Hace no mucho, se reseñó en esta página la primera parte de la saga de fantasía épica editada por Áurea Ediciones y titulada Herederos del Alkar. Dicha novela, titulada La Maza y la Espada, trazó las bases de un mundo plagado de magia, donde conviven varias razas y la política se mezcla con leyendas de miles de años de antigüedad.
La historia está protagonizada por Beyser y Forst, dos muchachos de catorce años que durante las aventuras relatadas en La Maza y la Espada tuvieron que separarse, reencontrarse, conocer y perder amigos, todo para terminar siendo los portadores de dos armas legendarias.
En El Portal del Destino, segunda parte de la saga y el libro que motiva esta nota, las peripecias de Beyser y Forst continuarán con el fin de resolver misterios, responder preguntas y ampliar aún más el mundo expuesto.
¿Qué nos depara la segunda parte de Herederos de Alkar?
La historia
Como buen inicio de saga, La Maza y la Espada termina de una forma que hace muy necesario seguir leyendo. Con una guerra contra los Reezoks recién comenzada, un personaje que muestra la realidad de los Exiliados agarrando cada vez más fuerza y Beyser y Forst ya dueños de Arcosol y Zancert, las dos armas legendarias.
El Portal del Destino retoma desde ese mismo punto, sin que haya un intervalo de tiempo notorio entre novela y novela. Esto es comprensible dado la forma en que quedó todo planteado al final de La Maza y la Espada. Si existe la posibilidad de leerlos seguidos, la sensación de unidad se disfruta mucho más.
Algo que también hace muy bien es plantear, ya desde el prólogo, uno de los misterios que atravesará toda la historia del segundo tomo. Aunque es imposible para el lector establecer en ese momento la conexión de esto con todo lo demás, despierta la curiosidad por lo que se viene.
Y lo que viene son dos aventuras principales. Por un lado, lo que tiene relación con Kronto, un muchacho perteneciente a los Exiliados, entrenado en el arte de la lucha y con una mamá enferma por años. En la primera parte de la saga, este personaje hace su aparición en el último tercio, más o menos cuando Beyser y Forst se reencuentran y, con ellos, las tramas paralelas que la novela sostuvo durante gran parte de las páginas.
La aparición de Kronto permite que la historia se diversifique, tal como tener al par de amigos separados permite al lector conocer más de un lugar y abarcar una mayor cantidad de hilos argumentales. Fuera de eso, Kronto se establece como la otra parte de la historia, al ser miembro de un grupo perseguido por el imperio al que pertenecen los protagonistas.
Su relación con algunos elfos y el hecho de que la búsqueda de una cura para su madre lo lleve a Seafor, ayuda también a conocer mejor esa raza y esa región de Oksorf.
Pero, por supuesto, Beyser y su amigo Forst no dejan de ser importantes en este libro. Mucho menos cuando poseen dos armas que pueden decidir el resultado de cualquier batalla. Ambos jóvenes, al tener a Arcosol y Zarcent, conectan la historia con su aspecto más mítico e histórico. Y mágico, claro. Ya desde el final de La Maza y la Espada queda claro que hay una fuerza que está moviendo hilos para las cosas tomen un cariz más peligroso y oscuro.
Lo interesante es que dichas armas, que fueron creadas para enfrentarse la una a la otra, terminan en poder de dos amigos muy unidos. Este es quizás uno de los aspectos más llamativos de esta saga y será explotado con aún más fuerza en su segunda parte.
Opinión personal
Es muy probable que hubiera disfrutado mucho más estas novelas de haber llegado a mis manos siendo más joven. Lo que no implica que disfrutara la lectura en general.
Una de las cosas que más me gustan es la forma en que el autor logra mostrar la perspectiva de las distintas razas que se mueven por el continente de Oksorf, dando una visión geopolítica y social muy amplia, además de empática. Eso y la forma en que se van desarrollando la mayoría de las relaciones, fue lo que más me gustó, tanto de esta segunda parte, como de la primera.
Dos libros recomendados para los amantes de la fantasía que no estén buscando una historia que renueve el género, sino que use a su favor los tópicos.