Records para la grabación de su tercer disco, Anthems for Doomed Youth, el cual vería la luz al año siguiente.

Si bien el disco no presentó un éxito rotundo como si lo hicieron sus entregas anteriores, nos dejó temas maravillosos como Gunga Din o Heart of the Matter. Luego del lanzamiento, The Libertines se iría de gira, lo que incluso los traería a Chile como teloneros de Iggy Pop.

En la actualidad el grupo se encuentra unido y se presentan de vez en cuando como headliners de alguno que otro festival, pero no se ven indicios de nuevos trabajos. Al parecer, habrá que esperar nuevamente más de una década.

Mención especial a You Are My Waterloo, una belleza de inicio a fin, tanto musical como visualmente, véanlo y disfruten.

Legado

The Libertines siempre ha sido una banda de bajo perfil, que pocas personas fuera de Inglaterra conocen y que probablemente tengas pocas posibilidades de ver en vivo, aunque de alguna manera sus canciones están en nuestra mente, porque alguna vez pasaron por radio, porque las colaron en algún corto de cine independiente o porque AXE las ocupo para un comercial.

Lo cierto es que sin el impulso y la inyección de rebeldía que la banda le dio a Inglaterra en el momento donde Margareth Tatcher era decapitada, probablemente muchas bandas de la escena inglesa, como Arctic Monkeys o Franz Ferdinand, e incluso, bandas Europeas como The Hives, no hubiesen logrado colgarse de una nueva era de rock.

Y es que no solo revivieron el punk, el garage y el sonido de The Who en sus canciones, sino que también abrieron nuevos espacios a una juventud ahogada, que no tenía más intenciones de pertenecer a los despojos de sociedades culturales que mostraban una falsa rebeldía. Los británicos querían libertad, y UP THE BRACKETS se la dio a sus oídos en todo lo que la palabra aborda.