Entrevista: Gonzalo Muñoz-Lerner, el presente del animador de Bakania

Conversamos con Gonzalo Muñoz-Lerner, conductor de Bakania, sobre su vida en el teatro y sus proyectos actuales

Escrito por Andrelo

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La cultura ñoña siempre ha sido mirada con recelo por los medios de comunicación más tradicionales. Sin embargo, a lo largo de los años ha habido programas que han acercado estos temas al común de los mortales. Imposible no acordarse de clásicos como Nintendomanía animado por Julián Elfenbein, o el mítico Bakania conducido por Gonzalo Muñoz-Lerner.

A fines de los años 90’s, en una era donde el Internet masivo aún estaba en pañales, el canal Chilevisión se atrevió con un programa experimental presupuestado para durar 2 meses. Casi dos años estuvo Bakania en el aire, dejando gratos recuerdos en todos los que vieron el espacio liderado por el actor Gonzalo Muñoz-Lerner.

De basta trayectoria en teatro, televisión y radio, Gonzalo accedió a hablar con Comiqueros sobre los inicios de Bakania, su carrera como actor, proyectos futuros, y su visión de la sociedad actual. En una entrevista que se extendió por más de una hora, Muñoz-Lerner –con gran amabilidad y sentido del humor– desclasificó varias anécdotas del pasado, y en exclusiva para Comiqueros, anunció novedades del proyecto Malú a Mil.

La pandemia y el mundo del teatro

¿Cómo ha afectado la pandemia al rubro de la actuación?

  • Ha sido súper duro, pero de alguna manera soy un privilegiado porque he tenido una red de apoyo. Desde el estallido en adelante, la solidaridad ha sido muy importante. Sin embargo, efectivamente, lo que yo más hago, actuar en teatro, quedó totalmente cerrado. Hay muchas compañías de teatro y teatros que se están cerrando.  

¿Nadie se ha hecho cargo de eso?

  • Mucha gente está dejando el oficio porque no hemos recibido ninguna ayuda estatal.  El mundo del teatro, los trabajadores de artes escénicas en general, estamos acostumbrados a vivir con poco y tener varias cosas para poder hacer un sueldo, pero esta vez ha sido demasiado cruel. Sobre todo por el total abandono de un Ministerio de las Culturas que no existe, y no se entiende que una ministra no haga su pega.
El elenco de la obra Demasiado cortas las piernas, dirigida por Heidrun Brier

¿Hay posibilidades de volver a actuar en teatro en el corto plazo?

  • Cuando se empezó a descuarentenar, en noviembre o diciembre, comenzamos a ensayar la obra Orquesta de Señoritas, pensando en estrenarla en enero. Sin embargo, con todo el cambio de fases y aforo, se hace insostenible estrenar una obra en un teatro pequeño. Piensa que detrás de una obra hay escenógrafos, diseñadores, iluminadores, la persona que corta el boleto, etc. Y en una sala pequeña como el Teatro del Puente, con 10 personas (por aforo) no se sustenta económicamente.
  • Si te soy sincero, no sé cómo se viene. A veces soy súper pesimista. Hicimos Orquesta de Señoritas con todos los protocolos que existen, y el Covid se metió igual. Fue horroroso, perdimos a dos de nuestros compañeros (Tomás Vidiella falleció producto del Covid, y varios actores contagiados). Es una tragedia.
  • Nosotros éramos la punta de lanza. Después de Orquesta de Señoritas, venían montones de otros teatros que se iban a abrir. Pero luego de lo que pasó, el teatro se encuarentenó antes de que el gobierno tomara medidas. Además, existe el miedo de que ocurra otra tragedia.

Quizás haya que acostumbrarse a vivir con el Covid…

  • Uno está dispuesto a eso. Lo que pasa es que no hay una política cultural que te ayude. Siempre va a existir un riesgo, y es un riesgo que existe en todos los rubros. Las personas que trabajan en una oficina o andan en metro, toman todos los protocolos pero saben que aún así hay un riesgo. La verdad no sé cómo se viene esto.

El origen de Bakania y el mundo de la televisión

¿Cómo llegaste a la televisión?

  • Estaba haciendo mi segunda obra de teatro (Mala Onda de Alberto Fuguet, dirigida por Willy Semler), era muy chico. Alguien de la televisión fue a ver la obra y ahí me llevaron al Extra jóvenes a hacer voz en off. Era la raja para mí, lo hacía en el día y no me interfería con el teatro. Aparte que no salía en pantalla.
  • Después de eso, me llamaron de TVN para hacer la telenovela Borrón y cuenta nueva (1998). Luego vuelvo a Chilevisión, y me llaman para hacer un recocido de Extra jóvenes en enero y febrero. Las chicas de un grupo x bailando la botella en una piscina, si se la sabe cante, una lata enorme. Pero algunas personas de ahí comenzaban a cachar estos otros temas que estaban en el aire y así se creó Bakania.

