Los fantasmas de Pinochet: ni perdón ni olvido

La novela gráfica de Francisco Ortega y Félix Vega, Los fantasmas de Pinochet, ficcionan biográficamente la vida del sanguinario dictador

Escrito por Chile en viñetas

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En 2019, durante la presentación de Duam, Félix Vega dijo que estaba obsesionado con los monstruos, que solía incluirlos en sus obras  En ese entonces, según confesó a su audiencia, estaba trabajando en el más temible de todos los monstruos: el dictador Augusto Pinochet. Pronto sabríamos más detalles, como que el guionista sería Francisco Ortega, y el resultado de eso lo vimos finalmente en 2021, con Los fantasmas de Pinochet.

Durante el lanzamiento de la historieta, que se realizó de modo virtual debido a la pandemia, los autores confesaron que estuvieron cerca de cinco años trabajando en ella, recopilando información y realizando más de 100 dibujos del rostro de Pinochet, reconociendo cada uno de sus gestos y expresiones para poder plasmarlas en el papel.

Siempre será polémico abordar figuras políticas, más aún si es una de las más reconocidas a nivel mundial, para bien o para mal, y que además ha polarizado por tanto tiempo a la sociedad chilena. ¿De qué forma abordan esta obra sus autores? ¿Cómo sale parado el dictador de esta revisión?

Los Fantasmas de Pinochet

Todo comienza en Londres, posterior al viaje de Pinochet a ese país debido a una operación, donde terminó arrestado tras la orden de Baltasar Garzón, juez español que ordenó su detención por crímenes de lesa humanidad. Es el año 2000, vive con Lucía Hiriart, su esposa, y está esperando que las autoridades inglesas permitan su liberación.

Estando ahí, Margaret Thatcher lo visita para mantenerlo informado de los avances en el caso. Cabe recordar que Thatcher fue una de las personalidades que expresó públicamente su apoyo al dictador, debido a la ayuda que habría recibido el Reino Unido por parte de Chile en la guerra de las Malvinas. Usando esa visita como excusa, los autores viajan a la infancia de Pinochet, la que va conformando su personalidad.

Con recurrentes viajes al pasado, la historieta va jugando entre la infancia, adolescencia y “presente” (el 2000 en este caso) del tirano, combinándolo a su vez con momentos icónicos de la dictadura.

Elementos de la historia

Hay ciertas ideas que se repiten a lo largo de la obra, además de los constantes viajes temporales. Estamos ante los miedos de Pinochet, principalmente al comunismo, por lo que nos muestran cómo se fue forjando este temor que terminó convirtiéndose en odio, principalmente motivado por su madre, quien aborrecía a la gente de izquierda.

Ese miedo se combina justamente con los fantasmas de Pinochet, lo que le da el título a la obra, quienes se manifiestan como el tío Sam y Bernardo O’Higgins, que se le aparecen en un primer momento como aliados, aunque eso va cambiando con el tiempo. Quien nunca se muestra como aliado tras su muerte es Allende, otro fantasma que se le aparece para acusarlo de traidor.

Un personaje tenebroso y fantasmal que hace acto de presencia en múltiples ocasiones es el “dientes de oro”, forma de referirse al diablo, quien lo motiva a torturar animales en su juventud, a rechazar a los curas en la adultez y finalmente lo defiende en el juicio que se le hace en el más allá. Justamente el juicio es con lo que termina el libro y sin duda es de lo más valioso de la obra.

El juicio

Más allá del arresto momentáneo de Pinochet en Londres, no está de más recordar que murió haciendo “perro muerto”, que nunca fue enjuiciado en Chile y que contrario a eso, hasta el día de hoy hay ciertas personas que lo consideran el salvador de Chile. Francisco Ortega y Félix Vega deciden realizar ese juicio que nunca llegó, no en un pasado ficticio en que la justicia se hizo cargo, sino situándolo en una especie de limbo donde se decidirá si va al cielo o al infierno.

En este juicio se le aparecen múltiples personajes, tanto de izquierda como de derecha, quienes lo acusan por distintas cosas. Hay personas reconocibles, como Salvador Allende, Clotario Blest, Víctor Jara, entre otros. También hay representantes de grupos que se vieron afectados por la dictadura, como las mujeres embarazadas asesinadas, los niños muertos, las mujeres violadas, etc.

Las polémicas

Esta es una obra que no deja indiferente, no solo por tratarse del mayor monstruo en la historia de Chile, sino por ciertas cosas que se insinúan en ella. Se muestra a un Pinochet sumamente paranoico, quien recurre a adivinas para tomar sus decisiones y que tiene muy poco poder de mando. Se establece en reiteradas ocasiones que es Lucía Hiriart quien realmente maneja al país y además quien lo llevó a estar en el lugar en el que acabó.

Lo muestran como un ser sumamente oportunista, que vive rodeado de miedos y que traiciona a Chile en su totalidad, tanto a los muertos como a personas de su propio sector, además de manchar el honor del ejército chileno. Por esa parte, van las polémicas para los seguidores de su persona.

Personas contrarias al ex general también podrían tener resquemores, ya que en diversas ocasiones se insinúa que el Frente Patriótico Manuel Rodríguez estaba infiltrado por personas cercanas al dictador, llegando incluso a plantear que fueron ellos quienes realmente mataron a Jaime Guzmán. La polémica de esto es que en parte desconoce la labor de resistencia que realizó el FPMR, quienes lejos de avergonzarse por la muerte del ideólogo de la dictadura se lo atribuyen con orgullo. Pensar que estaban siendo infiltrados, si bien puede ser una posibilidad, es dejar como ingenuos a sus miembros.

El trabajo de los autores

El guion de Ortega permite dar con una imagen que se podría tener de Pinochet, entender cómo llegó a ser lo que fue, pero no por eso justificándolo. Un punto discutible en su trabajo, es que pareciera que reflejó todas sus obsesiones en Pinochet, como lo es el cáliz de los jesuitas, aviones de guerra, Pink Floyd, el diablo, Superman, Star Wars, entre otros. Quien haya leído algunas de sus novelas y sepa cuáles son sus intereses, podrá identificar fácilmente cómo se ven estos en la obra (por ejemplo, en El cáliz secreto, Dioses chilenos, Logia). No deja de ser llamativo que haya decidido encarnarlas en una figura tan polémica y negra en la historia como lo es Pinochet.

Félix Vega, en tanto, hace un despliegue de talento al cual ya nos tiene acostumbrados, con un trabajo que combina técnicas y haciendo un gran uso del color, destacando sobre todo las ambientaciones que le da a cada época a la que se refiere, usando el sepia para la infancia, el gris para la dictadura, toda la gama de colores en el presente y predominando rojo y azul en el más allá.

Comentarios finales

Esta es una de esas obras que hay que tener en el librero. Trasciende al mundo de las historietas, volviéndose llamativa para cualquier persona a la que le interesen estos temas. Si con Los años de Allende veíamos el tiempo de la Unidad Popular, enfocándose en el gobierno y el clímax social, en Los fantasmas de Pinochet es el tirano quien se lleva las luces, no tanto la época en la que vivió, sino de manera más personal, como una biografía ficcionada.

Con un final esperanzador, muy acorde a los tiempos que vivimos actualmente y estando a punto de destruir uno de los grandes legados de Pinochet, como lo fue la constitución, Los fantasmas de Pinochet no se olvidará fácilmente.