Disco Elysium – Literatura y política en un juego

Revisemos la gran obra de ZA/UM: Disco Elysium, un magnífico juego político con una estructura sumamente influenciada por la literatura.

Escrito por J Martínez

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La política en los videojuegos. Hay quien lee esta frase y se enoja de manera instantánea. Pero también está quien sabe que prácticamente cualquier obra que contenga una historia tiene un grado político. Puede verse más o menos, pero siempre está ahí. Es sumamente extraño leer que es ahora cuando se está metiendo política en los juegos, cuando juegos como Bioshock o su secuela, Infinite, son tan sutiles con la política como un puñetazo en la cara.

Pero la verdad es que, cuando realmente los juegos quieren meterse con esto, no siempre lo hacen bien. Cuando no se centran en ello, se vuelven poco sutiles, como el caso del mencionado Bioshock Infinite, mientras que cuando sí se quieren centrar se van por las ramas y terminan hablando de otra cosa, como a veces pasa con la saga Fallout.

Meme irónico, por si las moscas

Disco Elysium es una magnífica excepción a esto. El título desarrollado por ZA/UM busca centrarse en políticas, pero lo hace de forma magistral. Para esto hecha mano de un medio que usualmente queda fatal con los juegos, la narrativa mediante texto, pero, una vez más, acá está usada maravillosamente bien.

Visualmente extraño

Mirar Disco Elysium es… raro. Y no solo por la vista isométrica que tanto hace recordar a juegos de antaño como Diablo o los primeros Fallout. No, nos referimos a que el estilo visual es extraño. Casi como si el escenario y los personajes hubiesen sido pintados a mano y posteriormente animados (de manera bastante pobre, se debe decir). No es feo, es más, le da una personalidad única al juego, pero sí que es extraño.

Pero gracias a este estilo es que la mayoría de ilustraciones que aparecen tienen un impacto mayúsculo. Y es que estas son prácticamente el único momento en que el juego deja de pedirle a tu imaginación y te muestra las cosas tal cual son.

A esto le acompaña un apartado sonoro que cumple. No es demasiado memorable (hay una melodía en particular que se vuelve muy repetitiva), y la música deja un poco que desear, pero cumple para lo que el juego se propone. Eso sí, el trabajo de doblaje que se hizo es absolutamente espectacular. Con una multitud de acentos y voces diferentes para cada uno de los personajes y emociones.

Roleando en tu computador

El juego es un RPG muy purista. Tan purista que se asemeja mucho más a los juegos de rol que se juegan en mesa que a los clásicos videojuegos tipo Fallout o Skyrim. Aquí no hay combate propiamente tal, todo fluye a través de las conversaciones que tengas con los NPC o contigo mismo. Porque sí, hablar contigo mismo es una parte esencial de Disco Elysium.

El protagonista tendrá varias emociones que le hablarán directamente para exponer sus puntos de vista. Estas emociones coinciden con las habilidades a las que les puedes subir nivel, lo que hará que las interacciones con estas emociones sean más (o menos) útiles a la hora de relacionarse con la gente. Por ejemplo, tener un nivel alto de empatía permitirá que entendamos de mejor manera a los demás personajes, mientras que a mayor autoridad nos será más fácil sacarles información relevante.

Así, habilidades con mayor nivel tendrán más posibilidad de tener una tirada de dados exitosa. Esto último nos permite también tener algo de suerte con las habilidades a las que no les hayamos subido mucho de nivel, lo que aporta algo de variedad a lo que nos proponemos hacer.

Una narrativa espectacular

El 90% de los juegos que hoy en día salen quiere parecer una película. Disco Elysium no. Este juego busca otro medio al que parecerse: un libro. Gracias a este acercamiento es que funciona su estilo visual, porque recurre a tu imaginación para hilar todo lo que ocurre, algo que la literatura sabe hacer muy bien.

El protagonista es un detective/policía muy bueno para el alcohol. Quizás demasiado bueno, porque lo primero que haremos será despertar en una habitación de hotel, con todo a nuestro alrededor destruido, casi desnudos y sin absolutamente ningún recuerdo de quienes somos, qué hacemos aquí, de dónde estamos parados, ni de qué es la vida misma.

