Las últimas bestias, el cómic de Larraín y Santander

En 2020 Desastre Natural publicó Las últimas bestias, cómic de la humorista Paloma Larraín y el dibujante Nando Santander Tiozzo

Escrito por Chile en viñetas

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Dentro del ecosistema comiquero que tiene Chile, hay editoriales grandes, con un gran alcance, y otras más pequeñas, de las que se suelen llamar independientes. Dentro de estas últimas se encuentra Desastre natural, que con luces propias ya lleva unos años haciéndose un nombre en el país con un sello que, a estas alturas, podríamos llamar característico, distinto al resto de las cosas que se suelen publicar.

Si algo se puede identificar es su lejanía a las historias más tradicionales, y dentro de esto se encuentra Las últimas bestias, que no solo es una temática novedosa, sino que se aleja de una manera de narrar tradicional.

Los autores

A cargo del guion se encuentra Paloma Larraín, actriz muy cercana al humor, con una relativa popularidad debido a los videos que socializa en sus redes sociales, generalmente junto al humorista Beno Espinoza. Con incursiones en el cine, Las últimas bestias es su primer cómic.

Nando Santander Tiozzo está a cargo del dibujo. Es artista gráfico y también relativamente nuevo en la narrativa gráfica, al haber debutado en 2019. Desde esa fecha ha trabajado en otros proyectos gráficos, tanto de cómics como de otros relatos.

Las últimas bestias

La historia se centra en Tomás, un adulto mayor que se desenvuelve en una ciudad en la que se siente incómodo, con la constante sensación de que lo están siguiendo o espiando, apenas socializando con el resto de los habitantes del lugar. Su trabajo parece ser destruir los juguetes que vayan apareciendo, enviándolos al fuego.

A través de su camino, se ve una sociedad altamente controlada, al nivel que las personas no pueden hablar en voz alta, sino que mediante un aparato llamado “célula”, que parecen ser unos celulares mediante los cuales se comunican las personas, incluso en las escuelas. Son aparatos caros e indispensables para poder vivir en la ciudad.

Tomás parece no estar conforme con el estilo de vida que llevan. Esto se evidencia en su relación con Ana, con quien está buscando piezas de ajedrez para poder jugar una partida, a pesar de lo difícil que pueda resultar. La máxima insatisfacción se ve reflejada cuando pelea con un vendedor de “células”, provocando que escape de la ciudad y vaya a buscar ayuda a lo que parece ser un sector de marginados, donde hablar en voz alta no es una prohibición.

Comentarios al cómic

Lo primero que llama la atención de la historieta son sus escasos diálogos, llevándose el peso narrativo principal el dibujo, que destaca por su simpleza, en ocasiones pareciendo prácticamente un boceto. Está en blanco y negro con algunas apariciones precisas de rojo y mediante las sombras da textura a las imágenes y paisajes.

Un problema que es posible apreciar y que puede ser debido al hecho de que sus autores son nuevos en el mundo del cómic, es que la sinopsis contiene mucha información que no se encuentra dentro de la historieta misma. Con esto no solo se hace referencia a cosas menores como la edad de Tomás, sino que también características de la sociedad que se presenta.

El que sea un futuro “contaminado y de aire muy pesado” es algo que se dice en la contratapa, pero que mediante la lectura del cómic es difícil de inferir. Esto mismo ocurre con otra información, como “las personas no pueden vivir acompañadas de nadie, sus casas son de un ambiente, las luces se apagan y se prenden en un horario determinado”. Incluso al hablar de los hijos inseminados de las personas plantean que son llevado a un jardín donde solo pueden ser vistos a través de un vidrio, algo que jamás aparece en la historia.

Para dar este tipo de información debería buscarse una solución gráfica que permita hacerlo. En caso de no encontrar la solución, al menos debería presentarse como parte del cómic en sí y no en la contratapa, parte que muchas personas ni siquiera se dan el tiempo de leer.

Otro punto a mejorar es el rotulado, ya que se ve poco orgánico con el dibujo, al notarse que es digital y que parece estar “puesto” en la escena, como si fuese de otra parte.

Comentarios finales

A pesar de las cuestiones por mejorar, para ser el primer cómic de esta dupla se ve un potencial que sería interesante seguir explorando. Lo que muestran las páginas nos permite reflexionar, preguntarnos qué tan lejos estamos de esa realidad, sobre todo en esta época donde el control ya no lo ejerce solo otro agente autoritario, sino que se siente desde el mismo momento en que suena la alarma de un celular que sabe perfectamente dónde estás.

El estilo gráfico es interesante y la forma en la cual se prescinde de textos permite al lector ser parte del cómic en sí, al tener que ocupar su capital cultural para completar la historia y escribirla en conjunto con sus autores originales.

Quienes estén interesado en adquirir Las últimas bestias, pueden ir directamente a su editorial, Desastre natural.