Better Call Saul – Lo Mejor de la Televisión

El estándar de calidad como legado de Vince Gilligan. Better Call Saul, de lo mejor que la televisión y el streaming pueden ofrecer hoy.

Escrito por Nicolás

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En un Hollywood dominado por franquicias y sagas, hoy los grandes autores de la cultura pop se encuentran en la televisión. Vince Gilligan, creador, productor y guionista tanto de Better Call Saul (2015-) como de Breaking Bad (2008-2013), es uno de aquellos que hoy habitan la TV y logran plasmar no solo su elegante obra, sino también una visión clara y un estilo propio que, en este caso, viene madurando en la práctica hace años.

Better Call Saul es probablemente de los mejores productos televisivos que actualmente se emiten.  Un impecable trabajo y dedicación por parte de su creador, ha llevado a los personaje de Saul Goodman (Bob Odenkirk), Kim Wexler (Rhea Seehorn) y Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks) a lugares que nunca nos imaginamos cuando, en 2013, se anunció por primera vez que existiría una precuela de Breaking Bad.

It wasn’t me, it was Ignacio! Did Lalo send you?” y más allá del fanservice

En el octavo capítulo de la segunda temporada de Breaking Bad, en un fallido intento de intimidación, el personaje, que en ese entonces conocíamos como Saul Goodman, mantiene un diálogo en el que se exculpa de algo, diciendo fue un tal Ignacio y preguntando si acaso son hombres mandados por alguien llamado Lalo… Ah, y también revela “ser amigo del cartel”.

Personajes que al día de hoy conocemos en Better Call Saul, Nacho y Lalo. Lo que en su momento solo fue un recurso para entregarnos información y hacernos ver el tipo de gente con la que se relacionaba Saul, al parecer maduró y terminó contando mucho más de lo que Vince Gilligan esperaba. Saul Goodman siendo un personaje tan interesante, no pudo mantenerse en silencio en la cabeza de sus creadores.

Más que ir identificando frases, personajes y patrones que la conecten con su predecesora, Better Call Saul brilla por sí misma contándonos su propia historia de manera prolija. Un relato que, aunque sepamos o tengamos una idea de su final, resulta impredecible. Lleno de personajes accionando y reaccionando. Con una intensidad dramática de no creer en cada episodio.

Conocida es la narrativa de Gilligan, y en Better Call Saul se expresa en su auge. Con un manejo de la  información tan preciso que da gusto sentarse frente a la pantalla. Variando, en sus dosis exactas, entre saber más que los propios personajes (usando a su favor el ser una precuela), saber lo mismo o incluso no saber absolutamente nada de lo que sucede, nos mantiene preocupados, deseosos de que algo suceda o se explique, e incluso, conmovidos por montajes tan preciosos como confusos.

La creatividad se luce en la mayoría de sus secuencias. El lenguaje cinematográfico dialoga con el estado de ánimo de los personajes, con la exactitud milimétrica típica de Saul (o Jimmy) para planificar sus actos, con la paciencia y el ritmo de Mike o simplemente con la intensidad que requieren las situaciones.

El Carisma Hecho Serie

No solo es Saul quien destaca en pantalla. Su faceta performática se iguala a la particularidad de casi la totalidad del elenco. Personajes que parecieran estar hechos a medida, a pedido. Sacados de quien sabe qué catalogo de casting perfecto. Howard, Mike, Kim, ¡por dios Kim!, Nacho, Gustavo, Chuck. Incluso los secundarios, Daniel (el idiota que contrata a Mike) o Bill Oakley, el abogado que ronda los tribunales compitiendo con Jimmy.

Cada uno tiene sus mañas, sus maneras, sus formas de comportarse, de reaccionar frente al conflicto. Ver a Jimmy elegir sus trajes, comprar una pelota de bowling o escribir cartas en un bus, es tan emocionante como ver a Mike discutir, a Gustavo dar órdenes, a Nacho sudando de los nervios o a Kim resolviendo cada problema que tiene enfrente.

Las interacciones entre personajes se hacen memorables. Actoralmente se encuentran tan bien definidos que cada uno destaca aunque se hallen solos en pantalla. Los dilemas personales de Nacho resultan tan atractivos como sus intercambios con Mike o su padre. El cinismo de Howard se hace presente con su sola presencia. Y Lalo, siendo la adición más reciente al elenco y por lo tanto uno de los personajes más “planos” hasta el momento, logra desbordar carisma con su peligrosa actitud.

El Valor

Cada personaje trae su propia historia consigo, que no solo cuentan a través de flashbacks y diálogos. Los conocemos por cómo se comportan. Porque no se trata solo del cambio de nombre de Jimmy a Saul ni de cómo de a poco conoce a sus futuros colegas como Huell. Todo esto es la excusa para ver cómo entra de a poco al círculo criminal. El fin de la cuarta temporada no es saber cómo construyeron el laboratorio de Fring, es retratar la historia de Mike, de sus límites, de lo que está dispuesto hacer y transar.

Así, la serie y sus personajes van adquiriendo valor, por contraste. Relacionar a Mike, un ex policía, con la muerte, haciéndolo establecer sus límites, evitando matar a toda costa, le da una importancia vital al momento en el que se vea obligado a hacerlo. Saul dándole valor a las promesas que le hace a Kim para luego mentirle, porque la verdad la pondrá en peligro. Y la misma Kim, optando de a poco por la ilegalidad y apropiándose de ella pese a su prometedora profesión de abogada.

A estas alturas, ad portas de la sexta temporada, ningún personaje es igual a como lo conocimos en la primera. Pero tampoco son exactamente los mismos que en Breaking Bad. Y lo que es peor para nosotros… seguimos viendo a personajes de suma importancia que ni siquiera aparecen en Breaking Bad. Siendo Kim Wexler quien más ha sorprendido durante la serie y no solo gracias al increíble guión. Rhea Seehorn es quien entrega una de las mejores actuaciones de la serie.

Es un privilegio poder ver Better Call Saul. Cada situación, por más pausada o alocada que sea, evoca algún sentimiento. Ver a personajes siendo frágiles en su intimidad o sentir su tensión en situaciones límites, donde una palabra, un susurro o un gesto puede cambiarlo todo. Su humor tan orgánico, la cohesión de su mundo y la construcción tan detallista de cada aspecto la hace una serie abrumadora.

Gran Época

Vince Gilligan volvió a firmar un sello de calidad que para muchos también se convierte en un estándar. No puedo no hacer un comentario a modo personal para elogiar el trabajo de Gilligan, pero también para comentar lo fascinante que son estos tiempos en donde a un solo click de distancia podemos encontrar tal nivel de excelencia.

A veces me sorprende existir a la par de series como Better Call Saul, Game of Thrones, Fargo, True Detective, Breaking Bad, The Office y tantas otras obras con tintes autorales. No solo porque van forjando el gusto de nuestra generación, sino porque la vara está altísima. Ansío muchísimo ver la sexta temporada de Better Call Saul para ver cómo nos sorprende, cómo nos enseña de cine y de narrativa.

Me gusta que el streaming le de valor a series como ésta y destacó Better Call Saul porque entre tanta genialidad logra dejarme sin palabras. Valoro su carisma, su audacia, su identidad, su cuidada construcción y a su equipo que se desvive por sacar adelante la última temporada. Vince Gilligan es de los creadores más talentosos de la última década sin duda, y agradezco muchísimo estos regalos que le hizo al mundo en formato audiovisual, que probablemente se conviertan en clásicos modernos y referentes (si es que ya no lo son).