¿Qué te llamó la atención del proyecto?

  • Existía Maldita Sea en el canal 2, pero no en televisión abierta. Por lo que Bakania venía a cubrir este espacio y poner estos temas. Entonces se creó este híbrido. ¿Era un programa juvenil? No. ¿Era un programa familiar? No. Era un mezcla de cine, cómics, tecnología, Internet, etc. Y aquí hay que aclarar algo: Yo era el rostro del programa, pero no era una persona autorizada para hablar de estos temas.
  • Lo que a mí me gustó, y es el sello que pude imprimir, fue el respeto y tolerancia a la disidencia. No habían programas de televisión para el freak. Al freak que molestaban en el colegio, aquí era el rey. Y por el otro lado, al mainstream lo tirábamos pa’ abajo y bromeábamos con eso. Me parecía atractivo hablar de temas que no estaban en otros programas de la parrilla tradicional.

¿Qué expectativas tenías para Bakania?

  • Bakania salió al aire con muy pocas expectativas. Se suponía que tenía que durar dos meses y quedó la cagá. Los estudios de Chilevisión se saturaron con naves que pedí para un concurso. Llegaban miles de dibujos por correo. El público se tomó el programa, los mismos ejecutivos no entendían mucho.

¿Qué recuerdos guardas de Bakania?

  • Una de las mejores cosas que pasó fue que se formó el Escuadrón Anti Bakania. Un grupo que nos odiaba y tenían su propia página web. Y nosotros, en vez de invisibilizar esto, los nombrábamos, y al hacer esto les dábamos poder, y obviamente, esto nos divertía. Yo ya era viejo en ese tiempo, tenía 30 años y no me lo tomaba en serio. Era un forma divertida de polemizar.
  • La gente no estaba acostumbrada a esto. Si me llamaban gay, al otro día yo llegaba con más escarcha en la cara, salía con chapes, etc. Nunca un hombre había salido con chapes en la tele. Hace años una persona me dijo que nunca había visto un hombre con trenzas en la tele, y eso le abrió el mundo y pudo salir del closet.
  • Tengo muy buenos recuerdos. A veces la gente piensa que yo lo miro a huevo. Humildemente, creo que hicimos una pega diferente. No sé si buena, pero si diferente. De hecho, cuando mi hijo era más chico e íbamos a las convenciones de cómics, ahí cachaba al tiro si les gustaba Bakania o eran del Escuadrón Anti Bakania, dependiendo de cómo me atendían (risas).

¿Los looks con los que salías en Bakania eran invención tuya?

  • El origen de los looks de Bakania tiene que ver con que yo hacía teatro, y estaba haciendo una obra de unos narcotraficantes. El director me pedía pelo largo y una barba súper larga y flaite (risas). Para darle algún vuelco en Bakania, le poníamos escarcha, la teñíamos, le hacíamos trenzas. Y quedaba la cagá po’, las mamás se enojaban y se empezó a hablar de esto.

¿Te gusta la cosa ñoña?

  • En ese tiempo, yo era muy ignorante de estos temas. Objetivamente, veo más anime ahora. Tengo un hijo de 17 que me presenta series. Entonces me doy cuenta que Shingeki No Kyojin es una obra maestra. Ahora estoy viendo Tokyo Revengers. Pero en esa época para mi era pega, solo trabajo.
  • Con los videojuegos tengo cero onda, o sea nada. Entiendo el gusto de la gente por los videojuegos, pero conmigo nada, ni en ese tiempo ni ahora. Pero si tengo una cercanía con el anime, manga, cómics de DC y Marvel. Obviamente sin ser un experto. Pero para mis amigos, soy lejos el más ñoño de todos (risas).

¿Qué crees que generaste en el público?

  • Yo creo que para los que hoy tienen 30 años, y vieron el programa cuando tenían 9 o 10 años, existe una suerte de idealización del programa. Fue la primera vez que vieron anime, vieron Samurai X, etc. Pero para otra generación, que eran jóvenes en ese tiempo, pudieron encontrar en la tele a un weón raro, no tradicional. Recordemos que habíamos salido de dictadura hace poco.

