Obras que marcan: Aku no Hana

Aku no Hana, de Shuzo Oshimi, es una hermosa y inquietante obra, cuyo conjunto anime/manga merecen mucha mas atención y mérito

Escrito por ChicoEren

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Aquí en Obras que Marcan, presento Aku no Hana, escrito y dibujado originalmente por el mangaka Shūzō Oshimi y publicado a fines del 2009. Aku no Hana tuvo un desempeño competente en Japón, siendo sus primeros tomos los más vendidos, y alcanzó su conclusión sin mayor problema, incluso fue nominado al  Manga Taisho Award del 2012, compitiendo con otros títulos tales como I´m a Hero y Shigatsu wa Kimi no Uso, por nombrar algunos.

Para muchos (incluido yo), el primer contacto no sería hasta el 2013 a través de memes y burlas hacia la adaptación al anime, por una supuesta mala animación y una muy aburrida dirección. No hace falta decir que en occidente el anime no resonó para nada y, en consecuencia, el manga se volvió un título más bien oscuro. Tampoco ayudó que finalizara su publicación el año siguiente al estreno de su anime.

Pero gracias a algunos críticos alrededor del 2017 y 2018, un mayor número de personas conocerían la obra, y el 2019 saldría una adaptación a live-action que la volvería a poner en el radar. Aun así, la obra por sí sola es altamente desconocida para muchos, demasiado en relación a lo que nos tiene que ofrecer, lo que nos lleva al tema en cuestión: ¿Qué ofrece Aku no Hana? ¿Por qué tanta gente la defiende? Y, sobre todo, ¿por qué deberías verla?

Vergüenza y cercanía, una historia que te envuelve lentamente

La historia se centra en Takao Kasuga, un joven estudiante que hace su vida cotidiana con naturalidad. Hasta que un día, mientras se haya solo en su salón de clases, se encuentra frente a la ropa de gimnasia de una de sus compañeras, Nanako Saeki, a quien ve como un pináculo de belleza y perfección, alguien a quien adora y a la que comúnmente dedica pensamientos, haciendo referencia a “Les fleurs du mal” (una antología de poemas de Charles Baudelaire).

Takao se ve dudoso de acercarse a la ropa de Saeki, cuando un sonido lo alerta, y en un momento de pánico, este toma la ropa de gimnasia y huye. Se siente avergonzado, culpable, y aterrado al comenzar a escuchar que los rumores de un pervertido rondan la escuela. Cuando obtiene suficiente motivación para intentar devolver la ropa, es encarado por Sawa Nakamura, compañera de clases que se caracteriza por ser antisocial y agresiva. Ella le revela que lo vio tomando la ropa de Saeki, y utilizará esta información para extorsionar a Takao, haciéndole aceptar sus pensamientos más pervertidos e intentar sacar lo peor de él.

Desde un inicio nos dejan claro quiénes son los protagonistas y una idea de cómo serán sus interacciones, pero también nos muestran la naturaleza de la historia, una en donde se promete explorar temas como la perversión, la culpa, la vergüenza e, incluso, cuestionar temas acerca de la existencia desde el punto de vista de adolescentes que están transitando a una vida más adulta. Una obra que muestra la vulnerabilidad de los jóvenes, el cómo una sociedad que no los entiende saca a la luz sus miedos y ambiciones, o cómo eventos y formas de pensar moldean no solo el carácter, sino también la personalidad. Nos demuestra cómo los errores de nuestra juventud pueden marcarnos más de lo que creemos posible.

El manga se centra más en el último punto, lo que contribuye a que se sienta muy sincera y personal. Como muchos autores que hacen de sus obras un reflejo de sus propias vidas, Oshimi no es la excepción; de hecho, es su octava obra y si se han leído sus trabajos anteriores se notará que hay una clara diferencia de intención, por lo que no me sorprende que Aku no Hana sea apreciada tan fuertemente por aquellos que le dieron su tiempo para mostrar lo que tenía que ofrecer.

Una adaptación improbable

La adaptación al anime, aunque sigue la misma historia (a pesar de no concluirla), se enfoca más en un ámbito existencial, con emociones como la soledad y aislación, siendo resaltados principalmente gracias al gran trabajo de dirección de Hiroshi Nagahama (director de Mushishi, The Reflection entre otros) y el increíble, curioso y singular acompañamiento musical de Hideyuki Fukasawa (compositor en Street Fighter IV, Monster Hunter Frontier). Todo esto bajo el nombre del estudio Zexcs (Sukitte ii Na Yo, Densetsu no Yuusha no Densetsu), cuya experiencia es bastante lejana a este tipo de proyecto; aún así, han logrado un trabajo espléndido, especial y único.

Personalmente, no me gusta considerar la adaptación a anime como tal, ya que al darle tal etiqueta es fácil decir que su animación es controversial, dado que la animación por rotoscopia no tiene mucho lugar en el anime, más allá de pequeñas escenas o planos. Debido a eso, prefiero considerarla como una pieza audiovisual, una animación experimental, donde se le puede apreciar de mejor manera y de una forma más analítica que con la etiqueta de “anime” y todo lo que conlleva dicha palabra en el conocimiento popular.      

Con la serie animada la palabra “incómodo” viene a la mente casi de inmediato, pero si se ve con cuidado, se nota la intencionalidad de este ámbito. La rotoscopia ayuda a que los personajes se sientan humanos, pero con la sensación de que hay algo raro en ellos. Por supuesto, esto podría ser una simple sobre interpretación, pero no hay que olvidar que leer a Oshimi es, cuando menos, “incómodo”. Sus obras usan mucho este recurso; de cierta forma, las hace sentir cercanas y reales. Así que tiene sentido que la rotoscopia haya sido la elección para una adaptación.    

Debo de admitir que no es una obra para todo el mundo. Y creo entender por qué: no todos buscamos introspección o un análisis acerca de la vida; muchos utilizan el anime y el manga como una forma de escape, o descanso del mundo real. Es por eso que este tipo de obras que se acercan tanto a nosotros están casi siempre destinadas a ser poco populares. El simple hecho de que la rotoscopia sea un nicho dentro del nicho de la animación experimental, ya debería decir algo, pero para quienes disfruten de material poco común o que crean tener un gusto algo más selecto, Aku no Hana es una obra con la que seguro empatizarán.

En el caso de que seas una persona con gustos más simples, entonces solo puedo pedirte que le des una oportunidad a un contenido diferente, y que explores nuevas formas en la que la animación puede transmitir emociones, enviar mensajes y dejar una marca.