Así se construye un escenario ideal para comenzar una historia de un videojuego en que el protagonista no es mudo. Si el personaje no tiene idea de quién es (ni de cómo es, realmente), entonces el jugador puede modelarlo a su antojo, haciendo que tome las decisiones que quiera, sin que estas provoquen una disonancia con lo que el personaje debería estar haciendo realmente.

Con esta vasija vacía para crear un protagonista a nuestro antojo, descubrimos que nuestro policía está ahí en modo detective para investigar un asesinato. Para ayudarlo está otro policía, Kim Katsuragi, quien, agradablemente, no nos juzga por ser un alcohólico empedernido. De esta forma emprenderemos un viaje por Revachol para descubrir al autor de este asesinato, descubriendo pistas e hilos de los que tirar, y conversando con todos los habitantes del lugar.

Para ayudarnos en nuestra misión habrá otras cosas de las que preocuparnos. Por ejemplo, encontrar ropa es muy útil, ya que esta modificará algunas de nuestras estadísticas, lo que nos ayudará a conseguir mejores tiradas de dados. También necesitaremos dinero, ¿o piensas que dormir en un hotel es gratis?

El contexto y objetivo del juego

Pero donde más brilla el juego es en cómo construye la historia y la mezcla con el contexto sociocultural de este mundo ficticio. Disco Elysium es un juego sumamente político, y aunque este mundo guarda numerosas similitudes con el nuestro (sobre todo en cuanto a teorías políticas), el contexto histórico es sumamente distinto, lo que agrega una profundidad maravillosa al mundo.

Descubrir esta historia es parte de la gracia, por lo que no se discutirá a mayor detalle. Pero el cómo se ve reflejada en la arquitectura de la ciudad, en cómo se distribuyen los lugares, y hasta en los mismos habitantes es lo mejor del título, sin ninguna duda.

Aunque no podemos ser partícipes de esta historia (recordar que solo estamos ahí para resolver un asesinato), sí que podemos dar nuestra opinión sobre esta. Los demás habitantes también nos darán la suya, siempre considerando que nuestra profesión nos vincula automáticamente con una parte de ella. Es decir, somos policías, el solo hecho de serlo genera una opinión en los demás, independiente de cómo hayas construido a tu personaje.

Porque también tendremos que formar una opinión política en el juego (o no hacerlo, pero ¿qué gracia tendría?), y el juego se encargará de sacarte en cara en todo momento las incongruencias que esta tiene. De hecho, si no te formas ninguna opinión, el juego también te lo sacará en cara.

Todo esto se logra gracias a, como se mencionó, el acercamiento que el título tiene a la literatura, lo que mantiene tu imaginación activa en todo momento, haciendo propicio el poder imaginar y recordar los eventos del pasado de este mundo ficticio. Pero también se logra gracias a una calidad impresionante en la escritura, dando un montón de detalles relevantes a la hora de contar eventos y/o sentimientos, así como definiendo extremadamente bien a los personajes del juego, incluido al protagonista.

Y es que la vasija vacía que nosotros formamos a nuestro antojo, al final igual tiene un pasado. Tuvo días previos a la noche en que terminó tan borracho que no recordó nada de su vida al día siguiente. Y esta vida se descubre de la misma forma que descubrimos el contexto del mundo. De manera orgánica, lenta, pero sumamente impactante.

Conclusiones y comentarios personales

No sé qué esperaba realmente de Disco Elysium. Había escuchado grandes comentarios, al nivel de que varios sitios de nicho lo ponían como uno de los mejores juegos de la historia. La primera vez que lo probé pensé “este juego no es para mí”, e hice un refund. Y es que no es un juego para todo el mundo (o al menos no para todo momento), ya que es un juego con pocas mecánicas, que se basa por completo en leer y tomar decisiones mediante texto.

Pero puedo decir que, definitivamente, no esperaba que me sacara en cara tantas de mis creencias políticas, no políticas, y hasta sentimentales. Sobre todo considerando que es un juego hecho por comunistas, nunca esperé que yo, siendo alguien de izquierda, me sintiera prácticamente atacado en algunos momentos por esta obra.

Esta es la magia de Disco Elysium: hablar de política, hacerlo bien, y ser crítico con ella y sus consecuencias. Un juego sumamente enfocado en lo que quiere hacer y mostrar, estructurándolo de manera que todo, por más pequeño que sea, aporte su granito de arena al mensaje/sentimiento final.

Una obra absolutamente recomendada, tanto que… quiero más política en los videojuegos.