La editorial Santiago Ander se ha caracterizado por dar voz a grupos y temáticas en under, trayendo a la luz pública relatos de lo que generalmente se ignora, o activamente se evita. Continuando con esa línea, Relatos de la Calle, su nueva antología, nos trae 14 historias desde la marginalidad geográfica, social e histórica.
No debería ser sorpresa para nadie que Santiago, y especialmente sus comunas más céntricas, sean normalmente las más presentes en la literatura nacional. La premisa de esta antología es mostrar voces desde el resto de Chile, desde la marginalidad, en todas las acepciones del término.
Los relatos
Más de doscientos cuentos fueron presentados para la convocatoria de esta antología, y de ellos, 14 fueron seleccionados para integrarla. A continuación haré una breve reseña de cada uno de ellos, de forma intencionadamente críptica, claro:
- Mariposas Blancas (Aileen Pinto): Una niña narra sus vivencias con su padre, y luego de ser testigo de un fenómeno misterioso, desea que él también pueda experimentarlo, con todo lo que eso implica.
- La Criatura que Emergió del Río (Eduardo Fernández): Toño, abandonado a su suerte en las calles de Santiago, encuentra consuelo en los objetos que logra encontrar en ellas para incrementar su Colección. Pero el consuelo se convierte en obsesión, y luego adoración, que lo llevan por un camino oscuro.
- Los Yuyos de María (Andrea Calvo): Motivado por la muerte de un personaje casi místico de su infancia, un Detective confronta verdades incómodas de su pasado y del mundo en general, entendiendo la necesidad de este tipo de figuras en la sociedad.
- La Pichanga del Marica (Cristián Pino): Un joven narra su paso de la niñez a la adolescencia, con todo lo que se espera de él con eso, y en cierta medida las cosas que no está dispuesto a hacer, principalmente en lo que respecta a abandonar ideales o costumbres.
- Incontenible (Carmen Valdebenito): Ante la muerte de su madre, un joven que ha vivido encerrado en su hogar por el amor absorbente de ella, se ve forzado a salir y redescubrir el mundo.
- ¿Cómo terminé acá? (Eduardo Venegas): Un niño se ve obligado a vigilar a su tío altamente intoxicado, y asegurarse que llegue seguro a tomar un bus de regreso a Santiago.
- Pedazos de un Cuerpo Reventado (Francisco Schilling): Una joven transexual utiliza las velas de un animita para asustar a sus persecutores, en una noche de intoxicación y abuso que parece ser una más de una larga cadena en su vida.
- Fantasmas (Camila Fuentes): Un encuentro fortuito lleva a una mujer a recordar su adolescencia, sus amistades, amores y errores, y cómo ellos te alejan de las personas hasta convertirlos en extraños, o peor, viejos conocidos.
- El Teebo (Andrés Torres Meza): Un hombre narra la historia de su amigo el Moco, el perro que constituyó su felicidad por un tiempo, su trágico final y la venganza que tomó en su nombre.
- Un Minuto en la Vida (Carolina Puschel): La final de la Copa América entre Chile y Argentina. La incomodidad de verla con un invitado del cuadro contrario. Una tragedia cotidiana en medio de un momento histórico.
- Los Colores de la Pipa de Magritte (Leonardo Espinoza): Josefina Paz de Lourdes Rojas Ramírez baja de un colectivo. Y honestamente luego de eso ya no entendí más.
- Un Barrio Flotante (Marcela Adaros): En una casa que parece un barco en el Barrio Rojo, Ligia toma un viaje onírico por su vida, y buscando por donde seguir a partir de allí.
- Bótox (Carolina Aparici): Emergente, pero bajo las normas que la sociedad impone, una exitosa doctora cobra venganza. En nombre de su hermano, su madre, los que quedaron en el camino y los que como ella lograron sobrevivir. Una venganza contra las figuras representativas del sistema que habita pero detesta.
- Matar a Parra (Joaquín Escobar): Un delirante y bizarro viaje de tres amigos con el objetivo de matar a Nicanor Parra.
Opinión personal
Normalmente, no soy de consumir cuentos, pero cuando lo hago, es en forma de antologías. Es una buena forma de conocer varios autores y estilos, pero unidos con una temática o elemento común. En este caso, el componente unificador es la marginalidad, tanto geográfica como social. Los personajes de estas historias no solo viven fuera del «centro» del país. También habitan en los márgenes de su historia, irrelevantes e ignorados para la mayoría. Temáticas como la adicción y el abuso se reiteran, narrados fuera de los ámbitos conocidos y memorizados de Santiago y su comunas céntricas.
En ese sentido, la antología cumple con su objetivo, sin dudas. Sin embargo, el riesgo que se corre con las antologías es salir perdiendo en el conteo de historias que uno disfruta. Que lamentablemente es mi caso. La verdad, muchas de estas historias fueron un poco demasiado grotescas o incoherentes para mi gusto personal.
Mi top 5 fue: «Los Yuyos de María», «Mariposas Blancas», «La Criatura que Emergió del Río», «La Pichanga del Marica» y «Fantasmas». Siento que todos esos relatos tomaron la temática de la marginalidad y les dieron vueltas no solo interesantes, sino también reales. A veces impactantes. A veces relacionables. Pero siempre movilizantes.
Más allá de mis preferencias, Santiago Ander trae una antología que hace honor a su nombre. Está llena de relatos que narran las vivencias de las calles menos transitadas de Chile, y quienes las recorren. Recomiendo que le den una oportunidad y decidan por ustedes mismos cuales de estos cuentos se acercan más a sus vivencias y experiencias.