Príncipe Yu: la búsqueda del Sol Azul

Kóte Carvajal y Jade González trabajan en conjunto para crear Príncipe Yu: la búsqueda del Sol Azul, un cómic para el público infantil.

Escrito por Ktlean

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En el año 2019, Santillana publicó la novela gráfica Príncipe Yu: la búsqueda del Sol Azul. La obra, dirigida a un público infantil y juvenil, tiene a Kóte Carvajal (Corazón Nerd, El cardenal, Juan Valiente) a cargo del guión y del color, y a Jade González (La noche de los Invunches, Zombies en la Moneda) en los dibujos.

Ya desde el estilo de dibujo, pasando por la historia y el carisma de sus personajes, Príncipe Yu recuerda a las series animadas más reconocidas de las últimas décadas. En conjunto, es la muestra perfecta de que dos autores bien compenetrados pueden producir una novela gráfica capaz de entretener a grandes y chicos.

La historia

Estamos en un universo dividido, donde las distancias son tan grandes que cada sector debe tener su propio Encargado para que los recursos naturales de las galaxias puedan ser usados de manera justa. En el Planeta Central, donde reside el Regente Principal, vive también Yu, el príncipe.

El problema es que Yu no quiere ser príncipe. Sus deseos son más simples, propios de un niño de su edad. Quiere jugar con sus pares y preparar a su robot para ganar las Holo-batallas. Pero sus padres le prohíben salir del palacio, mucho menos tener contacto con adonitas, los habitantes comunes. Para supervisarlo, su padre incluso creó un androide, Rivka, que lo sigue a todos lados.

Pero la testarudez del niño no desaparece con los sermones, ni mucho menos con la vigilancia casi siempre permisiva de Rivka. Será necesario un hecho trágico para convencer a Yu de cumplir con sus deberes como príncipe. Pronto se ve obligado a participar de los asuntos del gobierno, lo que a su vez lo pondrá tras la pista de lo que rige a todo el universo, él mismo incluido.

El joven príncipe, junto a Rivka y dos nuevos amigos, tendrá que buscar nada menos que al Sol Azul.

Una trama ágil, un dibujo acorde

Príncipe Yu: la búsqueda del Sol Azul aplica una combinación ganadora.

Primero, nos introduce a un mundo nuevo, cuyo funcionamiento vamos descubriendo con el correr de las páginas. Pronto nos damos cuenta, por ejemplo, de que el universo de los adonitas mezcla la tecnología con una gran carga mística, casi religiosa (cosa que recuerda vagamente a Dune , de Frank Herbert).

Está claro que dicho mundo no está solo de decorado. Tiene sentido, orden, reglas. Desde una fuerza no definida que rige todo, política, geografía y hasta costumbres tan cotidianas como a qué juegan los niños en sus ratos libres. La realidad por donde Yu y los demás personajes se mueven está muy bien delimitada.

Esto se potencia con el hecho de que los autores ponen a nuestra disposición páginas explicativas entre cada capítulo. La sensación de inmersión en el universo que estamos conociendo es total.

Segundo, tiene una historia absorbente y rápida. Nunca dejan de pasar cosas y aunque no sean grandes aventuras, aunque sea Yu escuchando aburrido una reunión de Regentes y políticos, el evento tiene una intención narrativa o dramática.

Otro aspecto importante es que se nos muestra la perspectiva principal, que es la del joven príncipe y sus compañeros, pero también la de los antagonistas, sin por ello perder el hilo de trama. Y cada paso de la aventura tiene como propósito propiciar el crecimiento del protagonista.

Tal vez el único punto débil de la trama sea la rapidez con que se nos cuenta su final, pero esto no alcanza a afectar negativamente la experiencia de lectura. Más si se acaricia la posibilidad de una segunda parte.

Tercero, tiene personajes carismáticos a los que no cuesta nada querer de inmediato. Sin ser sujetos especialmente profundos o con personalidades novedosas respecto a este tipo de ficción, sí tienen conflictos y características muy marcadas.

Por supuesto, Yu, al ser el protagonista, es donde el foco se centra casi todo el tiempo; pero eso no quiere decir que el resto de los personajes estén ahí solo para llenar espacio. Basta con destacar a Rivka, uno de los más interesantes y quien perfectamente podría tener una historia para ella sola.

Cuarto, todo lo anterior se potencia por un dibujo dinámico, narrativo, apropiado. Dejando de lado de momento el color de Carvajal, es evidente que Jade González sabe narrar a través de su trazo. No es solo que sea bonito, es que sin él la historia no se cuenta. No vemos en ningún momento una lucha o un desequilibrio entre este y el guión. Por el contrario, se complementan, dialogan entre sí.

Ahora, si sumamos el color, la historia no solo se vuelve agradable y divertida de leer, sino un placer a la vista, sobre todo para aquellos que disfrutan del anime o las series animadas originales de Netflix, como She-Ra y las Princesas de Poder o Voltron.

Últimas palabras

Cuando uno lee esta novela gráfica, siente que los autores no solo han trabajado codo a codo para sacarle todo el partido al formato. También han querido crear un mundo y entregar un mensaje, sin por ello descuidar la historia en ningún momento.

Y así como no se ha descuidado la trama, el dibujo, el worldbuilding, tampoco se ha perdido nunca de vista el público objetivo, que son los más jóvenes. Pero aunque eso pueda echar para atrás a los lectores de mayor edad, lo cierto es que la novela gráfica es capaz de entretener a un adulto.

En definitiva, es el tipo de obra sobre la cual uno(a) volvería muchas veces y que representa un triunfo para el mercado local. Un cómic chileno que ojalá tenga más reconocimiento.

Jade González y Kóte Carvajal