Mensajero de las estrellas; un análisis a las polaridades sociales de Neil deGrasse Tyson

Siempre es provechoso abrirse a nuevas perspectivas respecto a nuestra sociedad. Las variadas artes y ciencias son usualmente un buen acceso a puntos de vistas respecto a variados temas que nos pueden dar inquietudes y hacernos sentir desorientados.

Sin duda, la astronomía debe ser una de las ciencias que requieren la mayor complementariedad relacional respecto al entendimiento de la física, la química, la biología y la metafísica. Desde acá es que las opiniones de expertos y entendidos en el tema pueden aportar provechosamente a los debates relacionados a cómo han ido ocurriendo las cosas con la humanidad.

Neil deGrasse Tyson es probablemente uno de los astrónomos más reconocidos del mundo actualmente, un casi heredero público del legado de Carl Sagan, Tyson nos entrega una cosmovisión completa relacionada a la actual civilización de la humanidad.

La descripción de PlanetadeLibros dice: Con una prosa cristalina, Mensajero de las estrellas nos pasea por la paleta científica que ve y pinta el mundo de otra manera. Sus ideas abarcan desde la resolución de conflictos globales hasta recordatorios de la grandeza de estar vivo. Tyson revela, con calidez y elocuencia, una variedad de verdades brillantes que se aplican a todos los seres humanos, iluminado por el conocimiento del lugar que ocupamos como civilización en el universo.

La visión del astrónomo tiene una curiosidad enorme en cuanto a cómo plantea las circunstancias. Todo es fascinante, a pesar de que se denota a ratos como un error existencial, como una crisis social, el autor logra aplicar las reglas de Sagan; “fascinarse de todo siempre”. Y con esta misma idea es que las aborda de una manera interesante para poder comprenderla.

Comienza por hacer un análisis de como nosotros vemos las cosas, en su siempre actitud medio pasiva agresiva, el autor comienza a abordar las cosas de una manera mucho más profunda y analítica. Es así como nos adentramos en temas cada vez más complejos.

La guerra, la política, las religiones, las razas e incluso el género, se vuelven temas cada vez más complejos de apreciar de una manera donde podamos sentirnos en una vereda correcta o al menos moralmente correcta… hay mucho moralista por ahí dando vuelta, listo para enjuiciarte por una opinión, se creen dueños de la verdad y con una libre capacidad de crítica… pero para Tyson estos no son más que ignorantes.

Y tildar a alguien de ignorante no es una discriminación ni una ofensa, todo lo contrario, es una invitación a ser más curioso e introspectivo a los procesos perceptivos y sensoriales de cada persona. Tyson prioriza eso.

El origen de todos estos análisis se debe derechamente a que la sociedad actual se encuentra polarizada. Estos aspectos radicalizados son muy difíciles de combatir, pues el progresismo hace de las visiones críticas de la sociedad una especie de membrana poco permeable que no logra dar espacios de evaluación o re significación.

Es para ello que este autor busca en lo concreto, trata de dar espacios a lo que anteriormente comentamos. Es imposible discutir con lo que teóricamente e incluso, matemáticamente esta concebido como una verdad, y es así como el nos plantea las cosas, trata de no dar espacio a lo subjetivo.

Sí, todo puede ser subjetivo, pero una cosa es las ambigüedades de la vida y otra es ser completamente negacionista, acá es donde Tyson recalca: “Cuando aparece el negacionista, no peleas contra argumentos, peleas contra un ego”.

Al igual que los demás libros de Tyson, son textos de lectura ligera, se pasan rápido y uno logra embarcarse rápido en la lectura, logrando adquirir la información de buena manera por su amable prosa, que no se aleja a los tecnicismos y mantiene un lenguaje accesible, al menos para ignorantes como yo.

Por otro lado el libro no es tan largo, un poco más de 300 hojas, y aborda temas transversales para el interés de cualquier humano que tenga interés en saber que está pasando en su propia época.