Ha pasado más de un año desde el lanzamiento del disco Scaled and Icy de Twenty One Pilots, y con los paños fríos, es hora de cuestionarse si las reacciones y criticas de hace un año siguen siendo válidas, si fueron influenciadas por el hype o si el disco envejeció bien.
El sexto álbum del dúo norteamericano lanzado durante la pandemia trajo consigo decepción para muchos de los fanáticos más acérrimos, creando aun diversos argumentos a favor y en contra sobre su calidad.
Por lo mismo, es válido analizar nuevamente qué tiene para ofrecer este disco e indagar cuál es el motivo del descontento.
Pero antes, un poco de contexto…
Tyler Joseph y Josh Dun habían conseguido mucha fama con sus discos Blurryface y Trench, en donde lograron crear una narrativa interesante entre canciones, hablando de depresión, inseguridades, rebeldía y otros temas afines, con un “estilo musical alternativo”.
Además, tenían una gran conexión con su fandom ya que la banda acostumbra a realizar juegos criptográficos para dar continuidad a la narrativa o incluso para dar pistas sobre el futuro.
Pero llegó la pandemia y todo cambió. Todos quedamos encerrados, Tyler fue padre por primera vez y Josh llevaba un par de meses casado. El mundo parecía irse por la borda, y las vidas de los músicos también parecían cambiar radicalmente.
Ahí fue cuando se lanzó Level of Concern, una canción que habla sobre la cuarentena y que se sintió como un pequeño regalo para los fans en aquellos tiempos difíciles. La canción no era del estilo que uno esperaría del dúo, un rap rebelde o con notas pesadas de bajo, si no que era una canción medio funk muy pegajosa y entretenida. Ese fue el primer aviso de cambio.
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La canción tuvo una transmisión en Youtube que logró ganar el record Guinness al video musical más largo de la historia. El tema se reproducía 24/7 y el video constaba de videos que los fanáticos enviaban a la banda, bailando la canción o algo similar. Causó mucho revuelo.
Luego en ese mismo año la banda estrenó una canción para navidad, pero no tuvo mayor relevancia. Lo que importa es que también era una canción más pop, más sencilla musicalmente, más calmada.
Entonces se anunció un nuevo disco.
Y llegamos a lo que nos convoca
Rápidamente los fans se percataron de que el título del álbum, Scaled and Icy, era un anagrama de “Clancy is Dead”, un personaje relevante en la narrativa del disco Trench, que por medio de cartas y anotaciones explica cómo funciona el mundo de Dema y los malvados obispos que ahí gobiernan. Los fanáticos saltaron de la emoción con teorías y dudas.
Pero la estética de este nuevo disco era completamente diferente a la que estábamos acostumbrados. Parece algo ochentera al tener colores llamativos, vestimentas más sencillas, e incluso Tyler se pintó el cabello de rosado.
Temazoooo
Salieron algunos singles y confirmaron las sospechas, eran canciones pop con algunos pequeños toques de rap, como escondiendo algo oscuro detrás, pero nada realmente sorprendentes. Las letras de las canciones invitaban a bailar, hablaban de buenos ratos, de amor.
Y el disco siguió esa misma línea, trayendo una división entre los fanáticos, que discutían si acaso el disco significaba un downgrade en la banda o si realmente era un gran disco.
Críticas al disco
Además del cambio de tono, hay una seguidilla de argumentos en contra del disco que hacen pensar que este puede no ser un buen álbum.
En primer lugar, la estructura de las canciones. En su gran mayoría estas poseen un esquema clásico de estrofa, coro, estrofa 2, coro, puente, coro. Luego de 3 canciones con esa estructura, comienza a aburrir un poco ya que no hay sorpresas.
Posteriormente, hay que ver la duración de las canciones. La única que supera los 4 minutos es Redecorate, la que cierra el disco. Ahora si sumas eso con la estructura de las canciones, te das cuenta que es algo pobre.
La portada del disco. El dragón se llama Trash.
Otro punto es la instrumentalización. Tyler destaca mucho por su destreza con el bajo y con el ukelele, pero aquí hay poco y nada de eso. En cambio, tenemos muchas guitarras eléctricas y todo tipo de sintetizadores.
Finalmente, hay una gran crítica a las letras, que ya no son profundas o depresivas. Hablan con optimismo, casi no tienen que ver con la historia de los álbumes anteriores y suelen ser muy repetitivas.
Pero, ¿todo esto vale como para considerar el disco una decepción?
Okay. Se entienden todos los argumentos dados pero hay que entender lo siguiente: Tyler ya tiene más de treinta años, formó una familia (que según él mismo ha dicho, le ha hecho cambiar su perspectiva de la vida) y ha dado cientos de conciertos alrededor del mundo; no puede seguir siendo el mismo adulto joven depresivo que era cuando escribió Migrane o Lane Boy.
Con una nueva visión de la vida, es entendible que el cantante quiera experimentar un estilo de música diferente en su estilo y composición. Joseph y Dun deben estar en su mejor momento, y quieren que la gente se rodee de la misma felicidad que tienen.
Porque al final, se sigue hablando de los traumas de Tyler y de sus dudas existenciales, pero ahora son otras sus preocupaciones. Por ejemplo en Choker dice que tiene una relación con el auto-sabotaje, en Formidable se preocupa que su lealtad a su pareja le aburra y quiera dejarlo, en No Chances se habla directamente de la pandemia y que cada día hay más muertos, pidiendo encarecidamente que uno permanezca en casa.
Las letras no son superfluas, tampoco son existenciales, pero buscan ser frescas y sinceras.
Para el lanzamiento del disco, como se estaba en plena pandemia y no se podían dar conciertos, la banda hizo uno virtual, que consistía en varios sets donde tocaron diversas canciones en vivo. Para la celebración de un año, se hizo un estreno en cines.
También hay que tener en consideración que a este punto de su carrera, Twenty One Pilots tiene a disposición estudios y sistemas de grabaciones que no tenían en Vessel por ejemplo, y que por lo mismo los chicos quieren jugar y aprovechar todo tipo de herramientas para crear música.
Temas como The Outside o Shy Away no son solo algunos de los mejores del disco, sino que también de toda la discografía del dúo. Son canciones que tienen una identidad propia, con un estilo muy marcado cada una, con una gran producción detrás y letras muy entretenidas.
Es cierto que canciones como Mulberry Street o Saturday son sencillas en su composición, pero no todo puede ser complejo en esta vida, ¿no?
Veredicto Final
Scaled and Icy de Twenty One Pilots es un disco entretenido. Es cierto que utiliza como pretexto la historia de Dema para intentar explicar el cambio de género y que en la práctica no resulta, pero es porque realmente no necesitas explicar por qué estás feliz…
El disco tiene sus méritos propios, y no tiene mayores pretensiones que ser un álbum alegre para tiempos que se ven complicados en el panorama mundial pero que está trayendo nuevas alegrías, y es justamente lo que logra hacer.
Shy Away fue el primer single
Respondiendo si es una joya o una decepción, realmente es un punto medio. Está lejos de ser el mejor disco de la banda, pero Scaled and Icy de Twenty One Pilots es un disco agradable de escuchar. Tyler y Josh quieren expresar felicidad, y en canciones como Bounce Man o Good Day realmente consiguen transmitir ese sentimiento.
Es cierto que el hype jugó un poco en contra, pero un año después y viendo las cosas con calma, el disco está totalmente vigente y no parece ser terrible como muchos decían.