Alba: A Wildlife Adventure – Una tierna aventura

De la mano de ustwo games llega Alba: A Wildlife Adventure, en donde exploraremos una isla mientras observamos y salvamos a sus animales.

Escrito por J Martínez

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Los creadores de Monument Valley y Assemble With Care, ustwo games, traen un juego muy distinto y simpático. Alba: A Wildlife Adventure recuerda a los mejores juegos de Nintendo, esos que, aunque claramente están enfocados en un público más pequeño, aún pueden ser jugados y disfrutados por todos.

En el juego controlaremos a Alba, una pequeña niña que está de vacaciones con sus abuelos en una isla llamada Pinar del Mar. Luego de una preciosa introducción y un incidente con un delfín varado, Alba y su mejor amiga, Inés, se verán motivadas a crear un equipo de protección de los animales. Pronto estas pequeñas serán necesitadas, ya que el alcalde de la isla ha decidido poner un hotel en la reserva natural de la isla.

Ser consciente de lo que estás haciendo

En el primer contacto con el juego ya sabrás a lo que te estás metiendo. La introducción es preciosa, tierna, y apela a aquellos recuerdos de niñez que puedas tener. En ella vemos a Alba cuando apenas era una niña de 4-5 años, en una de sus primeras vacaciones con sus abuelos, en la misma isla donde se desarrollará el juego.

Aquí mismo ya veremos ese estilo gráfico tan cartoon que posee. Además del modelado 3D y el diseño de personajes (que es demasiado tierno para ser aguantado sin chillar), el juego hace gala de una paleta de colores muy colorida y cálida a la vez. Esto complementa a la maravilla a su ciudad y ambientación; un isla mediterránea demasiado tranquila para ser real.

Esta ciudad está diseñada a la maravilla; no es demasiado pequeña ni demasiado grande. Es perfecta para este juego, permitiéndonos llegar rápidamente a nuestros objetivos, mientras al mismo tiempo da espacio para la exploración. Además, tiene zonas bastante diferenciadas, lo que permite recorrer el escenario sin demasiada necesidad de ver el mapa.

Para cerrar el apartado técnico aparece el audio, que aunque también emana esa calidez que la isla posee, se queda bastante corto. Si bien toda la música (y hasta programas de radio) está bien, es simpática y concuerda bien con el resto del juego, durante más del 70% del juego esta no hará acto de presencia, provocando un vacío que hace que el desplazarse de A a B se haga monótono a veces.

Eso sí, todos los sonidos de animales del juego están perfectos.

La cruzada por los animales

Más allá de presionar el botón X o A para realizar todas las acciones posibles, el juego tiene muy pocas mecánicas. Pero sin ninguna duda, la más interesante es una especie de app que permite a Alba reconocer a todas las especies de animales que habitan en la isla.

Gracias a esta, el título se convierte en una especie de Pokémon Snap, en el que estaremos mirando por todos los rincones a ver si se nos aparece algún animal que no hayamos visto. La mecánica es muy simple, presionamos un botón de la cruceta para sacar la cámara del celular, apuntamos a un animal, sacamos una foto, y la app nos indicará que animal acabamos de fotografiar. Además, este se añadirá automáticamente a un diario (si es que no lo habíamos encontrado antes).

Este diario nos irá indicando cuántas especies nos faltan por fotografiar, además de la zona por donde podremos encontrarle. Eso sí, algunos animales no aparecerán hasta que progresemos en la historia, ya que esta nos llevará en una cruzada por salvarlos.

El hotel que se pondrá en la isla amenaza con destruir la reserva natural, hogar de decenas de animales. El problema es que esta ya está en un pésimo estado, por lo que hasta los animales que quedaban ya se estaban yendo. Será tarea de Alba e Inés comenzar a restaurarla, consiguiendo ayuda de los demás habitantes de la isla.

La historia está bien. Considerando el público objetivo del juego, esta puede inspirar a los más pequeños a cuidar a aquellas especies que habitan en la Tierra con nosotros. Además, gracias a pequeñas mecánicas, como la de recoger la basura que nos vamos encontrando, el juego se permite ir un poco más allá en sus enseñanzas (aunque tampoco tanto más allá).

Los problemas de tratar de ser simple

Como se mencionó, el juego no tiene demasiadas mecánicas. Están las fotos del celular, el diario de especies, y el progresar en la historia. A medida que avanzamos en esta, se irán desbloqueando otras cosas que hacer, como reciclar alguna basura, arreglar carteles, mesas y casitas de pájaros, o curar a animales heridos que veamos por el camino. Además, la historia tiene misiones principales y secundarias.

El problema es que, al intentar ser tan simple, se termina quedando corto en demasiadas de estas mecánicas. Todas las cosas que se van desbloqueando en la historia se hacen solo presionando el mismo botón en un lugar específico, y tampoco aportan nada a la historia ni su progreso. Sumado a esto, está el hecho de que las misiones secundarias son, simplemente, saca una foto o recoge basura; no hay nada detrás de ellas.

Estos problemas son absolutamente perdonables. Es más, se deben perdonar por el público objetivo; no hay necesidad de complicar los controles con cosas que tampoco aportarán demasiado. Lo que, personalmente, no puedo perdonar, es la simplicidad que se le da a una mecánica tan interesante como la de las fotos.

Es funcional, sí. Sacamos fotos, reconocemos al animal, se agrega al diario. Pero ni siquiera podemos ver las fotos que sacamos. Por otro lado, la historia no gira en torno a esta mecánica, cuando creo que debería hacerlo, dada lo novedosa que es (y que es la primera acción que hacemos en el juego).

Solo hay un par de misiones principales que nos piden hacer uso de esta mecánica (el tutorial y el final), mientras que las secundarias no alcanzan a exprimirla como podría hacerse. Simplemente se queda en eso, saca una foto, reconoce al animal, fin. Es una lástima, porque podría haber dado para mucho más.

Conclusiones

Alba: A Wildlife Adventure es un gran juego. Lo suficientemente compacto para completarlo en un par de tardes, y lo suficientemente dulce como para ocasionar diabetes. Esa ternura y dulzura se emana en absolutamente todos los niveles, tanto visualmente, mecánicamente y su historia.

Es un juego que, aunque no dice nada novedoso, si es bastante efectivo con su mensaje (considerando que está pensado para los más pequeños). Y a pesar de que mecánicamente tampoco es rompedor, si logra sorprender gracias a aquella mecánica de fotos que logra convertir al juego en algo muy similar a Pokémon Snap, a pesar de que esta se podría haber explorado más.