Aparte de Bakania, ¿qué más has hecho en televisión?

  • Si bien me gusta mucho lo audiovisual, como actor en televisión he hecho muy poco. Lo más digno de destacar son las dos temporadas de la serie 62: Historia de un mundial, donde tenía el rol de locutor antiguo. Fue un trabajo muy bonito, hacer una serie de época siempre es un gusto. Pese a eso, mi finalidad siempre ha sido hacer teatro, por lo que las otras cosas que hago tienen que ver con retribución económica, para poder tener una vida digna.

Malú a Mil y la actualidad

¿Qué opinas de la actualidad política del país?

  • Soy actor, y toda obra de teatro es una obra política. Por ejemplo, La pérgola de las flores es una obra política. Se trata de una reivindicación social de un grupo de personas, a las cuales, por corrupción de la alcaldía, se va a demoler su lugar de trabajo. Nada más social que eso. No se trata de Carmelita que viene del campo a la ciudad, eso es una anécdota.
  • Nunca he tenido miedo a manifestar mi opinión política dentro de mi trabajo. Si tú vas a ver una pega mía, se manifiesta. En una obra se muestra la opinión política del dramaturgo y los actores. Y con el estallido social es imposible no manifestar una opinión; incluso si no transparentas eso, es también tomar una posición. Esa frase “no soy de izquierda ni de derecha”, para mí es ser de derecha, y no, no lo soy.
  • Me llama mucho la atención esa frase “no lo vimos venir”, porque nosotros sí lo vimos venir, lo estábamos denunciando. Nuestras obras de teatro hablaban de esto. Yo hice Delirio en el Teatro del Puente con Néstor Cantillana y los textos eran “un día va a quedar la cagá”, “la gente ya no da más”. Fue violento, con la mierda de presidente que tenemos ha sido doloroso este proceso. Sin embargo, lo veo con esperanza.

Háblanos de Malú a Mil

  • Tuve la suerte de trabajar la escritura, y durante la pandemia lo exploté más. Malú a Mil es una serie erótica (radioteatro), realizada por Teatro para Ojos Cerrados, que escribí junto a Nury Ortego. Narra la historia de una mujer que va a cumplir 40 años, casada con el pololo de la universidad, su único hombre de toda la vida. Luego del estallido social y por una serie de hechos, termina con su pareja y comienza un nuevo despertar sexual.
  • Está dirigida por Néstor Cantillana y protagonizada por Macarena Teke. Tiene un elencazo: Francisco Reyes es el profe viejo, Álvaro Espinoza es un cuico zorrón, Pablo Schwarz, Maricarmen Arrigorriaga, etc. Es una serie de 20 capítulos, y nos fue tan bien que –esto no lo hemos contado, es una exclusiva estamos terminando de escribir la segunda temporada.

¿Dónde se puede ver?

  • La primera temporada se emitió en Radio Bio Bio, y fue loco. Nos tiraron súper tarde porque quizás estaban asustados. Es que este país sigue siendo muy cartucho. Hablar de temas como la masturbación femenina aún es tabú. Es necesario hablar de eso. Si bien no es una serie educativa, nos hacemos cargo de temas que no se hablan de manera abierta.
La actriz Macarena Teke interpretando a Malú en el radioteatro Malú a Mil
  • Se va a volver a dar la primera temporada en la página de teatroamil.tv de Santiago a Mil. Luego se va a dar un capítulo especial (bisagra entre la primera y segunda temporada) y después de un tiempo se va a estrenar la segunda temporada de 12 capítulos.

¿Malú a Mil es un drama?

  • No es una serie densa, es una serie entretenida, con mucho humor y harto sexo. Pero cuando tocamos temas puntúos, no los esquivamos, nos metemos a fondo y nos hacemos cargo. Es interesante porque podemos hablar de lo que queramos, como la pastilla del día después, sexualidad femenina, VIH, etc.
  • Si vas a ver una película de Tarantino, esperas buena música y violencia. Si vas a ver una película de Coppola, esperas planos y un tiempo narrativo. Si vas a ver algo erótico, esperas algo erótico. Pero ojo, no es pornografía, no vas a escuchar gemidos y una relación sexual en sí. El sexo tiene millones de otras formas y Néstor Cantillana es muy elegante al tratar el tema. Se habla de sexo más que se escuchan relaciones sexuales.

Luego de una larga y muy grata conversa nos despedimos, y dejamos invitados a seguir el Instagram de Malú a Mil, para estar al tanto de las fechas de estreno de la segunda temporada.

¡Nos leemos luego!